Quien pudiera pensar que la llegada del verano iba a suponer un merecido descanso en las luchas que venimos sosteniendo durante todo el año se equivocaba de medio a medio. Repasando la agenda de este mes, encontramos, por ejemplo, que los compañeros de Cedasa han continuado con las movilizaciones en defensa de sus puestos de trabajo. También hemos tenido las juntas de accionistas de Telefónica y de BSCH, amén de la huelga de eventuales del INE, la de l@s trabajador@s de Tráfico de Barcelona y Sabadell (después extendida a toda Catalunya), el conflicto de ONO… Eso sí, también ha habido alguna noticia positiva, como las nuevas sentencias de nulidad para los despedidos de SEAT.


Quien pudiera pensar que la llegada del verano iba a suponer un merecido descanso en las luchas que venimos sosteniendo durante todo el año se equivocaba de medio a medio. Repasando la agenda de este mes, encontramos, por ejemplo, que los compañeros de Cedasa han continuado con las movilizaciones en defensa de sus puestos de trabajo. También hemos tenido las juntas de accionistas de Telefónica y de BSCH, amén de la huelga de eventuales del INE, la de l@s trabajador@s de Tráfico de Barcelona y Sabadell (después extendida a toda Catalunya), el conflicto de ONO… Eso sí, también ha habido alguna noticia positiva, como las nuevas sentencias de nulidad para los despedidos de SEAT.

Pero el hecho más destacado del mes ha sido, sin lugar a dudas, el enorme éxito con que se ha saldado la Semana de Lucha Social organizada por diversos colectivos bajo el lema de “Rompamos el Silencio”. La Confederación General del Trabajo ha apoyado desde el principio esta campaña, puesto que sus reivindicaciones en materia social están en perfecta sintonía con lo que siempre hemos reclamado.

Articulada en torno a once ejes de trabajo (“Educación y anticlericalismo”, “Cultura libre”, “Antimilitarismo y control social”, “Género, feminismo y antipatriarcado”, “El mundo explota : globalización y resistencias”, “Urbanismo y vivienda”, “Migraciones”, “Okupación”, “Antifascismo y memoria histórica”, “Repsol mata” y “Menores, represión y exclusión social”), la Semana de Lucha Social ha sido una iniciativa realmente digna de elogio, tanto por su planteamiento como por su práctica y repercusiones, y un ejemplo de energía y activismo, pero sabiendo lo que se hace. Los “rompedores del silencio” okuparon el cine Bogart y lo convirtieron en centro neurálgico del movimiento, del que partieron todas las demás acciones, que brillaron por su colorido y atrevimiento, logrando captar una gran atención mediática. A esto contribuyó decisivamente su cuidada organización y el enorme esfuerzo que llevaron a cabo los integrantes de su Centro de Medios, que han realizado, sin duda, una gran labor, coordinando a todos los medios acreditados y facilitando de forma ágil y sencilla información y fotos a través de su web o personalmente. Otro aspecto a destacar ha sido que todas las acciones se han realizado de forma pacífica. Como ellos mismos declaraban en uno de sus comunicados, “Rompamos el Silencio es un espacio plural que trabaja desde los principios de desobediencia civil a través de la acción directa no violenta, como modo de intervención política”.

No nos cabe duda de que este camino hay que continuarlo. De ningún modo podemos desatender la actividad sindical diaria, pero, al mismo tiempo, debemos ir mas allá. Las reivindicaciones laborales son necesarias, pero no sólo queremos que “nos den” lo necesario. Somos revolucionarios : no nos gusta esta sociedad y queremos cambiarla. Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Queremos una sociedad más justa, sin opresores ni oprimidos, sin ejércitos ni guerras, sin intromisiones de ninguna religión, con una enseñanza de calidad y laica, con la cultura al alcance de todos y todas, sin discriminación por sexo, raza u orientación sexual, sin multinacionales, con el acceso garantizado a una vivienda digna, con memoria histórica… Y lo queremos todo. Si nos conformásemos no seríamos revolucionarios. Por eso nos parece buena idea unir todas las causas en una. Porque si renunciásemos a cualquiera de ellas, ya no sería ésa la sociedad que queremos.

Éste es un buen momento para continuar luchando (cualquier momento es bueno, en realidad). El clima de descontento del que hablábamos el mes pasado es un hecho. Un amplio abanico de acciones (la Semana de Lucha Social, las movilizaciones por una vivienda digna, la lucha contra los parquímetros…) nos indican que la gente está harta y no está dispuesta a quedarse callada. Esto no sólo ocurre en Madrid : las movilizaciones de la vivienda, por ejemplo, se suceden por todos los puntos del mapa. Y no hay un sólo día en el que no nos lleguen a la redacción noticias de acciones por motivos diversos en distintas partes del Estado.

Y ahí es donde tiene que seguir la Confederación General del Trabajo : en primera línea, firme en sus movilizaciones, sin dar un sólo paso atrás, para conseguir nuestro auténtico objetivo : cambiar la realidad.


Fuente: Rojo y Negro