Artículo publicado en Rojo y Negro nº 396, enero 2025

Hacemos un recorrido sobre la historia y la lucha de “La Poderosa” —una organización que nace de la precariedad de los barrios marginales argentinos para demostrar que la lucha social se gana a través de la cooperación y la solidaridad— desde las asociaciones vecinales argentinas, que en 2009 fomentaban el fútbol como forma de construir identidad, hasta las 70.000 mujeres que en 2023 presentan el Proyecto de Ley para el Reconocimiento Salarial de las Cocineras Comunitarias.

En 2004, en un barrio marginal de Buenos Aires nació un movimiento vecinal que fomenta el “Fútbol Popular” como una forma de entretenimiento diferente en el que los equipos, integrados por mujeres y hombres, establecieran sus propias reglas que acabaran con las desigualdades y arbitrariedades desde el juego. Una de estas reglas que inventaron fue que los goles que metieran las mujeres valían el doble y que para ganar fuera imprescindible pasarles el balón buscando así fomentar la participación de las vecinas en los equipos.
A partir de estas actividades de “Fútbol Popular”, en la que se deconstruyen los géneros y las desigualdades, un grupo de personas comienzan a fomentar la construcción de una identidad de barrio a través de asambleas en las que todas las personas, si son conscientes de que tienen los mismos problemas, pueden generar reglas propias para encontrar soluciones a problemas tales como la pobreza o la violencia policial que sufren en los barrios.
Nació así “La Poderosa”, un movimiento imparable que ha trascendido a todos los barrios populares de Buenos Aires y, con el tiempo, a casi todos los países de América Latina para demostrar que la realidad cotidiana y la precariedad pueden transformarse a través de la solidaridad que se crea cuando se genera un sentido de pertenencia a través del deporte, la educación y el trabajo y, por supuesto, también desde la comunicación popular.
El fútbol es la herramienta perfecta para construir identidad ya que su carácter lúdico permite huir de las rutinas habituales, socializar, compartir problemas y soluciones en forma de partido que no es otra cosa que una lucha entre dos equipos que se enfrentan, y ganan o pierden en función de la cooperatividad, la solidaridad y el apoyo mutuo.
La Poderosa se constituye como una asociación civil sin ánimo de lucro formada por 39 asociaciones de vecinos bajo los principios de voluntariado, lo político NO PARTIDARIO, la autonomía, la emancipación, el empoderamiento de vecinas y vecinos de los sectores populares y el anonimato, que debe proteger un trabajo que es colectivo y social de cualquier usurpación personalista, partidaria, religiosa o económica. Las herramientas de transformación e integración tienen su base en actividades deportivas, recreativas y de capacitación utilizando la metodología de la Educación Popular para generar talleres de oficio y cooperativas de trabajo como es el caso de La Garganta Poderosa, una revista cooperativa de cultura escrita, fotografiada y dirigida por las vecinas y vecinos de los barrios.
La Garganta Poderosa saca su revista de forma mensual desde enero de 2011. Su creación se hizo desde abajo, desde las asambleas de cada barrio que pusieron dinero y eligieron a las personas que la pusieran en marcha. Se organizaron para que cada asamblea pudiera dar una beca durante tres meses a una persona de su elección, priorizando el activismo sobre la preparación de las y los comunicadores.
Actualmente, gestionan espacios recreativos, artísticos y culturales en los que se practica fútbol, murga, danza, plástica y teatro; centros de salud comunitaria, alfabetización y consultorios jurídicos; cursos de comunicación popular y conformación de redes sociales; talleres de formación en procesos textiles, producción de conservas, serigrafía y oficios; así como formaciones en autogestión, organización y género.
Durante el primer año de pandemia, la pobreza en los barrios populares se agravó superando el 80%, con mayor impacto sobre niños, niñas y adolescentes. En este escenario de pobreza extrema, nueve vecinas crearon “Tacitas Poderosas”, una red de merenderos comunitarios que se convierten en el único sustento para miles de vecinos y vecinas. Las voluntarias gestionan las comidas a base de trueques y muchas horas de trabajo que necesitan de la solidaridad de otras vecinas, tanto para conseguir alimentos como para gestionar cuidados. En la actualidad existen 34.782 comedores y merenderos en los que trabajan casi 135.000 personas, en su mayoría mujeres.
El lema que llevó a estas mujeres a proponer la creación de un Programa Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de Comedores Comunitarios es “El trabajo comunitario salva vidas, construye redes, sostiene las barriadas populares, eso ¡también es trabajo!”. Así, en 2023, se reconoce y otorga un salario y derechos laborales a quienes desempeñen un trabajo en los comedores presentando un proyecto de ley conocido como la “Ley de las Cocineras”. Esta ley vendría a complementar la conocida como “Ley Ramona” que supuso el reconocimiento laboral y simbólico, con una bonificación de 5.000 pesos a las trabajadoras comunitarias que durante la pandemia alimentaron a millones de personas y sostuvieron los espacios de cuidado aun con riesgo de sus vidas.
“Nos salvamos en Comunidad”.

Para saber más:

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👩‍🍳 Ley Ramona: el merecido reconocimiento a las cocineras populares – 40 años de democracia | #c5n #cocineras #democracia #argentina

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Secretaría de la Mujer CGT MCLMEX


Fuente: Rojo y Negro