Frente al costoso operativo que la Administración pone en marcha todos los veranos para organizar la prevención y extinción de incendios forestales, diversos colectivos, convocados por Ecologistas en Acción, han propuesto una herramienta menos sofisticada pero decisiva en el combate contra el fuego. Resumidas en un sencillo manifiesto, que estos días se ha presentado en sociedad y por el que se han interesado todos los partidos políticos con representación parlamentaria, se han ordenado una serie de acciones básicas que podrían ayudar a reducir el número de incendios forestales y las hectáreas que cada año resultan calcinadas, acciones que buscan, sobre todo, la complicidad de los ciudadanos en este empeño.
«Si los incendios forestales son, en su gran mayoría, causados por el hombre», se advierte en el documento, «los esfuerzos para reducirlos habrá que centrarlos en el análisis de las causas y en la corrección de las prácticas de riesgo, y no en el mero aumento de las inversiones en extinción, algo que sólo crea una espiral a la que es difícil poner fin». De alguna manera, como vienen denunciando diferentes especialistas, se está generando una auténtica «economía del fuego» que, lejos de resolver el problema, lo está dotando de una cierta cronicidad. «El importante aumento de los recursos humanos y materiales dedicados a la prevención y extinción de incendios», argumentan los autores del manifiesto, «no ha servido para reducir, como cabría esperar, el número de siniestros y la superficie quemada».
La única manera de frenar esta peligrosa tendencia, añaden, es introduciendo cambios sustanciales en la política forestal, mejorando la gestión de los montes ya sean públicos o privados. Aquellas zonas forestales que se someten a una explotación racional y sostenible, donde se llevan a cabo actuaciones selvícolas adecuadas y se genera actividad económica y empleo, «es difícil que se quemen».
En este sentido, el Foro Social Andaluz contra el Fuego reclama un aumento de las inversiones que la Junta de Andalucía destina al manejo del patrimonio forestal, ya que en la actualidad «sólo representa un 1% del gasto total cuando la superficie forestal ocupa la mitad de Andalucía». El objetivo sería quintuplicar esta partida en el plazo de cinco años, buscando la formación de un paisaje en mosaico, donde se alternen los montes y matorrales cerrados con las dehesas, pastizales y zonas agrícolas.
Al mismo tiempo que se buscan fórmulas para evitar el despoblamiento de las zonas rurales, fenómeno íntimamente relacionado con la incidencia del fuego, debe reforzarse la responsabilidad de los ayuntamientos en los trabajos de prevención y extinción, implicando a todos los ciudadanos en esta tarea. Dispositivos ya existentes, como los planes locales de prevención y lucha contra los incendios forestales o las asociaciones de defensa forestal, deberían mejorarse para que fueran realmente operativos, ayudando a aquellos municipios con menos recursos.
Políticos y periodistas
Además de Ecologistas en Acción, en el Foro Social Andaluz contra el Fuego participan Asaja, CGT, el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, la plataforma Fuegos Nunca Más, el Sindicato de Obreros del Campo, la Unión de Pequeños Agricultores, la Plataforma en Defensa de los Bosques y la Federación Andaluza de Consumidores y Usuarios. Al margen de los partidos políticos, que ya han recibido a los responsables del foro en el Parlamento, las consejerías directamente implicadas en la solución de este problema (Medio Ambiente, Agricultura y Presidencia) también se han mostrado receptivas a esta iniciativa.
Las propuestas del foro no están sólo dirigidas a las diferentes administraciones, a los propietarios de fincas o a la sociedad en general. Hay dos colectivos, periodistas y políticos, a los que se presta una especial atención en el documento.Y en lo que se refiere a los partidos políticos, deberían «evitar los enfrentamientos partidistas, aparcando los debates y propuestas para épocas de bajo riesgo».
Fuente: JOSÉ MARÍA MONTERO / EL PAIS