El pasado martes, dentro de la programación de las Jornadas Libertarias Valladolid 2010, se proyecto el documental “La Isla de Chelo”.
Consuelo Rodríguez Montes, “Chelo”, guerrillera antifascista, exiliada en Francia desde 1948, que en la actualidad tiene 85 años, al narrar momentos de su vida nos desvela como la dictadura franquista la empuja primero a la resistencia civil y luego, a la resistencia armada.
Destaca la dignidad de esta mujer y su ética de resistencia, que en ningún momento adquiere el papel de victima. Es una lección de vida.
Posteriormente se abrió un debate con Odette Martínez, productora del documental, hija de exiliado en Francia y que realiza un gran trabajo al recopilar los testimonios de guerrilleras y guerrilleros antifascistas.
Odette destaco que si el movimiento guerrillero contra el franquismo es invisible, dentro de esta invisibilidad están todavía las más invisibles, las guerrilleras. El discurso oficial del fascismo les ha quitado la dignidad de resistentes y de mujeres, acusándolas de ser las “putas” de los “bandoleros”.
A diferencia de “Chelo” y otras exiliadas, que hablan de la legitimidad de su lucha armada, otras guerrilleras que quedaron en el Estado español no quieren hablar o aunque quieran, han ocultado tanto y durante tantos años, que actualmente no hay relato. Esto es debido a que Chelo ha vivido en un país donde quedo clara la culpabilidad de los fascistas, se juzgo a los colaboracionistas de los nazis y se reconoció el esfuerzo de los y las antifascistas, de la labor de la resistencia. Sin embargo, las que se quedaron en el estado español no tuvieron este referente, sino todo lo contrario.
A esto se añade otra dificultad para el relato de la resistencia femenina, y es que, en la resistencia civil, es decir, la resistencia que servia de apoyo, enlace y mantenimiento de la guerrilla, las labores que hacían eran parecidas a las que siempre han hecho las mujeres (comida, cuidados…). Por lo tanto, cuando se les pregunta, ellas mismas no tienen capacidad para reconocer su importante labor.
Odette también destacò, que no fue una guerra fraticida, como sostiene el discurso oficial, sino una guerra social y política, en defensa de un régimen democrático frente al golpe de estado fascista. Y que como francesa no puede llegar a entender el que no se haya hecho justicia a los republicanos y condenado a los fascistas, “es el mundo al revés”.