Carl Einstein fue uno de los historiadores del arte más peculiares del siglo XX y juega una posición importante, como una de las principales figuras intelectuales del discurso histórico y teórico del arte. La muestra que organiza el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, le hará protagonista por primera vez de una exposición internacional, situándole en el foco de los debates actuales sobre la historia del arte.
El objetivo de esta exposición, en la que se presentan alrededor de ciento veinte obras, pinturas en su mayoría, aunque también hay una sección importante de esculturas africanas –en torno a treinta y cinco-, es dar una descripción visual convincente del trabajo intelectual de Carl Einstein, concentrándose en las obras de los artistas más importantes del siglo XX a quienes él conoció, con quienes trabajó y sobre quienes escribió. Por otra parte, a través de material documental relacionado únicamente con su vida intelectual, la muestra recrea una retrospectiva de la historia del arte del siglo como fue vista por esta figura central del mundo artístico. La exposición se divide en secciones : El Arte del siglo XX, Arte africano, Dadá y Verismo, Cubismo, Surrealismo, una sala dedicada fundamentalmente a la revista surrealista-antropológica “Documents” (1929-1930) y un espacio en el que se estudia el papel de las artes en la guerra civil española.
EL ARTE DEL SIGLO XX
En esta especie de sección introductoria, se muestran diferentes ediciones de los libros publicados por Einstein, así como una biografía del historiador, una pintura de Rousseau y la proyección de las imágenes de su libro “El Arte del Siglo XX”.
ARTE AFRICANO
Por primera vez se reúne casi una cuarentena de obras originales (prestadas por prestigiosas colecciones internacionales públicas y privadas) que se reprodujeron en su famoso Negerplastik (“La escultura negra”) de 1915.
Carl Einstein reconoció muy pronto la importancia del arte africano para los artistas vanguardistas y en Negerplastik, abordó sobre todos los problemas básicos formales y espaciales, sobre todo del cubismo, cuyo lenguaje artístico explicó con ayuda de obras exóticas como una representación simultánea de perspectivas cambiantes. El libro de Einstein documentaba pródigamente por primera vez el arte de los maestros africanos, y de algunos de Oceanía. Durante esos años decisivos para la vanguardias europeas, el autor vio contestadas en las obras africanas preguntas que desde hacía algún tiempo investigaban sus contemporáneos como reacción al impresionismo : la reproducción de la figura humana tenía que ser sustituida por una imagen ideada que penetrase más profundamente en la esencia de los modelos y la representación del volumen corporal y de los movimientos visuales continuamente cambiantes, tenían que ser trasladadas más adecuadamente al plano desde el mundo de las formas tridimensionales.
DADAISMO Y VERISMO
En este apartado, compuesto por 16 obras, el visitante podrá encontrar trabajos de Max Beckmann, Rudolf Schlichter, Otto Dix y George Grosz.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, en la que participó activamente y fue gravemente herido, Einstein se integró en el Consejo de Soldados de Bruselas y a su regreso a Berlín se afilió a la Liga de los espartaquistas y al Partido Comunista. Escribió proclamas y artículos y participó en conferencias haciendo propaganda a favor de la República Soviética, luchó en las barricadas y el 15 de enero de 1919, día en que asesinaron a Rosa Lusemburg y Karl Liebknecht, fue detenido. Dentro del círculo de los dadaistas berlineses, Einstein colaboró en 1919 en la revista “Die Pleite” que fue rápidamente prohibida, y publicó con George Grosz el semanario satírico “Der blutige Ernst”.
Como crítico, Einstein siguió con atención el arte de sus compañeros de viaje dadaistas y su evolución hacia el verismo de la Nueva Objetividad : Rudolf Schlichter, Otto Dix y George Grosz, y también su amigo Max Beckmann, compartieron esperanzas frustradas en un nuevo punto de partida político y su juicio radical sobre la penosa situación social de la República de Weimar. Einstein se puso al lado de aquellos artistas de los años veinte que adoptaron una postura crítica con el mundo, el ser humano y la sociedad. El autor, según escribió en 1923, no albergaba la menor duda de la importancia, tanto estética como social, del Dadismo y del Verismo : “Esos pintores están en guerra civil”.
REVISTA DOCUMENTS
En este espacio dedicado a la revista surrealista-antropológica “Documents” están los ocho números de la revista de forma independiente y un tomo en el que aparecen todos encuadernados. Acompañan a “Documents” obras de Giacometti, Arp, Klee y la única escultura africana realizada en piedra que se exhibe en la muestra.
CUBISMO
En su “Arte del siglo XX”, pero también en otra publicaciones de los años veinte y treinta, Carl Einstein formuló una interpretación del Cubismo que desarrolló a partir de estudios filosóficos, matemáticos y psicológicos. Sus investigaciones sobre el cubismo emanan del conocimiento muy preciso de las obras que había contemplado en galerías y colecciones particulares en el cuso de los años, y sobre las que mantuvo un intercambio personal y amistoso en los estudios parisinos con los propios artistas. El autor mantuvo una estrecha relación con Georges Braque, Juan Gris y Fernand Léger desde comienzos de los años veinte.
Einstein estaba convencido de que el Cubismo no es uno de los numerosos fenómenos estilísticos de la modernidad, sino una suerte de epistemología, una imagen del mundo y del hombre acorde con la época. Las obras de Picasso, Braque, Léger y Gris destruyeron la realidad convencional para crear otra nueva. El Cubismo quedó definido como un realismo muy especial : “El verdadero realismo no consiste en reproducir objetos, sino en crearlos”.
En torno a 21 obras podrán contemplarse relacionadas con el cubismo : piezas de Fernand Léger, Juan Gris, Georges Braque y Pablo Picasso.
SURREALISMO
El compromiso de Einstein de transformar el mundo por medio del arte lo llevó en la segunda mitad de los años veinte a ocuparse intensamente del surrealismo. Consagró su atención a artista como André Masson, Joan Miró, Gaston-Louis Roux, Hans Arp y Paul Klee, que mantenían una distancia crítica con el surrealismo doctrinario. Para perfilar una teoría surrealista que trascendiese los manifiestos ortodoxos, Einstein desarrolló categorías estético-antropológicas : la alucinación, la metamorfosis, el primitivismo. Común a todas ellas es la idea de una mitología viviente que ayuda a alcanzar expresión figurativa a aquellas fuerzas que irrumpen en la creatividad artística desde capas arcaicas, pero también desde estratos psíquicos soterrados.
Las técnicas psicográficas, los protocolos artísticos del sueño, de lo inconsciente, así como las obsesiones psíquicas, se convirtieron en métodos de un arte que, en lugar de la lógica causal, centraba su atención en lo “incoherente, el desorden, lo inesperadamente irracional”. Por ello con la imagen del mundo se ve asimismo afectada la autoimagen de la persona, los procesos anímicos contradictorios y reprimidos y las perversiones sexuales se consideraron requisitos de una creatividad alucinatoria. La obra de arte debía servir como una especie de remedio visual contra lo inexplicable, como escudo contra lo invisible y carente de imágenes. Componen esta sección alrededor de 26 obras de André Masson, Joan Miró, y Gaston-Louis Roux.
GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
En el verano de 1936 vino a España para enrolarse en la Columna Durruti, en donde ascendió enseguida a “técnico de guerra”. A finales de noviembre de ese mismo año se vio obligado a leer en la emisora de la Confederación Nacional del Trabajo, Federación Anarquista Ibérica su necrológica sobre Buenaventura Durruti, que había muerto en un atentado en Madrid. Einstein dibujó el retrato del camarada con los perfiles de un colectivo cuya disciplina anarquista esboza como visión de una nueva sociedad.
Las dudas de Einstein sobre las posibilidades del arte y la literatura se acrecentaban cada día. Según una entrevista de mayo de 1938 con el crítico catalán Sebastià Gasch, la investigación de problemas estéticos entrañaba en su opinión una huída de la realidad social : “Las ametralladoras se burlan de los poemas y de los cuadros”. Y sin embargo, la lucha común con los camaradas, escribe el 6 de enero de 1039 en una carta dirigida a Pablo Picasso, cuya posición política y artística estimaba sobremanera, era una de las experiencias más importantes de su vida. La lealtad, dignidad y entrega del pueblo español le causaron una honda impresión.
En este apartado dedicado a la Guerra Civil, el espectador encontrará obras de George Grosz, Pablo Picasso y Joan Miró, además de un busto de Carl Einstein realizado por Benno Elkan.
Museo Reina Sofia
La Invención del Siglo XX Carl Einstein y las vanguardias
Hasta el 16 de febrero 2009
Fuente: www.cronicaeconomica.com