Comenzamos el mes de septiembre con la noticia de un nuevo caso de infiltración policial en Madrid. Se trata de “Marta la de Aranjuez” como se la conocía en los colectivos en los que estuvo militando en los últimos años de actividad.
En realidad, se trataba de la agente de la Policía Nacional María Ángeles G. A., licenciada como funcionaria en la promoción del mes de junio de 1985.
Estamos pues, ante la mayor de las veteranas como agente encubierto en los movimientos sociales y grupos combativos, de los que se tiene conocimiento hasta ahora. Según una investigación publicada el 2 de septiembre por El Salto, gracias a la colaboración de antiguos militantes del colectivo Distrito 14, junto con el medio de comunicación catalán La Directa.
Se trata de alguien con una larga trayectoria como policía encubierta entre 1986 y 2021, participando en diferentes espacios políticos y autogestionarios como el Centro Social El Laboratorio, colectivos de apoyo a presos, o incluso en la Coordinadora Antifascista de Madrid. Y finalmente en Madres Contra la Represión. Espacio este último del que “Marta” fue expulsada, al haber sido descubierta como agente infiltrada después de siete años de participación activa.
Este caso tan repugnante y prolongado en el tiempo, unido a otros muchos de Madrid, Barcelona o Valencia descubiertos recientemente, y que se han desvelado siempre desde el periodismo comprometido, demuestran que las políticas represivas del Estado de infiltración, investigación y seguimiento de militantes y colectivos sociales, son práctica habitual desde la mal llamada Transición. Una estrategia policial que tiene como objeto la criminalización y persecución de militantes y organizaciones sociales, políticas y sindicales que se enfrentan al Estado desde la desobediencia y la conciencia de clase, frente a una política represiva que es transversal a todo tipo de gobiernos y que no ha dejado de operar desde lo más profundo de las cloacas del sistema, desde el advenimiento del “régimen del 78”.
Una vez más las FCSE demuestran su verdadera naturaleza al servicio del Poder y el Estado, a través de esta vieja forma de tortura. Unos cuerpos represivos a las órdenes del Ministro Marlaska, que seguirá sin rendir cuentas, defendiendo un modelo de policialización social, que justifica desorbitantes partidas presupuestarias, en un contexto de precariedad y desigualdad social, donde no faltarán nuevas inversiones en armamento y dotaciones para los ejércitos del Ministerio del Interior.
Desde CGT, queremos trasladar nuestra solidaridad y apoyo a todos los colectivos y militantes afectadas por este y otros casos de infiltraciones policiales. No dejaremos de luchar junto a todas ellas hasta acabar con la impunidad policial, la Ley Mordaza, la Ley de Extranjería y todas las leyes represivas del Estado, desde el apoyo mutuo, la solidaridad y la conciencia de clase.
¡Nos quieren con miedo y divididas, nos tendrán organizadas y unidas!
Secretariado Permanente CGT Confederal
Adjuntamos comunicado
Fuente: Secrerariado Permanente del Comité Confederal de la CGT