Artículo publicado en Rojo y Negro nº 387 de marzo
El anarquista francés Eugène Pottier, que participó en la Comuna de París, escribió los versos que dicen “basta ya de languidecer en tutela: la igualdad quiere otras leyes”, palabras que son perfectamente aplicables al proceso de tutela por parte del movimiento feminista dentro de la CGT de la luchas LGTBIQA+. El mero hecho de agruparlas en la misma secretaría, por la demografía, es un acto de venta y entrega. Y eso presuponiendo buena fe y transfeminismo, pero se deja la ventana abierta para que entre la transfobia por ella.
Creemos que mientras no se disponga de un instrumento orgánico eficaz para evitar esta tutela del feminismo sobre las luchas LGTBIQA+, es imprescindible poner en marcha una Coordinadora LGTBIQA+ a nivel confederal para poder tener voz específica y tener incluso grupos de actividad por letras que se puedan solapar (si alguien desea participar, puede escribir a direccion@rojoynegro.info).
Esta férrea tutela no es sino un pálido reflejo de lo que ocurre en el Parlamento, donde la voz cantante de la tutela la lleva un feminismo, si es que puede llamarse así, clasista y tránsfobo. El PSOE, podrido hasta la médula de esta ideología por la que recibe felicitaciones de Vox, ha ido sacando una serie de leyes presuntamente para la igualdad, que pasaré a analizar.
Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
Cronológicamente la primera, tiene una redacción tan vomitiva y gratuitamente contraria a todas y cada una de las letras del colectivo LGTBIQA+ (incluso el signo más) que ninguna ley decente que rija esta necesaria materia puede reciclar ni una sola frase del texto de esta ley —como tampoco se nos ocurriría reciclar ninguna de la de “Vagos y Maleantes”—.
Este excremento del que se vanagloriaba ZP excluye a las mujeres trans como víctimas. También establece un marco cisheterobinarista. Excluye la violencia intragénero que en 20 años no ha habido intención de tratar. Deja en inseguridad jurídica a las parejas asexuales y arrománticas porque su marco cisheteronormativo no contempla ninguna desviación. Cada uno de estos motivos sería razón suficiente para quemarla, máxime todo ellos concurriendo a la vez.
Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.
Otra mierda del mismo calibre y la misma legislatura que, ya desde su propio nombre declara un marco cisbinarista inaceptable. La población no se divide binariamente entre mujeres y hombres. Esto es un hecho social. Existen géneros no binarios con los que, si no se cuenta, se parte de una premisa falsa. Existen personas intersexuales a quienes por entonces se mutilaba en la infancia para que encajasen con la teoría. También existen personas trans que, ni aun siendo binarias, son reconocidas por su verdadero género.
Con todas estas circunstancias, una ley de igualdad entre lo que Simone de Beauvoir llamaría “el segundo y el primer sexo” que deja de lado a quienes la sociedad nos sitúa en posiciones tercera, cuarta o inferiores, no está hablando de igualdad, sino de privilegios, como expresan perfectamente los versos de Billy Bragg: “la libertad es mero privilegio extendido si no la disfrutan todas las personas”.
Ley Orgánica 10/2022 de Garantía Integral de la Libertad Sexual.
Ya en nuestra década, sin haberse reformulado las dos leyes antes citadas para que sean verdaderos instrumentos de igualdad, tenemos la LO 10/2022, la del “solo sí es sí”, que ha estado bajo feroz ataque por lo que tiene de bueno, pero se le ha dejado pasar su intolerable transfobia, pues las mujeres trans no tienen la misma protección que las mujeres cis en casos de agresión sexual, por citar solo la más sangrante de sus desprotecciones deliberadas. Además, a fecha de aprobarse esa ley orgánica, ya tenía preparado el texto del Proyecto de Ley Trans con los recortes pactados con Carmen Calvo que la desvirtuaron completamente.
Ley 4/2023 para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos de las Personas LGTBI.
La llamada “Ley Trans” es otra ley tránsfoba, además de asexófoba, porque impone unos trámites draconianos para que el Estado deje de considerarte lo que no eres, y se lleva al extremo para migrantes y menores. Incluso se encuentra con una negación material para los casos de géneros no binarios a quienes no se deja ninguna tercera opción ni la posibilidad de dejar en blanco la entrada del sexo registral —que debería ser a preferencia de le solicitante y no por imposición—.
El texto de la comunidad trans que se debatió en el Congreso, la PPL 122/133, fue rechazado en mayo de 2021 con la abstención del PSOE para imponerse el voto negativo PP+Vox. Además, la asexualidad en cualquiera de sus dimensiones fue dejada fuera de la ley Trans con la coincidencia de voto PSOE+UP para rechazar las enmiendas que la incluían. Esto también es una exclusión deliberada y una tolerancia inadmisible de las pseudoterapias de conversión dirigidas a la población asexual.
¿Algo de luz?: Ley 15/2022 Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación.
Por dar un dato positivo y dejar a la altura que se merecen todas las anteriores normativas y leyes de cuño sociata antes citadas, nos referimos a la ley que, en combinación con la Sentencia del Tribunal Constitucional 67/2022, más protege en la actualidad a les desprotegides contra la discriminación. Y eso que, de llegar el caso, habría que ir a juicio y ganarlo, confiriendo una gran desprotección e inseguridad jurídica.
Como se ha pretendido demostrar aquí, la legislación “para la igualdad” es para igualdad de unas pocas de determinada clase social y que se erigen en tutela de todes les demás.
Une militante de Burgos
Fuente: Rojo y Negro