En el fondo del debate lo que está en juego es decidir si Internet es ante todo un negocio o un servicio público
El intenso debate sobre la neutralidad de Internet que estos días tiene lugar en la propia Red volvió a tomar ayer un nuevo impulso al intervenir la red social más popular del planeta, Facebook. A nadie sorprende que la compañía de Mark Zuckerberg tome cartas en este asunto con una crítica declaración en la que defiende que se preserve un Internet libre e igual para todos. Según se hace eco « Mashable », Facebook apoya una Red « abierta que sea accesible para los emprendedores —sin importar su tamaño o su riqueza—, así como fomentar un mercado competitivo y donde los consumidores tienen el control final sobre los contenidos y servicios a través de Internet ».
Y es que a la popular Facebook no le ha gustado nada las intenciones que tiene Google de aliarse con Verizon (operadora de telefonía norteamericana) para negociar un acuerdo que sentaría las bases sobre las que construir una Internet de dos velocidades, en la que se privilegiarían determinados contenidos y se rompería la llamada neutralidad de la Red. Gran parte del público cree que se propone el equivalente a una televisión por cable de pago, donde los contenidos más interesantes quedan solo para los abonados y ahí es donde las empresas invierten.
Aunque no se conocen los detalles de la propuesta lanzada por Google y Verizon, uno de los puntos de mayor fricción está en que se excluya de la neutralidad a las redes inalámbricas, un aspecto que, según sus más firmes detractores, no es más que un intento de las dos empresas por proteger sus propios intereses.
Excluida de este acuerdo, a nadie sorprende por tanto que Facebook se posicione en contra de Google pues si éste define los términos y bases de la neutralidad de Internet muchos negocios de la compañía de Palo Alto se verían gravemente amenazados.
Pero lo que está en el fondo del debate es decidir si Internet prevalece como un negocio o un servicio público. Hay países como Finlandia que han legislado para hacer del acceso universal a Internet un derecho inalienable pero sólo en Chile se han aprobado al más alto nivel normas explícitas para impedir la discriminación entre usuarios y contenidos. Otros países, como Francia, han preferido dejar claro que la Constitución no garantiza la plenitud internauta. Y en Estados Unidos las espadas están en alto entre las compañías telefónicas que quieren una parte del pastel y los activistas y defensores a ultranza de la neutralidad de la Red.
Fuente : Comunes
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