BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS).- El Institut Català de Finances (ICF), entidad pública de crédito adscrita a la Conselleria de Economía y Finanzas de la Generalitat, desestimó hoy conceder financiación pública a los potenciales compradores de la planta de Fisipe en El Prat de Llobregat (Barcelona), según informó hoy la Administración catalana.

BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS).- El Institut Català de Finances (ICF), entidad pública de crédito adscrita a la Conselleria de Economía y Finanzas de la Generalitat, desestimó hoy conceder financiación pública a los potenciales compradores de la planta de Fisipe en El Prat de Llobregat (Barcelona), según informó hoy la Administración catalana.

Un grupo de inversores, liderados por el presidente de La Seda de Barcelona, Rafael Español, solicitó financiación a la Generalitat por un importe de 12 millones de euros y una línea de avales de otros 8 millones para hacerse cargo de la fábrica.

Sin embargo, el ICF aseguró en un comunicado que desestima esta posibilidad, al entender que «el actual plan de viabilidad elaborado por la empresa no garantiza el futuro económico del proyecto empresarial, ni el mantenimiento de los puestos de trabajo a largo plazo».

«El ICF considera que la continuidad de la empresa en un mercado tan competitivo como el de las fibras sintéticas no puede basarse sólo en la reducción de costes, sino que debe apoyarse, necesariamente, en la diferenciación y en el desarrollo de productos innovadores, acción que el plan de viabilidad no contempla suficientemente», aseguró la Conselleria.

HISTORIA.

La multinacional portuguesa textil Fisipe presentó el pasado día 8 de marzo suspensión de pagos en su planta de El Prat, que emplea a 264 trabajadores, debido a las pérdidas registradas en los últimos años, con resultados negativos de 12 millones de euros entre 2000 y 2002 y de un total de 10,29 millones en 2003.

Fisipe reanudó el expediente de regulación de empleo (ERE) que había presentado para la totalidad de la plantilla, tras el fracaso de las negociaciones para vender la planta el pasado 24 de febrero. Un grupo de inversores liderado por Español ofreció a principios de año comprar la planta y continuar con la factoría en funcionamiento, condicionado a una reducción salarial del 15 por ciento, la congelación de los sueldos, la prejubilación de 30 personas y la concesión de una línea de créditos y avales finalmente desestimada hoy.

La planta de Fisipe está trabajando actualmente al 25 por ciento de su capacidad y los trabajadores de la multinacional siguen acampados frente a la factoría para protestar por el anuncio de cierre. Según CGT, existe un ex directivo de la compañía que tiene un plan alternativo para mantener la actividad en la empresa.