SOLICITA TRES AÑOS DE PRISIÓN Y UNA MULTA PARA ARQUITECTO, APAREJADOR Y CONSTRUCTOR
El joven, de 25 años, falleció tras caer de una altura de 18 metros desde un edificio en construcción de Carballo. El chico llevaba puesto el cinturón de seguridad pero no lo tenía anclado.
SOLICITA TRES AÑOS DE PRISIÓN Y UNA MULTA PARA ARQUITECTO, APAREJADOR Y CONSTRUCTOR

El joven, de 25 años, falleció tras caer de una altura de 18 metros desde un edificio en construcción de Carballo. El chico llevaba puesto el cinturón de seguridad pero no lo tenía anclado.

La fiscal pide tres años de cárcel para el arquitecto, el aparejador y el constructor de una obra en la que falleció un peón. El accidente se produjo en octubre de 1999 en Carballo y el juicio se celebró ayer en el juzgado de lo Penal número tres de A Coruña.

Tanto la fiscal como el representante de la acusación particular aseguraron, durante la vista, que la obra no tenía las pertinentes medidas de seguridad y que nadie vigilaba que los obreros cumpliesen las precauciones a las que obliga la ley. Los tres acusados mantuvieron, sin embargo, que todo estaba en regla y que la muerte del joven se debió a una imprudencia por su parte.

El edificio en construcción en el que se produjo el accidente estaba en la avenida Milagrosa de Carballo. El chico fallecido tenía 25 años y murió al caer al vacío desde una altura de 18 metros. El joven, que llevaba el cinturón de seguridad puesto pero que no lo tenía anclado, sufrió traumatismos severos que le provocaron un coma cerebral por el que falleció al día siguiente del siniestro. Vivía con sus padres, estaba soltero y tenía dos hermanas.

La fiscal considera que los tres máximos responsables de la obra son autores de un delito de homicidio imprudente y de otro contra los derechos de los trabajadores y pide para cada uno de ellos tres años de cárcel, una multa de 5400 euros, una inhabilitación especial para ejercer su profesión durante el tiempo que dure la condena e in-demnizaciones -conjuntas- de 95.000 euros para los padres del chico y de 18.000 euros para cada una de sus hermanas, además de un 10% del importe total de estas cantidades por perjuicios económicos a la familia por tratarse de la muerte de un joven en edad laboral.

El accidente se produjo cuando la construcción del edificio ya estaba en su fase final y después de más de un año de trabajo. El compañero del fallecido estaba colocando las barandillas de seguridad en el acceso al tejado -donde se iba a colocar la pizarra en los días siguientes- cuando el joven se le acercó para pedirle dinero para comprar los bocadillos. Para llegar hasta él, el chico se subió a una pasarela de 0,45 metros de ancho en la que no había barandillas y, desde allí, perdió el equilibrio y cayó al suelo.


Fuente :La Opinión de A Coruña Digital