El pasado fin de semana, la localidad burgalesa de Quintana Martín Galíndez fue el escenario de unas intensas y emotivas jornadas en defensa de la escuela rural. Organizadas por familias comprometidas con la educación en los pueblos, a través de FAMPA Burgos y CONFAPACAL, el encuentro congregó a comunidades educativas de toda la provincia, así como a diferentes ponentes que compartieron experiencias y reflexiones en torno a la situación actual de la escuela rural.

Durante las jornadas, diversos centros educativos expusieron sus trabajos, entre ellos el CRA Valle de Tobalina, el CRA Siglo XXI, CRA Rosa Chacel, CRA Valle de Riaza… Las exposiciones pusieron en valor la creatividad, el esfuerzo y la implicación de docentes y familias en contextos rurales, muchas veces invisibilizados por las administraciones.

Entre las ponentes destacaron voces comprometidas como la de Isabel Fernández del Castillo, Ana Cristina Herreros, y representantes de colectivos que llevan años trabajando por una educación más justa y adaptada al entorno rural.

El sindicato CGT, en una de sus luchas históricas por la escuela pública y rural, participó activamente en las jornadas, manteniendo un valioso intercambio con maestras rurales de la provincia. Se recogieron numerosas reivindicaciones que apuntaban directamente a la Dirección Provincial de Educación, a la que se le pidió actuar con sentido común. No se puede exigir lo mismo a escuelas de 10 alumnos/as que a centros urbanos con cientos de estudiantes, y sin embargo, esa sigue siendo la realidad.

Otro tema que salió a la palestra fue los “robos” que hace la Administración de localidades rurales para llevarlos a los centros más grandes y así ahorrarse unos cuantos euros. Como bien denunciaban docentes y familias que existiendo un transporte escolar que pasa literalmente por sus pueblos y se dirige a la escuela rural de la zona, la Dirección Provincial les niega su uso ofreciéndoles a cambio institucionalizar a sus hijos en centros de municipios más grandes y con camino hacia la concentración sin sentido de niños y niñas. El transporte es una herramienta de la Administración para la fábrica de macrocentros cuyo único fin es “reventar” la escuela rural, y por otro lado chantajear a las familias, ya que su gratuidad condiciona la “libre elección” de centro.

Lamentablemente, la representación de la Dirección Provincial fue mínima. Aunque algunas figuras acudieron —aparentemente más interesadas en figurar que en implicarse—, lo cierto es que abandonaron el encuentro antes de que se expusieran las principales críticas a su gestión. La inspectora presente se marchó sin escuchar las demandas, lo que deja en el aire una pregunta evidente: ¿para qué fue?

Desde CGT queremos mostrar públicamente nuestro respaldo a FAMPA Burgos y a CONFAPACAL. Han sido un grupo de familias quienes, con esfuerzo y convicción, organizaron estas jornadas para poner en valor, de una vez por todas, la importancia de la escuela rural en nuestra provincia.

La educación rural no es un problema a parchear, sino un modelo a defender.


Fuente: CGT-Enseñanza Burgos