En estos momentos duros, difíciles y tremendamente estresantes para todos los trabajadores y trabajadoras de esta empresa, desde la Gerencía se opta por represaliar a compañeros que ejercen su labor como Delegados de Prevención, basándose en oidas de quien no está en el centro de trabajo a instancias de alguna persona de Ilunion Emergencias, con una trayectoria más que dudosa.

La pandemia está exigiendo de todos nosotros un compromiso que solo puede nacer de nuestra enorme voluntad de servicio público, profesionalidad y entrega diaria.

La pandemia está exigiendo de todos nosotros un compromiso que solo puede nacer de nuestra enorme voluntad de servicio público, profesionalidad y entrega diaria.

Mientras los trabajador@s de esta empresa nos hemos significado por elevar la calidad del servicio para que la ciudadanía se sintiera identificada con un servicio público de emergencias ejemplar, por el que pudiesen sentirse en todo momento protegidos frente a la enfermedad, a las adversidades y a la amenazas para la vida, no obsevamos lo mismo de quienes vienen sucesivamente a ocupar cargos de gestión en la EPES a golpe de carnet político.

Siendo así, CGT siempre ha considerado que en el actual estado de alarma se requiere del esfuerzo de todos y todas para preservar la salud laboral de la plantilla de EPES 061 y con ella garantizaremos que la cadena colectiva permanezca indemne.

Sin embargo, frente a ese compromiso y esa voluntad de cumplir con nuestra obligación en la vigilancia de la salud laboral de todas y todos ante la situación extrema que padecemos, el gerente de esta empresa responde con la suspensión de empleo del compañero miembro del comité de empresa de Málaga y delegado de prevención Javier García Ortega, su delito es haber cumplido con su deber, exigiendo el cumplimiento de los procedimientos legales en materia de prevención en la sala de coordinación y por ello le achacan la comisión de cinco presuntas faltas laborales (tres MUY GRAVES y dos GRAVES), anunciándole que puede ser despedido.

Medidas de protección ante el virus que eran un clamor entre las demandas y opiniones de los grupos profesionales en los foros de nuestro servicio provincial y que ninguna central sindical había acometido con la firmeza necesaria para garantizar la prevención frente al contagio colectivo de quienes desarrollan su labor en una sala de coordinación, donde las distancias entre los puestos de trabajo no eran respetados, la presencia de numerosas personas eran un hecho cotidiano sin que se observaran las mínimas garantías y medidas de barrera para frenar el más que probable contagio y la falta de útiles preventivos era habitual.

Mientras, la Directora del Servicio Provincial, ausente físicamente de su puesto de trabajo y al parecer en teletrabajo domiciliario para preservar su salud (no hay comunicación oficial a la plantilla), ninguna medida ha adoptado para que los compañeros/as que están encuadrados dentro del grupo de riesgo fijado por el Ministerio de Sanidad (diabéticos, cardiopatas…) dejen la calle y sigan exponiéndose ellos y a sus familias, demostrando sus dotes solidarios y de responsabilidad, sin embargo, si está para sancionar teledirigidamente a un miembro del Comité y delegado de prevención por lo que personas ajenas a EPES le cuentan.

En CGT y creemos que la plantilla también, nos preguntamos ¿en manos de quienes estamos?

Mientras Médicos, DUES y TES nos jugamos la vida y la de nuestras familias, en la calle, exponiendonos cada minuto y la sala de coordinación cuenta por miles las llamadas perdidas, la mayoría del equipo de gestión de la EPES se encuentra inoperativa, ausente, acobardada y escondida. A titulo de ejemplo, el gerente AUSENTE, aparece, después de quince días de debacle, con una comunicación en el escritorio EPES que suena a lo que el viento se llevó, tarde, sin soluciones ,ni estrategias para afrontar la enorme crisis de recursos en los equipos asistenciales y para sancionar a un compañero, con amenaza de despido, por cumplir con su deber, al observar el estricto compromiso y responsabilidad de ejercer sus tareas y velar por todos y todas como representante de los trabajadores y trabajadoras de este servicio provincial.

No es que se estén cometiendo errores de gestión, que serían analizables y admisibles en una situación de esta envergadura, sino que están desaparecidos, saliendo de su ensimismamiento para intentar amedrentar y expedientar a compañeros de CGT, como represalia, porque no les ha gustado salir en prensa por sus despropósitos y porque nuestro Sindicato haya tenido que denunciar las condiciones de sala ante la Inspección de Trabajo.

CGT no se va a achantar ante sus amenazas. Estamos acostumbrados y acostubradas a lidiar con la falta de aptitud de personas que aterrizan en empresas colocados por el dedo de los políticos de turno.

Si los expedientes abiertos no se retiran de inmediato, a fe que no se les va a olvidar este nuevo episodio represivo contra la afiliación y representantes de CGT, aún están a tiempo de rectificar y devolver al compañero Javi a su puesto de trabajo, con ello, evitarán, también, tener que dar muchas explicaciones en múltiples foros, como responsables últimos de los abusos que se vienen produciendo bajo esa «ilustre gestión».

La CGT se ha visto obligada a plantear denuncia ante la Inspección de Trabajo de Málaga por los incumplimientos de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES 061) de las minimas condiciones de seguridad y salud para que sus trabajadores/as, como primer eslabón de la cadena asistencial, se enfrenten al coronavirus en cada una de sus intervenciones en la calle, domicilios, etc.

Se amplía información, Eduardo Reina, enfermero 061 Málaga, miembro de la sección sindical de CGT y actualmente en cuarentena por síntomas evidentes de contagio, que se encuentra en espera desde hace varios días para que le realicen las pruebas del covid19


Fuente: Sección Sindical de CGT en EPES 061