En este momento, en nuestro territorio, estamos movilizándonos contra el continuo ataque en forma de precariedad y falta de medios a unas plantillas que realizan una atención directa que debiesen realizar las administraciones públicas. Somos funcionarias low-cost.
Las personas trabajadoras de la intervención social venimos denunciando desde hace años la precarización de las condiciones laborales por parte de empresas que nos exponen a condiciones de inseguridad con falta de respaldo continua e inestabilidad permanente. Empresas sin ningún interés en la integración, ni la rehabilitación social, entidades gestoras que ven en nuestro sector una línea más de negocio ante la vergonzosa pasividad de los gobiernos, tanto autonómicos, como el central, los cuales siguen sin considerar nuestro trabajo con la seriedad que este merece y que con su inacción nos siguen condenando al olvido y a una permanente e insoportable precariedad.
La vocación y la implicación con las personas más desfavorecidas de este grupo de profesionales no puede ser la excusa para aceptar situaciones que ponen en riesgo nuestra integridad, a la vez que ahondan en la desigualdad social y en las privaciones de los colectivos para los que trabajamos.
Cubrimos, desde la precariedad y la falta de recursos, unas necesidades y problemáticas que debieran asumir las administraciones públicas. Los beneficios de las empresas del tercer sector nos cuestan la vida.
Para el sector social la movilización es ahora más que nunca una cuestión de dignidad. Llegamos tarde para Belén, pero las administraciones públicas, responsables de que se realice el trabajo con éstas lamentables condiciones, deben garantizar que no vuelva a quedar ninguna otra trabajadora más del sector por el camino y deben empezar a dar los pasos para considerar nuestra profesión como lo que es: un pilar imprescindible del estado de bienestar y dotarnos como profesionales de los medios y condiciones laborales acordes a la importancia, exigencia y responsabilidad que tiene nuestro trabajo. Queremos equipos de trabajo amplios, formación constante, salarios dignos, queremos que haya conciliación, que las empresas del tercer sector no entren a la suicida en las subvenciones, porque nos dejan solas ante la violencia que nace de la desigualdad.
Coordinadora del Tercer Sector de Confederación General del Trabajo País Valencià i Murcia
Fuente: Gabinete de Comunicación de la Confederación General del Trabajo del País Valenciano y Murcia