Tras ver el programa de la 1 "Historia de España", un capítulo dedicado a la dictadura de Primo de Rivera, y he pensado : ¿nos contarán la misma milonga de siempre ? ¿Conocen la mayoría de mis compañeros de la CGT la versión, que yo me creo, y que nuestros abuelos de la CNT nos han contado, en esporádicos documentos, sobre lo que entonces pasó ?

Tras ver el programa de la 1 «Historia de España», un capítulo dedicado a la dictadura de Primo de Rivera, y he pensado : ¿nos contarán la misma milonga de siempre ? ¿Conocen la mayoría de mis compañeros de la CGT la versión, que yo me creo, y que nuestros abuelos de la CNT nos han contado, en esporádicos documentos, sobre lo que entonces pasó ?

Porque, y no hace falta decirlo, la historia la cuentan los vencedores, y los anarcosindicalistas todavía tenemos pendiente la oportunidad de contar nuestra versión, más allá de las memorias de nuestros viejos anarquistas.

Después de la muerte de Franco surgió una nueva historiografía que rompió con todo lo que el régimen dictatorial había convertido en verdad histórica indiscutible, pero esa «nueva Historia» estaba contada desde unos métodos y una ideología exclusivamente marxista (principalmente fueron historiadores extranjeros los que nos contaron la nueva versión). Debido al declive y práctica desaparición del anarcosindicalismo durante el largo tránsito de la dictadura, a causa de la represión y las disensiones internas de la CNT y el resto de organizaciones libertarias, la versión «progre» de la historia española del siglo XX no ha tenido en cuenta, por interés, el importante papel desempeñado por nuestra organización en la historia del primer tercio del siglo español.

¿Nos contará hoy tv española, la tv de los socialdemócratas, el infame papel que la monarquía, el PSOE y la UGT (coño, los mismos que mandan hoy) llevaron a cabo para que una nueva dictadura militar intentara barrer a los anarcosindicalistas ?

En los libros de historia al uso hoy en día, no se menciona prácticamente nada. A modo de ilustración van dos ejemplos :

1- En una «Historia de España» de Plaza & Janés, donde nunca se menciona el nombre del monarca Alfonso XIII en relación con estos hechos, dice textualmente : «El nuevo régimen se configuró como un directorio militar, suspendió la Constitución, estableció una rígida censura de prensa, prohibió todos los partidos políticos y sindicatos, aunque algunos como el PSOE y la UGT fueron tolerados, y destituyó todos los cargos electos». Y no da ninguna razón por la cual el partido y el sindicato socialdemócrata merecieran tal privilegio…

2- En la famosisísima «Historia de España» de Pierre Vilar, tampoco se da el nombre del rey (el abuelo del borbón actual) que participó en el golpe (al que llama «crisis», como Aznar hace con la guerra de Irak), ni el papel jugado por la CNT (solo los «disturbios» que llevó a cabo en los años anteriores) : «El 13 de septiembre de 1923, contando con el apoyo de las clases dirigentes y de las guarniciones, se proclamó jefe (Primo de Rivera) de un directorio aceptado por el rey. Nadie se lanzó a defender un parlamentarismo desacreditado» …(si fuera por descrédito del parlamentarismo… ¿nos lanzaríamos ahora a defenderlo ?)

Bueno, pensareis, eso ya nos lo sabemos…¿y que dicen esos viejos anarquistas que pasó ?

Intentaré no ser muy peñazo.

Por aquél entonces, principio de los veinte, nuestros colegas no se andaban con chiquitas. A principios de 1923, Francisco Ascaso y García Oliver se fueron a por un pistolero llamado Languía, mano derecha de Ramón Sales, el jefe de los Sindicatos Libres que masacraban a los anarcosindicalistas. El tal Languía había participado en el asesinato de Salvador Seguí y, sabiéndose buscado por los libertarios buscó refugio en Manresa. Allí se lo cargaron Ascaso y García Oliver donde le encontraron en el fondo de un bar, junto a tres pistoleros, jugando a las cartas.

En León, el 17 de mayo de 1923 (entonces era el día de la fiesta mayor, un abrazo para los colegas de la S.S. de León), los anarquistas Gregorio Suberviela y Antonio «el Toto» le descerrajan cuatro tiros, y dejan frito, al teniente coronel José Regueral, antiguo Gobernador Civil de Bilbao, un verdadero hijodeputa, «distinguido por su odio a la clase obrera» y mano derecha del más grande de los cabrones de aquél tiempo, el General Martínez Anido, durante la representación de la zarzuela de Chapí «El rey que rabió» (título premonitorio, que ojo tenían nuestros antepasados). (Cuando cuenta este episodio Diego Camacho, termina diciendo : «protegidos por la sorpresa y el griterío (…) Gregorio y su amigo desaparecieron en la noche tibia y colmada de estrellas»…y yo me estremezco al evocar esas noches leonesas, tan raras…)

Pero el caso más sonado fue el del ajusticiamiento de «la persona más odiada en la capital aragonesa (un saludo a la S.S. mañica), el cardenal arzobispo Soldevila, que la vox pópuli acusaba del patronazgo de las casas de juego a la par de ser el verdadero introductor y protector del pistolerismo (vaya la mierda que cubría a la Iglesia en aquellos años…. y en los siguientes). Incluso se hablaba entre la gente de sus orgías semanales en cierto convento de religiosas». Al tal fulano, se encargaron de eliminarlo Fernando Ascaso y Torres Escartín y lo hicieron el 4 de junio de 1923 enviándole trece tiros de pistola a través de las puertas de su coche, un buiga negro mátricula Z-135. Lo enviaron directo a su puto infierno de sacristía.

Por último, sucedió el “audaz atraco” al Banco de España de Gijón del 1 de septiembre de 1923 (un saludo a los colegas de la S.S. de Asturias y aparte a Julián : te debo respuesta a tu correo, lo sé) en el que algunos de “Los Solidarios” (Durruti, Ascaso, Torres Escartín, Eusebio Brau, Gregorio Suberviela, etc.) se llevaron 650.000 pts.

Todos estos acontecimientos habían creado una división dentro de la CNT y se apreciaban tres tendencias :

  •  “Una, de equívoca posición revolucionaria, deseaba institucionalizar el atraco como método de lucha y deseaba a toda costa que la CNT patrocinara dicha fórmula”.
  •  “En oposición a ese grupo, Angel Pestaña denunciaba en las asambleas tales métodos como cosa extraña a la CNT y al anarquismo”
  •  “Por último, los confederales-bolcheviques (Nin, Maurín, Arlandís) perseveraban en su afán de dirigir la CNT, oponiéndole sus Comités Sindicalistas Revolucionarios”. (A estos si que les valía…)

    En ese año en España, es cierto que había una gran crisis dentro de los partidos políticos y especialmente en el Socialista por la división que en él introdujo la Internacional Comunista.

    Al frente del gobierno estaba entonces como primer ministro el gilipollas de García Prieto, al que el conflicto de Marruecos, el desastre de Annual y el informe del general Picasso (un informe sobre la guerra en Marruecos contrario a los intereses de la monarquía) no le dejaban dormir ya que no se atrevía a tomar las medidas que veía necesarias, para no enfrentarse al rey, al ejército y a la iglesia.

    En estas, Alfonso XIII imagina una España fascista al modo de la Italia de Víctor Manuel, con un Mussolini español. Se quiere quitar de encima el fantasma de su implicación criminal en la guerra de Marruecos y cargarse la Constitución por el desprecio que tenía a todo lo que olía a “pueblo”. Piensa en el general Primo de Rivera.

    “Pero era preciso buscarse un pretexto y, en este sentido, ¿cuál mejor que el de acabar con el “bandidismo” obrero, es decir, con el anarcosindicalismo ? Pensaba que su idea sería aplaudida incluso por la burguesía catalana”

    Según nos cuentan los viejos anarquistas de la época : “La única fuerza que prestaba su máximo interés a los planes dictatoriales, y con razón para ello, era la CNT y los anarquistas, puesto que los unos y los otros sabían que el motivo principal de ese golpe militar era acabar con el anarquismo y el sindicalismo revolucionario. García Oliver, comisionado por los grupos anarquistas de Barcelona, se entrevistó con el Comité Nacional de la CNT, con el fin de coordinar las fuerzas para hacer efectiva una huelga general revolucionaria. Los resultados de la entrevista fueron deprimentes : los cuadros de la CNT se encontraban desangrados y algunos sindicatos mantenían una existencia simbólica. Las sucesivas olas represivas habían terminado por desarticular la organización obrera. Angel Pestaña explicó a García Oliver : “La revolución reclama organización. Las energías que liberan son las que obran el fenómeno de la espontaneidad creadora. Para que una revolución triunfe es preciso un mínimo de un noventa por ciento de organización, y nosotros nos encontramos por debajo de la cifra del cincuenta. Causas de nuestra deficiencias son el desgaste que el terrorismo patronal nos ha impuesto, más también, nuestras propias disensiones y el nefasto papel que ha jugado el bolchevismo en nuestras filas, y que ha terminado en algunos lugares, como en Sabadell, por desorientar a la clase obrera : Hoy la única posibilidad de hacer frente al golpe de Estado reside en la unión de todas las fuerzas enemigas de la dictadura : pero ¿dónde están esas fuerzas ? La UGT no muestra ningún interés en hacer frente al golpe militar”. Y Pestaña concluyó : La CNT se encuentra sola ante la dictadura que se avecina, pero como esa dictadura va dirigida contras las auténticas fuerzas del país, y éstas se cobijan bajo las siglas de la CNT, en esta ocasión, como siempre lo ha hecho el anarcosindicalismo, ella hará honor a su tradición revolucionaria”.

    Abreviando, que me enrollo demasiado y va a llegar la hora de que empiece el programa televisivo origen de esta reflexión :

    El día 13 de septiembre de 1923 a las dos de la tarde, el general Primo de Rivera convocó a la prensa a su despacho para darles cuenta de su “Manifiesto al país” :

    “Este movimiento es de hombres : el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón… En virtud de la confianza y mandato que en mí han depositado, se constituirá en Madrid un Directorio Militar con carácter provisional, encargado de mantener el orden público. No queremos ser ministros ni sentimos más ambición que la de servir a España. El país no quiere hablar de más responsabilidades, sino saberlas, exigirlas, pronta y justamente. La responsabilidad colectiva de los partidos políticos la sancionamos con este apartamiento total a que los condenamos”.

    El día 14 de septiembre, el Comité Nacional de la CNT hizo la siguiente declaración pública : “En esta hora en que la cobardía general es manifiesta y el poder civil abandona sin lucha el poder a los militares, es a la clase obrera a quién incumbe el hacer sentir su presencia y no dejarse patear por hombres que, transgrediendo todas las formas de Derecho, quieren reducir a cero todas las conquistas obreras logradas después de largas y costosas luchas”. El manifiesto terminaba apelando a los obreros a la huelga general. Llamamiento sin optimismo, porque lo que debía haber sido un movimiento popular grandioso quedó reducido a la oposición simbólica de acciones espontáneas que, aunque heroicas, no contagiaron a la colectividad.

    La UGT y el Partido Socialista también lanzaron ese mismo día un manifiesto instando a sus afiliados a “no favorecer la sublevación”. Y el día 15 publicaban otro reconociendo implícitamente a la Dictadura, y en el que se ponía en guardia al pueblo “contra los movimientos estériles que pueden provocar la represión”, añadiendo que “quedaban desautorizados todos los Comités que tomaran medidas por su propia cuenta” (¿A qué nos suena esto ? Viejas historias vienen y van…)

    Ese mismo día Alfonso XIII, a la vuelta de sus larguísimas vacaciones, le entregó el poder, encantado, a Primo de Rivera. “Institucionalizada la Dictadura por el propio Rey, la Constitución, que el propio Alfonso XIII había jurado defender, quedó abolida” Desde ese momento el Partido Socialista trataría de reubicarse a los nuevos tiempos, sin grandes escrúpulos de conciencia socialista.

    ¿Y que fue de la CNT ? Así lo cuenta uno de esos viejos anarquistas, Flores Magón :

    “La CNT y el anarquismo, que se sentían los más genuinos representantes de la clase obrera, no podían acomodarse a pactar con la Dictadura -como iba a hacerlo la UGT-, sin renegar de sus principios. El pasaje a la clandestinidad era, pues, la consecuencia lógica de la actitud de la CNT. Pero ¿qué era la clandestinidad para la CNT ? ¿Es que no había vivido, desde su nacimiento, la CNT en plena clandestinidad ? ¿Qué perseguía la CNT ? : La emancipación económica y política de la clase obrera a través de la expropiación generalizada y la “autogestión” a todos los niveles. ¿Podía llegarse a ello por medio de la legalidad ? No, “pues el que predica a los trabajadores que dentro de la Ley puede obtenerse la emancipación del proletariado, es un embaucador, porque la Ley ordena que no arranquemos de las manos del rico la riqueza que se nos ha robado, y la expropiación de la riqueza para el beneficio de todos es la condición sin la cual no puede conquistarse la emancipación humana”. Esta era la teoría y práctica de la CNT. En consecuencia, por esencia, era ilegalista. Y en el ilegalismo, la CNT se sentía como pez en el agua”

    Bueno, no sigo. Que cada uno saque sus propias consecuencias. No perdamos de vista que eran otros tiempos, otras “coyunturas” y otras realidades sociales, económicas, políticas, y que no se había inventado la televisión.

    A ver que nos cuentan esta noche en la 1.

    Salud, amor y rabia.

    Joaquín Sotos