ELADIO VILLANUEVA Y ANTONIO J. CARRETERO. Secretario general y secretario de Formación, respectivamente, de la Confederación General del Trabajo (CGT)
En el actual capitalismo globalizado, las leyes económicas y su lógica de acumulación se sitúan por encima de cualquier necesidad humana.
La precariedad, impulsada por la globalización, avanza en los centros de trabajo : temporalidad, accidentes laborales, flexibilidad, despidos, miedo… pero también en el resto de nuestra actividad vital : recortes en las pensiones, en el desempleo, privatizaciones, reducción del gasto social, dificultades para cuidarnos y cuidar de las personas, estigmatización, represión… Se extiende cada día a un mayor número de colectivos sociales y se incrementa en aquellos que han sido tradicionalmente los más desfavorecidos : mujeres, jóvenes y personas inmigrantes.
ELADIO VILLANUEVA Y ANTONIO J. CARRETERO. Secretario general y secretario de Formación, respectivamente, de la Confederación General del Trabajo (CGT)

En el actual capitalismo globalizado,
las leyes económicas
y su lógica de acumulación
se sitúan por encima
de cualquier necesidad humana.

La precariedad, impulsada por
la globalización, avanza en los centros
de trabajo : temporalidad, accidentes
laborales, flexibilidad, despidos,
miedo… pero también en el
resto de nuestra actividad vital : recortes
en las pensiones, en el desempleo,
privatizaciones, reducción
del gasto social, dificultades para
cuidarnos y cuidar de las personas,
estigmatización, represión… Se extiende
cada día a un mayor número
de colectivos sociales y se incrementa
en aquellos que han sido tradicionalmente
los más desfavorecidos :
mujeres, jóvenes y personas inmigrantes.

Las políticas neoliberales aplicadas
en nuestro país están siguiendo
a rajatabla los criterios de desregulación
del mercado laboral y desmantelamiento
de la cobertura social. En
el primer caso nos encontramos con
reformas laborales y prácticas empresariales
que someten a unas condiciones
cada vez más insostenibles.
El gobierno del PSOE inició su andadura
con la “Declaración para el
diálogo social 2004”, ratificada por
CEOE, CEPYME, CC OO y UGT, cuyos
objetivos centrales son la mejora
de la competitividad de las empresas
y el incremento de la productividad.

La competitividad es la ideología dominante,
y considera imprescindible
el mantenimiento y la extensión de
la precarización, en el mundo laboral
y en el ámbito de la vida.
Esta última incrementa la inseguridad
de que podamos resolver de
forma satisfactoria nuestras necesidades.
Los recortes de la protección
social ponen en cuestión cada día
nuestros derechos básicos. En muchos
casos, esta reducción va acompañada
de la transferencia a cargo
de los hogares de las ya escasas
prestaciones que se proporcionan
desde las instituciones. Hay que tener
en cuenta que partimos de una
situación en la que las mujeres están
históricamente resolviendo la
mayor parte de estas necesidades
sociales, por medio de su trabajo no
remunerado. El estado del bienestar,
considerado el máximo exponente
de las conquistas del movimiento
obrero occidental, fue en
parte posible por un modelo de
desarrollo capitalista que expoliaba
a los países de la periferia, y por un
modelo de familia que garantizaba
la subordinación de las mujeres y su
aportación gratuita del trabajo de
cuidados necesario para la sostenibilidad
de la población.

No hay que olvidar tampoco que
un drama cotidiano resultante de la
precarización es la siniestralidad laboral,
y la aquiescencia institucional
y privada, que la genera y la justifica,
constituye una violación del derecho
a la vida.

Venimos desde hace bastantes
años dedicando una atención particular
a todos estos problemas. Nuestra
participación en las Marchas contra
el Paro, la Precariedad y la
Exclusión Social, en el trabajo por la
Iniciativa Legislativa Popular de las
35 horas, y la propia actividad de los
comités de lucha contra la precariedad
y/o contra el paro, así lo demuestran.
Consecuencia de esto es
la existencia en la CGT de núcleos
importantes de gente precarizada
que viene desarrollando una lucha
sindical, con alta participación de
gente joven que opta por la vía de la
protesta, y que se identifican con
nuestros planteamientos de actividad
y lucha sindical.

La lucha contra la precariedad
debe ser necesariamente una lucha
anticapitalista, pero también una
lucha contra el conjunto de las relaciones
de poder que se alimentan
de este modelo social. Estas manifestaciones
se producen en casi todos
los ámbitos de nuestra vida, una
vida que forma un todo, sin espacios
estancos (empleo, salud, vivienda,
educación, cuidados). Nuestro objetivo
es vincular cotidianamente la
acción sindical y la acción social, intentando
generar una dinámica
transversal que nos permita ‘saltar
las tapias’ de la fábrica, de nuestra
casa, del hospital, de la escuela…

Asumimos que en la lucha contra la
precariedad es muy importante el
establecimiento de redes entre las
distintas organizaciones, grupos,
movimientos… que luchan contra la
precariedad desde distintos campos
y perspectivas.

Sin embargo, este planteamiento
se enfrenta a unas dinámicas sindicales
y políticas totalmente perniciosas.
Por un lado el papel colaborador
y sumiso del sindicalismo denominado
mayoritario, que es por
todos/as conocido, así como del autoproclamado
sindicalismo alternativo,
que firma proclamas antisistema
pero también convenios
precarizadores. Por otro, la endémica
desunión y la pelea frenética
entres siglas y personas por ocupar
las tribunas de oradores en los movimientos
sociales. Todo esto, no
sólo ayuda a incrementar la desmovilización
y la desesperanza en las
posibilidades de la lucha colectiva,
sino que desalienta a cualquier persona
que se aproxima buscando un
lugar desde el que poder luchar y
defenderse de las continuas agresiones
del sistema.

La CGT ha decidido que la lucha
contra la precariedad es el eje de
su actividad sindical y social, la
cual concretamos en :

a) impulsar
la coordinación interna ;

b) abrir el
sindicato a las personas y al mundo
de la precariedad (el mundo de
la mayoría social) ;

c) dedicar recursos
suficientes contra la precariedad
en todos los ámbitos ;

d) dentro de cada empresa y/o sector
desarrollar una línea reivindicativa
de mejora de las condiciones de
trabajo en contratas y subcontratas ;

e) lanzar una campaña por una
Carta de Derechos Sociales universal,
igualitaria y autogestionaria y
que, en principio, más que recoger
una lista amplia pero cerrada de
derechos, planteamos desde unas
líneas reivindicativas globales que
puedan ser progresivamente concretadas
a través de un proceso de
debate ;

f) esta campaña debe buscar
la convergencia con otras organizaciones
y colectivos sociales ;

g) esta actuación debe posibilitar
en cada ámbito la inclusión
de las personas en situaciones de
paro, temporalidad, exclusión y
discriminación.

La autoorganización, la participación
activa de los/las trabajadores/
as y de los colectivos implicados,
mediante la movilización y la
denuncia constantes, son las mejores
herramientas para llevar a
cabo esta lucha. Nuestra capacidad
de respuesta, de solidaridad y
de apoyo mutuo se construye día a
día entre todos y todas en los sindicatos
de la CGT. Frente a los
despidos, frente a la represión institucional,
frente a la conculcación
y eliminación de derechos y libertades,
sólo el trabajo colectivo, la
solidaridad organizada, la democracia
directa en las decisiones y
la acción directa pueden subvertir
la realidad.

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Fuente: Periódico Diagonal