La Comisión de Economía y Hacienda del Congreso rechazó el martes 22 de diciembre la disposición final segunda del proyecto de Ley de Economía Sostenible (LES), la conocida como Ley Sinde, con los votos en contra de todos los partidos parlamentarios a excepción del PSOE.

La LES contiene, como de refilón, una ley antidescargas, que supone un ataque normativo de represión y coerción a la libertad de expresión y de libre distribución cultural en internet, por lo que la comunidad de internautas ha hecho y está haciendo todo lo posible por tumbarla.

La Comisión de Economía y Hacienda del Congreso rechazó el martes 22 de diciembre la disposición final segunda del proyecto de Ley de Economía Sostenible (LES), la conocida como Ley Sinde, con los votos en contra de todos los partidos parlamentarios a excepción del PSOE.

La LES contiene, como de refilón, una ley antidescargas, que supone un ataque normativo de represión y coerción a la libertad de expresión y de libre distribución cultural en internet, por lo que la comunidad de internautas ha hecho y está haciendo todo lo posible por tumbarla.

De momento, hasta la vuelta al senado de esta disposición en enero próximo, lo han conseguido. Si, esta es una victoria parcial de una comunidad real, no virtual, de activistas por un internet libre, con la que la CGT se identifica y apoya.

Internet está siendo blanco de una batalla dramáticamente desigual en todo el mundo. Por un lado los estados -totalitarios como el chino y formalmente democráticos como los europeos-, por otro las multinacionales de la comunicación, de la información y de la distribución cultural, y finalmente las gestoras de la propiedad intelectual -como la SGAE- están estrechamente unidos en una coalición para controlar política y económicamente internet. Y esta es quizás la primera y más peligrosa coalición de signo totalitario plenamente globalizada, pues internet es tanto causa como consecuencia del fenómeno multidimensional de eso que llamamos globalización.

Unos -los estados, sus ejércitos y fuerzas policiales- anhelan el modelo chino o iraní de control político y espiritual férreo de lo que se puede ver, leer y descargar en internet en pro del pensamiento único de quienes gobiernan y mandan. Otros – multinacionales de la cultura de masas y gestoras de la propiedad intelectual – desean repartirse limpia y competitivamente el reparto de la tarta económica, es decir que toda creación cultural e intelectual esté patentada, tasada y canonizada en pro de obtener de esto rentabilidad y beneficios. ¿Qué mejor alianza entre el totalitarismo político y el capitalismo económico que la que posibilita cerrar webs por distribuir libremente contenidos culturales ?

Los ataques a la transparencia informativa tipo Wikileaks pero también a las webs contrainformativas que posibilitan que las expresiones virtuales y reales en la calle de los movimientos sociales se difundan y conozcan, el canon digital, las leyes antidescargas o el cierre de webs, son todas ellas manifestaciones parciales de la batalla entre un internet libre y un internet mercantilizado y políticamente controlado. Entre un internet donde creación, expresión y difusión se desarrollan libremente o un internet sometido a la lógica del capital y del estado. Esa es pues una genuina lucha por la libertad, una real lucha libertaria.

Por ello CGT quiere felicitar el trabajo difuso pero coordinado de toda la comunidad de internautas y hacktivistas por esta victoria parcial de presión que ha conseguido que todos los partidos parlamentarios, menos el del gobierno, hayan rechazado la ley antidescargas, aunque sea por el miedo de todos ellos a perder apoyos electorales en los comicios que se avecinan. La lucha por la libertad sigue su curso, por lo que la CGT estará junto con quienes luchan por un internet libre y libertario.

Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT


Fuente: CGT