"Lo más fácil en mi situación habría sido suicidarme, pero Dios tenía un encargo para mí", afirma
La paquistaní Mukhtar Mai, que logró la encarcelación de los cuatro hombres que la violaron según la "ley tribal" de su aldea natal, ha sido una de las galardonadas con el premio que otorga la Casa de Asia, por su trabajo en defensa de los derechos humanos y la dignidad de las mujeres en su país.
«Lo más fácil en mi situación habría sido suicidarme, pero Dios tenía un encargo para mí», afirma


La paquistaní Mukhtar Mai, que logró la encarcelación de los cuatro hombres que la violaron según la «ley tribal» de su aldea natal, ha sido una de las galardonadas con el premio que otorga la Casa de Asia, por su trabajo en defensa de los derechos humanos y la dignidad de las mujeres en su país.

En la rueda de prensa previa al acto de entrega de los premios en Barcelona, Mukhtar Mai, presidenta de una ONG que lleva su mismo nombre, ha explicado las mejoras que su organización ha introducido en su ciudad natal, entre las que destacan una escuela para niñas, un centro de ayuda a las mujeres y una comisaría.

Mai fue condenada en 2002 según la ley feudal de su comarca a ser violada por cuatro hombres para vengar una supuesta «ofensa de honor». En vez de callar, como le aconsejó su familia, decidió luchar hasta conseguir que los autores del delito fuesen encarcelados, erigiéndose en símbolo de los derechos de la mujer en Pakistán. Actualmente, sus agresores permanecen en prisión a la espera de un juicio.

Denuncias silenciadas

«Lo más fácil habría sido suicidarse, pero Dios me dio fuerza para continuar porque tenía un encargo para mí», ha destacado Mai, quien desde entonces se ha dedicado en cuerpo y alma a lograr la escolarización de las niñas de su comarca, pieza clave para la dignificación de la mujer pakistaní, destacó. Con el dinero de la compensación que le dio el gobierno de Pakistan, fundó una escuela femenina y, aunque al principio «los padres no querían llevar a sus hijas» -empezó con sólo tres niñas-, «ahora son 300 y puedo gestionar bien la escuela gracias al apoyo ciudadano».

A pesar de las mejoras, todavía hoy son muchas las mujeres que no consiguen denunciar sus casos, habitualmente por falta de dinero o desconocimiento, por lo que el centro de ayuda a las mujeres fundado por Mai ofrece un abogado e información para tramitar las denuncias, ha explicado.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, ha agradecido a Mai su lucha y coraje y le ha prometido difundir su caso con el fin de defender las libertades individuales. También recibirán el galardón Casa de Asia 2005 la periodista Rosa Maria Calaf -en nombre de los corresponsales españoles en Asia- y el presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España (CONGDE), David Alvarez, en representación de las organizaciones que trabajan para paliar los efectos del tsunami.


Fuente: EFE/EL PAIS