La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años de cárcel a un ’skin’ por apuñalar con una navaja en siete ocasiones a un magrebí tras llamarle "moro de mierda" en un vagón del metro de Barcelona en marzo de 2003. El tribunal ha condenado al acusado, J.C.D., por un delito de homicidio en grado de tentativa con una agravante por racismo.
La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años de cárcel a un ’skin’ por apuñalar con una navaja en siete ocasiones a un magrebí tras llamarle «moro de mierda» en un vagón del metro de Barcelona en marzo de 2003. El tribunal ha condenado al acusado, J.C.D., por un delito de homicidio en grado de tentativa con una agravante por racismo.
La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años de cárcel a un ’skin’ por apuñalar con una navaja en siete ocasiones a un magrebí tras llamarle «moro de mierda» en un vagón del metro de Barcelona en marzo de 2003. El tribunal ha condenado al acusado, J.C.D., por un delito de homicidio en grado de tentativa con una agravante por racismo.
La Sección Octava de la Audiencia señala en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, que se debe imponer «la pena mínima» por el citado delito, que va de cinco a diez años de cárcel, porque el acusado tenía 18 años de edad en el momento de los hechos y carece de antecedentes penales.
Tras la detención del joven, de estética ’skin’ y que vestía «la indumentaria propia de los cabezas rapadas», la policía encontró en la habitación de su su domicilio «numerosos libros, postales y fotos» de Hitler, de la Falange y de la División Azul.
Los hechos se remontan al 1 de marzo de 2003, sobre las 22 horas, cuando el acusado se hallaba con sus amigos H.D.G. y G.B.D, en el interior de un vagón de la Línea 3 del Metro de Barcelona. El acusado empezó a gritar «consignas de carácter fascistas —tales como ’Hail Hitler’— y de apoyo a un club de fútbol de esta ciudad». A continuación, se dirigió hacia donde estaban sentados dos hombres, ambos magrebíes y le preguntó al primero : «Qué estás mirando, moro de mierda ?».
INSULTOS Y ESCUPITAJOS.
Posteriormente, según recoge la sentencia, el acusado escupió a los dos individuos y, «sin que conste provocación por parte de los mismos», sacó una navaja del tipo mariposa y se la clavó hasta siete veces a uno de los magrebíes «con la intención de acabar con su vida».
A consecuencia de la agresión, la víctima sufrió dos heridas incisas en el tórax con afectación de plano subcutáneo y muscular, y otra herida abdominal penetrante en el hipocondrio izquierdo con hemiperitoneo, laceración en cara inferior hepática con fractura costal y lesión de la arteria intercostal. Tras acuchillar a la víctima, el acusado se dio a la fuga junto a sus compañeros.
La sentencia asegura que de no haberse tratado estas lesiones «con carácter urgente» la víctima habría fallecido. El agredido permaneció hospitalizado seis días y precisó durante su ingreso una intervención quirúrgica, que consistió en «laparoscopia reparadora y sutura». Al hombre le quedaron como secuelas siete cicatrices de diversas longitudes en el hemitórax y el brazo izquierdo.
El fallo no considera acreditado que el acusado «tuviera mermadas sus facultades volitivas o cognoscitivas con motivo de una ingesta alcohólica» cuando sucedieron los hechos, como alegó el abogado defensor.
La Policía registró el domicilio del detenido, situado en el número 58-60 de la Gran Vía Carlos III de Barcelona, donde intervino diversas fotografías, postales y pegatinas referentes a la Falange, así como varios libros, videos y CD’s de ideología nazi.
TENTATIVA DE HOMICIDIO.
A pesar de que el abogado defensor pidió que su cliente fuera condenado por un delito de lesiones, el tribunal considera que los hechos son constitutuvos de un delito de homicido en grado de tentativa por el arma empleada —una navaja de tipo mariposa—, el número de navajazos —siete— y la especial gravedad de las heridas.
Además, el fallo también tiene en cuenta la «actitud» del procesado tras los hechos, ya que huyó del lugar, «despreocupándose del estado de la víctima que yacía en el suelo sangrando».
Sin embargo, la Audiencia de Barcelona le ha aplicado una atenuante de reparación del daño causado, ya que con anterioridad al juicio, le indemnizó con 6.000 euros.
Asimismo, le ha aplicado una agravante por cometer el hecho por motivos racistas o en atención a la etnia de la víctima. La sentencia recoge el testimonio de uno de los amigos del procesado que reconoció que el agresor gritó consignas fascistas como «Hail Hitler» y otras semejantes, además de escupir a la víctima y preguntarle : «¿Tú qué miras, moro de mierda ?».
Durante la vista oral, el acusado aseguró que no es «racista» y para ello explicó que su madre es filipina y que tiene un amigo argentino. No obstante, «aunque sean ciertas la nacionalidad de su madre y la de su amigo, es obvio que ello no impide que pueda comportarse de una forma racista con quienes entiende que pertencen a una etnia que él conceptúa como inferior a su mestizaje».
Fuente : EP