HIJOS de La Plara (03.07.12, retomado por la Agencia Patricio Walsh el mismo día, sin el final sobre el juez Arnaldo ...)
BUZATTO EN REBELDÍA:
Si la justicia platense viene avanzando lenta y fragmentariamente en procesar e indagar a los represores del “Circuito Camps”, el panorama se complejiza aún más cuando eluden el tardío accionar judicial fugándose.
Si la justicia platense viene avanzando lenta y fragmentariamente en procesar e indagar a los represores del “Circuito Camps”, el panorama se complejiza aún más cuando eluden el tardío accionar judicial fugándose. A los casos de Juan Miguel Wolk en causa Pozo de Banfield, Ricardo Luis Von Kyaw y Miguel Angel Amigo en causa La Cacha, se suma ahora el desconocimiento del paradero del represor Nestor Ramón Buzatto, procesado en la residual del circuito Arana-Brigada y señalado como partícipe del operativo en la casa Mariani-Teruggi.
La causa n° 208, caratulada “Arana-Brigada de Investigaciones La Plata…” recoge aquellos hechos que, por la tardanza de la justicia en su tarea investigativa o bien por criterios que no hacen más que fragmentar y estirar los procesos contra los genocidas, quedaron fuera del juicio que desde septiembre de 2011 se realiza en La Plata y que considera hechos de 5 de los 29 CCD del Circuito (Arana, Brigada, Comisaría 5ta, Puesto Vasco, COT 1 de Martínez) e incluye los crímenes de la Casa Mariani-Teruggi.
Varios de los represores imputados en esta causa residual fueron citados como “testigos” en las audiencias del juicio “Circuito Camps”. Lo paradójico es que se los citó para hablar de hechos de los que reconocidamente participaron y en la situación de “testigo”, es decir conjurado a decir la verdad, pero al poco tiempo de exposición se los cortaba para que no cayeran en la autoinculpación.
Sólo el recordatorio certero de la querella de Justicia YA La Plata en las audiencias de que estos genocidas estaban imputados en la residual, salvaba el papelón judicial de este desfile impune de represores como el agente del Destacamento de Arana Juan Carlos Urquiza, o el capitán de Logística del Regimiento 7 Héctor Amuchástegui.
Una extensa discusión generó la citación al juicio como testigos, propuesta por la defensa de los genocidas, de los policías Cecilio Reynaldo Gomez y Néstor Ramón Buzatto. Ambos están acusados por los homicidios cometidos durante el ataque a la casa Mariani Teruggi en noviembre de 1976 y del robo de la nieta de Chicha Mariani. Y ambos habían reconocido su participación en el hecho en declaraciones en el Juicio por la Verdad que ayudaron a aclarar que el policía José Sconza, baleado y muerto en el operativo tras caer y romper el techo de la casa vecina, fue alcanzado por un proyectil de sus propios colegas.
El 16 de junio de 1999, Gómez declaró ante la Cámara Federal de La Plata en el Juicio por la Verdad, donde reconoció que ese día estuvo en el lugar del ex jefe de la Policía, Ramón Camps, y su Director de Investigaciones, Miguel Etchecolatz; y que estuvo sobre el techo de una casa vecina junto con el ex suboficial Néstor Buzatto, quien resultó herido, y Osvaldo Sconza, quien falleció en la desprolija balacera policial. Gomez agregó que tenían la orden de ingresar a la vivienda, pero que al ser alcanzados por los disparos, sus compañeros cayeron dentro de una habitación de la casa vecina. Además, dijo que él también había sido herido.
La justicia conoce hace años la copia de la resolución del 2 de noviembre e 1977, firmada por el jefe de la bonaerense, Ramón Camps, donde textualmente “la jefatura felicita a los efectivos Luis Vides, Norberto Cozzani, Nestor Buzatto y Cecilio Gomez por haber protagonizado actos de servicio en (…) una finca donde se guarnecían varios delincuentes”, en clara alusión a la casa de la calle 30 entre 55 y 56. El reconocimiento significaba, según varios represores confesaron, un inmediato ascenso y el lógico aumento de sueldo.
Harto de acumular prueba para no actuar, el juez Arnaldo “no soy superman” Corazza decidió detener a mediados de junio a Gomez y Buzatto. Gómez fue detenido en su casa de Berazategui, por efectivos de la Policía Bonaerense y el mismo día indagado y procesado por los asesinatos de Diana Teruggi, Alberto Bossio, Roberto Porfidio, Daniel Mendiburu Elicabe y Juan Carlos Peiris y por la apropiación de Clara Anahí Mariani-Teruggi, a quien su abuela Chicha Mariani todavía sigue buscando. A Buzatto lo fueron a buscar pero no lo encontraron, por lo cual se lo declaró “en rebeldía” y se dispuso su captura nacional e internacional.
Menuda tarea tendrá ahora el despliegue operacional que Corazza montó para encontrar a Buzatto: La D.D.I. La Plata, la Federal, la Gendarmería, la Prefectura, el Ministerio de Seguridad bonaerense, la Policía Aeroportuaria, la Dirección Nacional de Migraciones, el Ministerio de Justicia de la Nación, la Caja de Retiros y Jubilaciones de la bonaerense y la Interpol quizás no alcancen para reparar el tiempo perdido por el tribunal para decidirse a procesar e indagar a este genocida, cuando tuvo durante años la información suficiente arriba del escritorio.
Tiempo perdido que produce desvergonzadas consecuencias sobre los familiares que buscan a sus nietos y que deberán esperar aún más para conocer la verdad. Clara Anahí Mariani Teruggi sigue sin saber la suya.