La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía –APDHA- ha presentado hoy en Cádiz su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en la frontera Sur. La APDHA realiza este informe desde hace una década presentando un seguimiento de los flujos migratorios y de las consecuencias de las políticas migratorias europeas y españolas en relación a los derechos humanos. 


La APDHA presenta su informe “Derechos Humanos en la Frontera Sur 2010-2011”

En el Frontera Sur 2010-2011
“se desnuda” la Europa Fortaleza y se describen las políticas de un
continente que pretende defender sus fronteras a cualquier precio,
sirviéndose para ello de la externalización, la cooperación condicionada
y las injerencias en las políticas de países terceros.

La APDHA presenta su informe “Derechos Humanos en la Frontera Sur 2010-2011”

En el Frontera Sur 2010-2011
“se desnuda” la Europa Fortaleza y se describen las políticas de un
continente que pretende defender sus fronteras a cualquier precio,
sirviéndose para ello de la externalización, la cooperación condicionada
y las injerencias en las políticas de países terceros.

En el informe se hace un análisis de gestión de flujos migratorios. En los últimos 10 años, las cifras relativas a la inmigración irregular desde el Sur han sufrido cambios significativos. El descenso de la llegada de inmigrantes a nuestras costas es abrumador, y oscila de las 23.486 personas que llegaron en 2001 a las 5.199 que lo hicieron en 2010, pasando por el repunte de 41.180 de 2006. En cuanto a las personas que perdieron la vida en su intento de llegar a territorio español, las cifras de 2010 (131 personas) se acercan mucho a las de 2001 (88 personas), frente a las de 2006 y 2007 que rondaron las 1000 personas muertas. Esta bajada en el número de fallecidos no puede esconder la realidad: siguen muriendo personas en sus periplos migratorios, muchas en nuestras fronteras directas y muchas otras en nuestras fronteras externalizadas.

También se profundiza en la poderosa Agencia Frontex, encargada de vigilar las zonas fronterizas europeas, y que ha multiplicado su presupuesto por 14 en los últimos cinco años hasta llegar a casi 88 millones de euros en 2010, pese a las múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos a las que hace frente.

En tercer lugar, el informe se aproxima al papel que está desempeñando Mauritania en el control migratorio europeo y cuestiona la existencia y función del centro de retención de Nuadibú así como la cooperación condicionada en este país. También se aborda la situación de la migración subsahariana en Marruecos, con especial énfasis en los solicitantes de asilo, y teniendo presente el papel desempeñado por la UE en el reino alauita.

Por último, se acerca al contexto de Ceuta y Melilla, ciudades amuralladas en las que las personas inmigrantes viven en un limbo legal y vital. La situación de las porteadoras transfronterizas de Ceuta también se ha sido objeto de interés en este informe, dando lugar a un resumen pormenorizado de las condiciones degradantes y peligrosas que estas mujeres sufren para poder sobrevivir.