Artículo publicado en Rojo y Negro nº 392, septiembre 2024

La sentencia 289/2024 de Tribunal Supremo sala 4º de lo Social ha creado jurisprudencia. Ahora las empresas podrán exigir una justificación genérica de las actividades sindicales dentro del crédito horario.

Todo comenzó con una delegada de la Confederación Intersindical Galega de un centro de atención de llamadas que reclamó cantidades que le fueron descontadas de su salario. En la reclamación se alega que ejercía sus funciones sindicales sin más justificación y el Tribunal Supremo ha considerado que lo que “la buena fe contractual permite a la empresa exigir es una mínima justificación a la trabajadora”.

Se plantea un debate interno y otro externo
Todas sabemos que tomar parte en las elecciones sindicales da garantías personales a quienes son elegidas de no ser despedido hasta un año después de haberse terminado el mandato y que ser delegado/a otorga un crédito horario para ejercer funciones sindicales. La imagen sindical queda dañada cuando la gente piensa que los delegados se presentan para no ser despedidos o que usan ese crédito horario “para irse a su casa o de compras”.
Por un lado, la sentencia podría verse como un aumento del control del empresario a la acción sindical. Sin embargo, es entendible que las empresas pidan una simple justificación para discernir entre el uso horario sindical frente a las ausencias personales —al parecer, con un “reunión”, “asesoría”, “acompañamiento”, “gestión”, etc. sería suficiente—. Es necesario saber que si solo se pidiera esta justificación a ciertos sindicalistas, mientras que a otros no, sería un delito por discriminación o persecución sindical.
Por otro, todas las centrales sindicales nos encontramos en tiempos de descrédito y pérdida de confianza social como consecuencia de un “pasotismo social”. Podemos aprovecharnos de esta sentencia para empezar a limpiar nuestras filas y, sobre todo, a mostrar más transparencia. Las centrales tienen a personas muy competentes y con muchas ganas de luchar por la causa que no temerán publicar lo que hacen en sus horas sindicales, pero coexistimos con otras que sólo son marionetas de la patronal (como, por ejemplo, en CSIF o FETICO) o con muchos JE-TAS que se aprovechan del sindicalismo para su beneficio personal. A este tipo de gente hay que arrinconarla y que sepan que CGT no es su lugar si lo que quieren es aprovecharse de las “ventajas” jurídicas del sindicalismo.
¿Los delegados y delegadas de CGT tenemos miedo de justificar genéricamente esas horas a la empresa? Pienso que aún sería mejor publicar el uso de ese crédito horario para que toda la plantilla de la empresa sea conocedora e, incluso, añadir las horas del tiempo personal que aportan los compañeros y compañeras para las labores sindicales: charlas, asambleas, plenarias, reuniones, formaciones, concentraciones, negociaciones, acompañamientos, elaborar informes… hay continuamente actividades sindicales y muchas horas de gestión orgánica que son invisibilizadas en el día a día del sindicalista.
Además, las plantillas no tienen mecanismos reales de control salvo este y, al menos, se podría comprobar si las horas sindicales se utilizan para la lucha y así evidenciar el trabajo sindical y quizás se deje de pensar que los sindicalistas nos pasamos el día en el bar, aunque muchos sindicatos tienen el problema (en realidad, para ellos, no lo es porque lo que quieren y fomentan es precisamente esto) de firmar candidaturas con delegados que después no aparecen por el sindicato en cuatro años o solo van cuando tienen problemas, usan el crédito horario para gestiones personales o firman cualquier cosa que les ofrezca la directiva actuando como correa de transmisión para dulcificar las decisiones empresariales frente a las plantillas.
Sería extraño que alguien no pudiera justificar el horario sindical y más aún que no se usase el crédito horario: algunos sindicatos de CGT tienen clausulas para que un porcentaje del crédito sindical se use para tareas del sindicato y el resto para la sección con lo que no debería nunca sobrar ese crédito y, aunque el secretariado del sindicato entiende que debe existir la buena fe por ambas partes, sí que estaría en su derecho de exigir explicaciones de en qué se está empleando los créditos horarios.
Dormimos con la conciencia tranquila, pero la mujer del César debe serlo y parecerlo, el daño que hacen los “jetas sindicales” es tanto al sindicalismo en general como al propio sindicato. Es legítimo justificar ante la sección sindical en qué se usan los medios tanto humanos como materiales y ser transparente con la plantilla a la que se representa acercaría la labor del sindicalista a los puestos de trabajo y a la sociedad en su conjunto.
No olvidemos nunca que la imagen de un sindicato se construye día a día.

Alberto García Lerma


Fuente: Rojo y Negro