La crisis del capital se está costeando a través de recortes de derechos laborales y sociales, afectando más a los sectores más desfavorecidos y encorsetando a los trabajadores en el miedo, mediante la inseguridad laboral y la amenaza más que evidente, que comporta el desempleo.
Amenaza, que percibimos y que nos lleva a la paradoja de trabajar horas extras para que no nos despidan o en el peor de los casos, para mantener un nivel determinado de consumo, mientras hay personas que no encuentran un trabajo con el cual evitar la exclusión social, porque no nos engañemos, sin un trabajo o sin posibilidad de acceder a uno, nuestras vidas pasan a convertirse en un enorme lastre del que tirar. Eso supone el paro : exclusión social para demasiados y coerción para el resto.
En Navarra, se ha dado un llamativo aumento del paro que ha golpeado con fuerza a las mujeres, a jóvenes que demandan un primer empleo y a inmigrantes, es decir, a personas que ya afrontan, por su condición, numerosas dificultades pero que además, son utilizados por la patronal y la clase política, como el látigo que mantiene en un conservadurismo asquerosamente insolidario a los trabajadores más establecidos ; látigo, que por otro lado, es empuñado por muchos trabajadores voluntariamente sobre sí mismos, porque no nos engañemos : si nadie compartiera este modelo económico sería imposible sustentarlo.
Estar en paro implica estar a merced de las “ayudas” que apruebe el gobierno de turno, condicionadas siempre a la dichosa macroeconomía. Supone suspender planes de emancipación, proyectos personales y familiares, incrementar la dependencia, recurrir a la economía sumergida, etc. Todo ello lleva a la angustia y a la frustración, así como a una sociedad menos igualitaria, en todos los sentidos.
Pero la situación se torna perversa, cuando la clase político-empresarial comienza a tomar medidas para corregir, apuntalar diría yo, este problema y nos dicen, que es mediante la formación como acabaremos con el paro ; así de un plumazo tenemos la culpa de nuestras carencias formativas y además mientras realizamos cursos absolutamente inútiles, desaparecemos de su lista de parados. Claro, no contentos con llamarnos inútiles nos quieren hacer ejercer, y comienzan a decirnos que al ser tiempos de dificultad, debemos trabajar más y cobrar menos (buena forma de repartir el trabajo !!), o que se debe abaratar el despido, o potenciar el papel de las ETT´s, o alejar la edad de jubilación,… mientras los niveles de paro juvenil son terroríficos. La idea que subyace es la de la precarización extrema, es decir, que nuestras vidas dependan de voluntades ajenas a la propia.
Las insuficientes movilizaciones obreras planteadas hasta el momento han estado más diseñadas por y para quienes tienen trabajo, y por tanto orientadas al mantenimiento de niveles de consumo. Por ello, desde CGT pretendemos favorecer la auto-organización de personas en paro para reivindicar una salida justa a su situación. Ponemos a disposición de quienes quieran emprender esta pelea, nuestros recursos materiales, personales, divulgativos y organizativos. Por ello, entre otras iniciativas, llamamos a una concentración que tendrá lugar el próximo día 24 de noviembre a las 11:00 (frente a las oficinas del servicio Navarro de Empleo de los Golem- Pz. Europa), que esperamos sirva de punto de partida de una lucha, que coloque en una posición central a quienes más tienen que perder en toda esta crisis : los y las paradas.
Por todo esto y probablemente por muchos motivos que afectan a cada persona en paro, os instamos a que ROMPAIS LA FILA Y TOMEIS LA INICIATIVA.
Juan Mari Arazuri Garin, afiliado a CGT-Nafarroa