Pues otra vez a desayunarse que ocho personas han sido detenidas de madrugada por querer llevar adelante una labor política, que permita un verdadero sufragio universal, además de encauzar, en clave de dialogo y acuerdo, el doloroso conflicto político que vivimos. El hecho de que personas con sus derechos civiles y políticos intactos, puedan ser detenidas y enviadas a prisión, es una barbaridad desde un punto de vista puramente democrático. Porque no nos equivoquemos, no se les detiene por ser terroristas, ni colaboradores, ni encubridores. Se les detiene porque conforman un grupo humano cuya ideología va contra el actual “estado de las cosas”, pero que además, tienen la entidad suficiente como para que el Estado los perciba como una amenaza. Por supuesto el Estado, no está dudando en negar cualquier forma de participación política bajo la máscara de la lucha antiterrorista.

Pues otra vez a desayunarse que ocho personas han sido detenidas de madrugada por querer llevar adelante una labor política, que permita un verdadero sufragio universal, además de encauzar, en clave de dialogo y acuerdo, el doloroso conflicto político que vivimos. El hecho de que personas con sus derechos civiles y políticos intactos, puedan ser detenidas y enviadas a prisión, es una barbaridad desde un punto de vista puramente democrático. Porque no nos equivoquemos, no se les detiene por ser terroristas, ni colaboradores, ni encubridores. Se les detiene porque conforman un grupo humano cuya ideología va contra el actual “estado de las cosas”, pero que además, tienen la entidad suficiente como para que el Estado los perciba como una amenaza. Por supuesto el Estado, no está dudando en negar cualquier forma de participación política bajo la máscara de la lucha antiterrorista.

Pero la torpeza de esta forma de actuar es doble, tanto desde el punto de vista humano como político, además de saltarse los derechos humanos que tanto dicen defender. Desde el punto de vista humano porque, el sufrimiento se alarga innecesariamente para todo el mundo, haciendo que el día a día sea, para demasiada gente, invivible ; y desde el punto de vista político porque, va contra lo que dice que busca conseguir, que sería la desaparición de ETA ; y va en contra, porque al cerrar cualquier posibilidad de participación política, se está dando argumentos a quien opta por emprender la lucha armada, retroalimentando un “macabro tiovivo”.

Ya son muchas las listas, agrupaciones electorales, partidos, que se encuentran ante la imposibilidad de dar cauce a un sector de la población, y ni se les puede detener a todos, ni van a desparecer por arte de magia. Justamente porque creemos que la violencia no nos puede sacar de este atolladero, debemos exigir democracia real, tanto si existe ETA como si no. No pertenece a nuestro ideario defender la bandera de un nuevo estado “a la vasca”, por ser con otra cara, una estructura autoritaria, pero sí la de defender la libertad ideológica, que a fin de cuentas es la forma que cada uno tiene de ver el mundo.


Fuente: Juan Mari Arazuri - Colectivo Malatextos