…Y con el puesto de vianda, que es lo que dice nuestra lengua negra donde blanca dice “podemos con lo que nos echen”, o también “…y con el sursuncorda”, cuando hablaba de mocosuena en la lengua del imperio (de aquel otro). Es lo bueno que tiene una lengua tan variopinta, que no le cambia el humor clima ninguno y sigue haciendo sin querer sus bromas sabias bajo cualquier epidermis humana o celeste. Así, recientemente hubo en el imperio (en éste) unas elecciones, que son esas máquinas de arruinar esperanzas en expe...

…Y con el puesto de vianda, que es lo que dice nuestra lengua negra donde blanca dice “podemos con lo que nos echen”, o también “…y con el sursuncorda”, cuando hablaba de mocosuena en la lengua del imperio (de aquel otro). Es lo bueno que tiene una lengua tan variopinta, que no le cambia el humor clima ninguno y sigue haciendo sin querer sus bromas sabias bajo cualquier epidermis humana o celeste. Así, recientemente hubo en el imperio (en éste) unas elecciones, que son esas máquinas de arruinar esperanzas en expe…

…Y con el puesto de vianda, que es lo que dice nuestra lengua negra donde blanca dice “podemos con lo que nos echen”, o también “…y con el sursuncorda”, cuando hablaba de mocosuena en la lengua del imperio (de aquel otro). Es lo bueno que tiene una lengua tan variopinta, que no le cambia el humor clima ninguno y sigue haciendo sin querer sus bromas sabias bajo cualquier epidermis humana o celeste. Así, recientemente hubo en el imperio (en éste) unas elecciones, que son esas máquinas de arruinar esperanzas en expectativas, y un lugar en el mundo común, en un mundo de lugares comunes. Y publicistas, periodistas y otros poetas malogrados quisieron una vez más fosilizar un sueño, a lo que ellos llaman lanzar un slogan, para trasladarlo de una lengua a otra. Claro que, ignorando ya lo que slogan significaba en la una, mal pintaba la cosa ; que quiere decir esa palabra sobre poco más o menos “llamada de muertos”. Mas como no se cambia de condición por cambiar de estado, ni de necedad por cambiar de lengua, los responsables de la campaña de Barack Obama —porque debe haberlos, que no se escriben las palabras solas- no tuvieron mejor consejo que traducir al español norteamericano el lema de la campaña por “Po­demos con Obama”. Y así, una vez más, se demuestra una lengua más sabia que quienes la usan, que por boca de esos locos o esos niños se enunció mayor verdad que la pretendida. Sobre todo ahora que ha ganado. Porque sin querer le han hecho decir en español de allá a una buena porción de los Estados Unidos lo mismo que en español de acá se decía antaño, pues ahora no se oye mucho, “nadie es más que nadie”, como preferían decirlo los burgaleses ; o también “nos, que valemos tanto como vos y todos juntos más que vos…”, que es como los nobles aragoneses declaraban dejarse mandar, poco y mal, por un monarca ; o lo que justamente señores más serios como John Locke o George Washington dijeron luego con palabras más serias, lluviosas y sin malangas, tales como soberanía popular o delegación de poder. Y es que la prisa, aun la mejor intencionada, ya puede congelar un sueño en fósiles de espejo que sin duda facilitan su manipulación, aunque en ellos se vuelva del revés, para asegurarnos que con Obama podemos, y sin él, es de suponer, no. Porque, de todos modos, la lengua de los vivos se les escapa siempre a esas llamadas de muertos para decir entre líneas, como mirando a otra parte y hablando de otra cosa, mayor verdad : que podemos con Obama, con malanga, y con el puesto de vianda, y con el sursuncorda. Quizás sólo tengamos que decirlo a sabiendas.

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Fuente: José Luis Arántegui