Esta crisis que nos han montado, financiera, es producto de una suma de circunstancias.
Evidentemente que la razón principal es la especulación capitalista realizada por parte de quienes tienen en sus manos el control de las grandes fortunas y especialmente las grandes bolsas de dinero ahorrado por parte de los trabajadores y trabajadoras bien sea en fondos de pensiones (los pocos), bien en excesos de recaudación (S.S.) bien sea en fondos de inversión (los utilizados mayormente por las grandes fortunas) en España se inventaron las SICAV.
Partiendo de la base que las bolsas de capital se generan mediante el incremento de consumo que conlleva un incremento de producción de bienes de consumo tanto perecederos como imperecederos y de inmuebles, esa misma producción efectuada por nosotros mismos y consumida por nosotros mismos, genera una acumulación de beneficios empresariales a la vez que y gracias al cobro de salarios, un ahorro generalizado quizá no tanto en los bolsillos individuales pero si en los elementos colectivos bien sea del estado (léase Seguridad social) bien en diversas formas que fomentan el ahorro –por ejemplo la adquisición de una segunda residencia o casa de pueblo-.
Pues bien esas bolsas de dinero ahorrado y/o generado por lo producido necesita retribuirse (dentro del concepto capitalista de que el dinero se autoengrandece), para ello necesita adquirir cualquier bien, da lo mismo que sea tangible o intangible, compra o adquiere un bien por un determinado precio para venderlo más adelante con un beneficio ya que, por efecto de la demanda sube de precio. Este proceso se desarrolla en espiral hasta que la demanda de colocar un capital o bolsa de dinero se para o desaparece.
¿Por qué no se genera más dinero ?. Pues si la demanda de bienes baja, bien sea porque existe un exceso de bienes fabricados (2 millones de viviendas vacías a finales del 2008) o bien sea porque la franja de consumidores natos se reduce por efecto del descenso de la natalidad después de los 80. Da lo mismo el motivo o, ambos a la vez, automáticamente la demanda deja de existir y aquello que tenía un hipotético valor, ya no lo tiene. De ahí que el castillo de naipes se desmorone.
Si la población que tira del consumo se mantuviera en los mismos niveles que años anteriores todavía podría mantenerse el status obtenido por los capitales, pero como la población que tiene y la que tendrá una edad comprendida entre los 18 y los 35 años irá descendiendo paulatinamente hasta ser menos de 2 millones de aquí 5 años con referencia a la habida hoy, con estos datos podemos concluir que poco se va a poder recuperar el consumo. Todo lo contrario no hará falta ni construir tantas casas ni tantos coches porque en primer lugar de casas si ya hay 2 millones vacías y los hipotéticos compradores no tienen trabajo porque no tienen nada que fabricar ¿como se pueden embarcar en comprar vivienda ?, En cuanto a los vehículos si hay menos primeros conductores/consumidores ¿para que construir tanto vehículo ? ¿Qué y cuanto debe construirse/fabricarse ? Y ¿como podrán pagarlo ?.
Nos plantean que la solución es el ahorro en costes sociales, es decir si quieres sanidad que no vaya a cargo del erario público, si quieres educación que la pague quien tenga hijos. Todo ello siguiendo la pauta de quien algo quiere que algo le cueste. Así podrás escoger libremente, sobretodo “libremente”, la sanidad que prefieres, la escuela de tus hijos, todo ello se te permitirá a ti “libremente” sin tener que soportar al vecino y para acabarlo de redondear la solución final : que las pensiones de jubilación sean el fruto del ahorro individual que año tras año mientras estés en activo hayas generado, y qué decir tiene que cuanto más tarde te jubiles, muchísimo mejor.
Por esta parte podríamos decir siguiendo esa estructura : Quien quiera monarquía que se la pague, quien quiera iglesia que se la pague, quien quiera ejército y policía que se lo pague y quien quiera políticos que se lo pague.
¿Cual es la solución ? Evidentemente tiene que haberla, va a ser difícil encontrarla y no va a ser del agrado de todos, pero debe existir y por supuesto no puede ser el destruirlo todo para rehacerlo de nuevo con los que queden. No sólo es un problema de este país es un problema mucho más global, siguiendo la globalidad de la economía y los mercados.
Todas estas hipotéticas soluciones que nos dan ni unas ni otras benefician para nada a nadie, por ello la solución sólo cabe pensar que debe pasar por el reparto del trabajo y de la riqueza. Cuantificar cuál es la demanda que de cada uno de los bienes : casa, coche, educación transporte etc.. se tiene en esta sociedad y planificar quién la debe realizar. Tiene que haber un compromiso de coparticipación en decisiones y acabar planteando que ese riesgo y ventura con que se premia al capital, ya no exista.
Joaquim Garreta