Como ya sabéis, el 29 de septiembre hay convocada huelga general a nivel de todo el Estado español, los sindicatos institucionales por un lado, y la CGT por el otro con convocatoria propia y diferenciada de la de los mayoritarios, una huelga que llega en un contexto de crisis muy grave y con un fuerte componente de pesimismo y resignación instalado en capas muy importantes de la clase trabajadora.
Desde CGT hace meses que estamos pidiendo la convocatoria de una huelga general para hacer frente a las medidas que gobierno y patronal están llevando a cabo y que, añadidas al actual contexto de crisis generada por el mismo sistema capitalista y sus gestores , con la banca y el sistema financiero al frente, están suponiendo graves recortes en los derechos laborales y las prestaciones sociales, de graves consecuencias de cara al futuro para las condiciones laborales de las nuevas hornadas de personas que se incorporan al mundo laboral.
Primero fue el «decretazo» aprobado por el Gobierno el pasado mes de junio, con recortes salariales a los trabajadores de la administración pública y recortes sociales diversas (congelación de las pensiones, eliminación del cheque-bebé, aumento del IVA, reducción de prestaciones a personas dependientes, reducción de presupuestos públicos, etc), cuando en cambio, ni aumenta los impuestos a los ricos, ni persigue el fraude fiscal y la economía sumergida, ni elimina los paraísos fiscales, ni exige responsabilidades a los responsables de la crisis. Y todo ello en un contexto en que el gasto público social del Estado español es la más baja de la zona euro. ¿Por qué no se buscan los ingresos allí donde están el dinero en lugar de seguir robando a los trabajadores, a las trabajadoras ya las clases populares ? Para que se sigue regalando dinero a la banca y los especuladores ?
Después, a primeros de septiembre, se ha aprobado la nueva reforma laboral, que conlleva : la rebaja de los costes de los contratos ; reduce notablemente las indemnizaciones por despido (que además son pagadas en parte por el Fogasa, o sea, entre todos) ; convierte el despido en casi libre y elimina en la práctica el derecho fundamental a la tutela judicial en los despidos objetivos, generaliza el Contrato de Fomento a la Contratación Indefinida, el de los 33 días, pasando a ser el contrato ordinario mientras que el de 45 días quedará como una reliquia, supone una privatización de los Servicios Públicos de Empleo al facilitar la entrada de las ETT, flexibiliza las condiciones de trabajo (horarios, jornada, funcionalidad, sistemas de turnos y sistemas de retribución), eliminando el control administrativo y debilitando el control por parte de los trabajadores y trabajadoras de las condiciones colectivas ; precariza aún más la contratación juvenil ; hace inservible la negociación colectiva al posibilitar que las empresas pacten modificaciones de las condiciones de trabajo sustanciales ; …
Y ahora, el próximo que quieren aprobar es el «pensionazo», un nuevo ataque a las pensiones que comportará el incremento de la edad de jubilación a los 67 años (en camino de los 70), considerar toda la vida laboral para calcular la pensión a percibir, aumentar hasta 20 a 25 años el número mínimo de años cotizados para tener derecho a la pensión de jubilación, reducir y congelar las pensiones, …
Esta huelga del 29-S llega demasiado tarde, además en un contexto de escepticismo generalizado entre los trabajadores y trabajadoras, la resignación parece haberse instalado con fuerza entre nosotros y las personas trabajadoras han perdido empuje, ganas y confianza en su capacidad de cambiar las cosas, defender sus derechos y hacer frente a las injusticias que estamos sufriendo.
Pero debemos ser conscientes, por responsabilidad y coherencia, de que la huelga del 29-S es una oportunidad importante de frenar las medidas que han aplicado (decretazo y reforma laboral) y las que quieren aplicar próximamente (recorte de las pensiones). Un fracaso en esta jornada de huelga aún dará más alas al gobierno y la patronal para seguir recortando derechos y prestaciones, flexibilizando, desregulando y precarizando aún más las condiciones de trabajo, y por lo tanto seguirán avanzando en el camino de conseguir que el despido sea prácticamente libre y muy barato.
Cualquiera que haya consultado información sobre las medidas aprobadas y sus consecuencias y sobre la convocatoria de huelga del 29-S, debería captar la gravedad del momento. Por lo tanto, por ética, por justicia social, por coherencia, tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para conseguir que la jornada del 29-S sea un éxito de participación y fuerce al gobierno a retirar las medidas aprobadas.
Debemos ser conscientes de que nos jugamos mucho y de la responsabilidad que todos tenemos de cara a cambiar la situación actual. Nosotros lo tenemos muy claro : hay que luchar para repartir el trabajo y la riqueza. No puede ser que por la voracidad de los mercados financieros y por el deseo de las patronales, las multinacionales y los grandes empresarios de mantener sus niveles de beneficios, las clases populares en pagamos los platos rotos y cada día vivamos y trabajemos en peores condiciones.
En un contexto de desempleo galopante y de grave crisis económica lo que hace falta es trabajar menos para poder trabajar todos, aumentar el gasto social, reforzar los servicios públicos en lugar de privatización y que la riqueza generada por nuestro trabajo no sirva sólo para llenar los bolsillos de especuladores, banqueros y empresarios sino para revertir en servicios para toda la sociedad y para mejorar el nivel de vida de la mayoría de la población.
Joan M. Rosich, Coordinador de la revista Cataluña y Secretario General de la CGT Baix Camp
En CGT Catalunya : http://www.cgtcatalunya.cat/spip.php ?article4324
La vaga general del 29-S : un repte molt important que cal guanyar
Com ja sabeu, el 29 de setembre hi ha convocada vaga general a nivell de tot l’Estat espanyol, els sindicats institucionals per un costat, i la CGT per l’altre amb convocatòria pròpia i diferenciada de la dels majoritaris, una vaga que arriba en un context de crisi molt greu i amb un fort component de pessimisme i resignació instal·lat en capes molt importants de la classe treballadora.
Des de CGT fa mesos que estem demanant la convocatòria d’una vaga general per tal de fer front a les mesures que govern i patronal estan portant a terme i que, afegides a l’actual context de crisi generada pel mateix sistema capitalista i els seus gestors, amb la banca i el sistema financer al capdavant, estan suposant greus retallades en els drets laborals i les prestacions socials, de greus conseqüències de cara al futur per a les condicions laborals de les noves fornades de persones que s’incorporen al món laboral.
Primer va ser el «decretazo» aprovat pel govern el passat mes de juny, amb retallades salarials als treballadors de l’administració pública i retallades socials diverses (congelació de les pensions, eliminació del xec-nadó, augment de l’IVA, reducció de prestacions a persones dependents, reducció de pressupostos públics, etc), quan en canvi, ni augmenta els impostos als rics, ni persegueix el frau fiscal i l’economia submergida, ni elimina els paradisos fiscals, ni exigeix responsabilitats als responsables de la crisi. I tot això en un context en què la despesa pública social de l’Estat espanyol és la més baixa de la zona euro. Per què no es busquen els ingressos allí on estan els diners en lloc de seguir robant als treballadors, a les treballadores i a les classes populars ? Perquè es segueix regalant diners a la banca i els especuladors ?
Després, a primers de setembre, s’ha aprovat la nova reforma laboral, que comporta : la rebaixa dels costos dels contractes ; redueix notablement les indemnitzacions per acomiadament (les quals a més són pagades en part pel Fogasa, o sigui, entre tots) ; converteix l’acomiadament en quasi lliure i elimina en la pràctica el dret fonamental a la tutela judicial en els acomiadaments objectius ; generalitza el Contracte de Foment a la Contractació Indefinida, el dels 33 dies, passant a ser el contracte ordinari mentre que el de 45 dies quedarà com una relíquia ; suposa una privatització dels Serveis Públics d’Ocupació al facilitar-hi l’entrada de les ETT ; flexibilitza les condicions de treball (horaris, jornada, funcionalitat, sistemes de torns i sistemes de retribució), eliminant el control administratiu i afeblint el control per part dels treballadors i treballadores de les condicions col·lectives ; precaritza encara més la contractació juvenil ; fa inservible la negociació col·lectiva al possibilitar que les empreses pactin modificacions de les condicions de treball substancials ;…
I ara, el proper que volen aprovar és el “pensionazo”, un nou atac a les pensions que comportarà l’increment de l’edat de jubilació als 67 anys (en camí dels 70), considerar tota la vida laboral per a calcular la pensió a percebre, augmentar fins a 20-25 anys el nombre mínim d’anys cotitzats per a tenir dret a la pensió de jubilació, reduir i congelar les pensions,…
Aquesta vaga del 29-S arriba massa tard, a més en un context d’escepticisme generalitzat entre els treballadors i treballadores, la resignació sembla haver-se instal·lat amb força entre nosaltres i les persones treballadores han perdut empenta, ganes i confiança en la seva capacitat de canviar les coses, defensar els seus drets i fer front a les injustícies que estem patint.
Però hem de ser conscients, per responsabilitat i coherència, de que la vaga del 29-S és una oportunitat important de frenar les mesures que han aplicat (decretazo i reforma laboral) i les que volen aplicar properament (retallada de les pensions). Un fracàs en aquesta jornada de vaga encara donarà més ales al govern i la patronal per a seguir retallant drets i prestacions, flexibilitzant, desregulant i precaritzant encara més les condicions de treball, i per tant seguiran avançant en el camí d’aconseguir que l’acomiadament sigui pràcticament lliure i molt barat.
Qualsevol que hagi consultat informació sobre les mesures aprovades i les seves conseqüències i sobre la convocatòria de vaga del 29-S, hauria de copsar la gravetat del moment. Per tant, per ètica, per justícia social, per coherència, hem de fer tots els esforços possibles per aconseguir que la jornada del 29-S sigui un èxit de participació i forci al govern a retirar les mesures aprovades.
Hem de ser conscients de que ens hi juguem molt i de la responsabilitat que tots tenim de cara a canviar la situació actual. Nosaltres ho tenim molt clar : cal lluitar per a repartir el treball i la riquesa. No pot ser que per la voracitat dels mercats financers i pel desig de les patronals, les multinacionals i els grans empresaris de mantenir els seus nivells de beneficis, les classes populars en paguem els plats trencats i cada dia visquem i treballem en pitjors condicions.
En un context d’atur galopant i de greu crisi econòmica el que cal és treballar menys per a poder treballar tots, augmentar la despesa social, reforçar els serveis públics en lloc de privatitzar-los i que la riquesa generada pel nostre treball no serveixi només per omplir les butxaques d’especuladors, banquers i empresaris sinó per a revertir en serveis per a tota la societat i per a millorar el nivell de vida de la majoria de la població.
Joan M. Rosich, Coordinador de la revista Catalunya i Secretari General de la CGT Baix Camp