En Japón, la empresa Tokyo Electric Power Company comenzó a liberar más de 11.000 toneladas de agua radiactiva al océano, mientras trata de hallar la fuente de las filtraciones radiactivas en la averiada planta nuclear Fukushima Daiichi. El agua liberada es aproximadamente cien veces más radiactiva que lo permitido por ley.
Mientras tanto, agua
mucho más radiactiva continúa vertiéndose al océano debido a una gran
grieta en un pozo de seis pies de profundidad de la planta nuclear.
Durante el fin de semana, los trabajadores de la planta utilizaron
aserrín, papel de diario desmenuzado y productos químicos de pañales en
un intento de taponar el área. El agua que se filtra del pozo es
aproximadamente diez mil veces más radiactiva que la que normalmente se
encuentra en una planta nuclear.
Mientras tanto, agua
mucho más radiactiva continúa vertiéndose al océano debido a una gran
grieta en un pozo de seis pies de profundidad de la planta nuclear.
Durante el fin de semana, los trabajadores de la planta utilizaron
aserrín, papel de diario desmenuzado y productos químicos de pañales en
un intento de taponar el área. El agua que se filtra del pozo es
aproximadamente diez mil veces más radiactiva que la que normalmente se
encuentra en una planta nuclear.
Yukio Edano,
Secretario del Gabinete de Japón, dijo: “Si la situación sigue así por
mucho tiempo, el problema de la contaminación por radiación acumulada
aumentará. Incluso aunque el mar disperse la radiación, se transformará
en un problema mayor, por lo que tenemos que impedir lo antes posible
que esto se extienda hasta el mar”.
Boletín de Democracy Now! en Español – 4/4/2011
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EL DESMANTELAMIENTO DE LOS REACTORES DE FUKUSHIMA PODRÍA LLEVAR MÁS DE 30 AÑOS Y COSTAR 12.000 MILLONES DE DÓLARES
Según los analistas japoneses, TEPCO no tendrá ninguna posibilidad de volver a poner en marcha ninguno de los 6 reactores de Fukushima-Daiichi, además, el desmantelamiento llevará más de tres décadas y supondrá un coste de unos 12.000 millones de dólares.
La pesadilla de Fukushima no se acabará con el enfriamiento de los reactores ni el control del escape radiactivo. Cuando esto se produzca, para lo cual aún faltan meses, las autoridades y TEPCO deberán enfrentarse al desmantelamiento de los reactores y a la descontaminación del sitio. Las autoridades todavía no han descartado que la mejor solución sea sellar los reactores con hormigón y convertir así la zona en un cementerio nuclear. La experiencia de Chernobil muestra que la construcción del sarcófago, manteniendo dentro todo el núcleo fundido y el combustible gastado, ha resultado insuficiente, puesto que todavía hoy se producen fugas. Esto obliga a construir un segundo sarcófago de 1120 m de alto valorado en 2.200 millones de dólares.
Si no se adopta la solución del sellado, TEPCO deberá extraer el combustible gastado, un par de años después del enfriamiento de los reactores y proceder a la demolición y descontaminación del emplazamiento. Este proceso será muy peligroso, complicado y costoso. Los trabajadores se expondrán a recibir grandes dosis radiactivas y aparecerá de nuevo el riesgo de accidente.
Sea como fuere, los costes de la operación excederán los 12.000 millones de dólares y llevarán más de 30 años, según el Instituto de Economía Energética de Japón. Estas dos cifras suponen un duro golpe para la estabilidad económica de TEPCO y de sus aseguradoras, y es más que probable que sean demasiado optimistas, dada la magnitud de los daños.
Para Ecologistas en Acción esto muestra a las claras el fracaso económico de la energía nuclear.