Con “la toma de las plazas”, la juventud y la sociedad española adquirimos la mayoría de edad frente al poder del estado, en un acto claro de insumisión y desobediencia civil a un marco legal restrictivo que “el sistema y sus políticos” han ido fraguando históricamente de espaldas al pueblo.
Miles y miles y miles de personas, en su mayoría jóvenes, estamos ocupando las calles desde el pasado 15 de Mayo y con ello estamos asistiendo al proceso de construcción de una nueva experiencia, que desde mi punto de vista, reúne todas las claves para considerarla como libertaria y autogestionaria.
Siendo sincero, era una
experiencia que llevamos tiempo deseando que se produjera tras haber
organizado muchas manifestaciones, luchas, marchas, acciones contra
el capitalismo… Para que esto se haya podido producir eran
necesarias al menos dos cosas.
Siendo sincero, era una
experiencia que llevamos tiempo deseando que se produjera tras haber
organizado muchas manifestaciones, luchas, marchas, acciones contra
el capitalismo… Para que esto se haya podido producir eran
necesarias al menos dos cosas. Una, que la iniciativa la tomara la
juventud al ser el colectivo social más maltratrado por el sistema
neoliberal y su crisis conscientemente provocada, sabiendo como
anarcosindicalista que la emancipación tiene que ser obra de uno
mismo o no lo será nunca. Dos, que el movimiento debe contar con un
apoyo social importante. Ambas premisas se cumplen.
En esta movilización de
ocupación de la calle ignorando el marco legal del sistema al que
precisamente se quiere combatir, se está dictando una auténtica
lección de transformación social, demostrándose con esta
experiencia que cuando hay voluntad de querer hacer algo juntos,
cuando hay personas que se sienten colectivo, todo es posible,
incluso plantar cara al prepotente sistema capitalista y sentar las
bases de un nuevo sistema social y económico. Creo que, sin ningún
tipo de dudas, en estos días y en este país, se está configurando
el futuro y lo está protagonizando quien tiene que hacerlo, la
juventud. Este proceso se está produciendo en muchas plazas de este,
hasta ahora, viejo, cansado y sumiso país, que por fín ha sido
capaz de sacar a la calle la indignación de una manera colectiva.
Siguen pasando los días
desde el 15 de Mayo y el movimiento asambleario que se está gestando
adquiere una auténtica dimensión autogestionaria y con las reglas
de juego del movimiento libertario, antiautoritario. Cada día que
pasa, continúa la profundización y perfeccionamiento de la
experiencia, el fortalecimiento y la convicción de que el proceso
funciona y que lo hace con los tintes profundos de acción y
autogestión que tanto hemos esperado y con la que hemos soñado.
Las reglas de juego de
este espacio que se está construyendo son el respeto integral por el
otro, el desarrollo del ingenio y la imaginación al servicio
colectivo, la ceatividad, la expresión libre, la solidaridad, el
apoyo mutuo, el compartir, la horizontalidad, la organización
colectiva del espacio que se comparte, la toma de decisiones en
asambleas permanentes, el igualitarismo, la libertad…
¿Qué sucede realmente
en las asambleas? Se está aprendiendo al mismo tiempo que se están
haciendo, se está aprendiendo a ser libre viviendo en libertad,
equivocándose pero con una profunda voluntad de construir
colectivamente. Se autogestiona todo, la toma de decisiones, el
debate, el ocio, el descanso, la producción de infraestructuras, la
comunicación, las actividades culturales, el agua, la comida, la
limpieza, la escuela infantil, la atención médica, las tertulias,
la expansión para integrar en el movimiento todas las luchas
sociales, laborales, etc, etc,
La realidad vuelve a
superar lo imaginable. La experiencia está sucediendo en nuestras
plazas, hay que impregnarse de su espíritu, hay que vivirlo, hay que
integrarse, hay que valorarlo para comprenderlo, hay que disolverse
en el proceso de construcción para aportar y aprender.
La experiencia crece día
a día. Todavía no es el momento de hacernos preguntas sobre el
futuro, los objetivos, el mañana. Las preguntas y las respuestas
habrá también que construirlas de forma autogestionaria y desde
abajo, como nos enseñan nuestras hermanas la comunidades indígenas
zapatistas. Ahora es el momento de contribuir al crecimiento de la
experiencia porque ahí está el germen del mundo nuevo que los
libertarios llevamos en el corazón.
Madrid 21 de mayo de 2011
Jacinto Ceacero,
Secretario General de la CGT