Alrededor de 9.000 intelectuales, activistas y artistas estadounidenses han firmado una "declaración de conciencia", publicada a toda plana por el diario ’The New York Times’, en la que hacen un llamamiento a la movilización contra el Gobierno de George W. Bush, ya que, afirman, "unas elecciones, sean imparciales o fraudulentas, no pueden legitimar guerras criminales contra países extranjeros, la tortura, la violación total de los Derechos Humanos y el fin de la ciencia y la razón".

Alrededor de 9.000 intelectuales, activistas y artistas estadounidenses han firmado una «declaración de conciencia», publicada a toda plana por el diario ’The New York Times’, en la que hacen un llamamiento a la movilización contra el Gobierno de George W. Bush, ya que, afirman, «unas elecciones, sean imparciales o fraudulentas, no pueden legitimar guerras criminales contra países extranjeros, la tortura, la violación total de los Derechos Humanos y el fin de la ciencia y la razón».

La agrupación contra la guerra en Irak ’No en nuestro nombre’ (NION, por sus siglas en inglés) pide, con motivo del inicio del segundo periodo de mandato de George W. Bush (quien juró su cargo el pasado 20 de enero), «que no se diga que la gente en Estados Unidos se sometió silenciosamente ante esta coronación vergonzosa de guerra, avaricia e intolerancia. «El no habla por nosotros. El no nos representa. El no actúa en nuestro nombre», asevera.

«Unas elecciones, sean imparciales o fraudulentas, no pueden legitimar guerras criminales contra países extranjeros, la tortura, la violación total de los Derechos Humanos y el fin de la ciencia y la razón», prosigue.

«En nuestro nombre, el Gobierno de Bush justifica la invasión y ocupación de Irak con falsos pretexto, haciendo llover destrucción, horror y miseria y causando las muerte de más de 100.000 iraquíes», prosigue la declaración, que acusa también a la Administración de violar el derecho internacional, de torturar y de mantener centros de detención en el extranjero en los que retiene sin juicio a los prisioneros, aparte de «intimidar y privar del derecho a voto a miles de afroamericanos y a otros votantes en el país».

La declaración alerta también contra las políticas que limitan los derechos civiles básicos, así como contra la aplicación de políticas sociales «estrechas e intolerantes» inspiradas en el «fundamentalismo cristiano».

Por ello, la declaración de NION destaca que la resistencia contra Bush tiene que empezar cuanto antes, ya que es «responsabilidad» de los estadounidenses «impedir que el régimen de Bush lleve a cabo esta desastrosa marcha». «No podemos esperar hasta (las elecciones presidenciales de) 2008. La lucha contra el segundo régimen de Bush debe comenzar ahora», asevera el texto.

«Tenemos que cambiar la realidad política de este país movilizando a las decenas de millones de personas que saben en sus mentes y sus corazones que la ’realidad’ del régimen de Bush no es nada más que una pesadilla para la humanidad», prosigue NION, que insta a todo tipo de acción, individual y colectiva, coordinada y espontánea, para iniciar esta resistencia.

«Creemos que la historia nos juzgará duramente si no somos capaces de actuar con decisión», concluye la declaración, que está firmada por 9.000 personas, entre las que se encuentran el lingüista Noam Chomsky, el historiador Howard Zinn, el ex senador James Abourezk, el sociólogo Immanuel Wallerstein o la dramaturga y poetisa Eve Ensler.

También figuran cantantes, como Rickie Lee Jones y Ry Cooder ; escritores, como Barbara Kingsolver, Russell Banks, Studs Terkel y Martín Espada ; poetas, como el legendario Lawrence Ferlinghetti, Sam Hamill y Suheir Hammad ; actores, como Peter Coyote ; o filósofos, como Cornel West, junto a una gran variedad de activistas políticos (como Angela Davis, premio de Derechos Humanos en 2004 de la Sociedad para la Protección de los Derechos Civiles y la Dignidad Humana, con sede en Berlín), abogados y religiosos progresistas.

NION surgió en 2002 tras la publicación de una declaración contra la guerra firmada por una amplia gama de reconocidos artistas, intelectuales y políticos estadunidenses, y hasta ahora ha permitido desarrollar un creciente movimiento de oposición a las políticas de Bush.