En España queremos turistas, no inmigrantes que afean nuestras espléndidas avenidas de onceava potencia mundial y quedan horrible ¡oich ! en la foto del Fórum, en los hologramas de la Expo, en la ola del estadio olímpico. Aquí se aceptan ingleses, norteamericanos, alemanes…
Emigran los pobres. Los ricos son turistas. Los pobres se juegan la vida en pateras. Los ricos viajan en avión y asegurados ; compran, venden, llaman… Consumen.
En España queremos turistas, no inmigrantes que afean nuestras espléndidas avenidas de onceava potencia mundial y quedan horrible ¡oich ! en la foto del Fórum, en los hologramas de la Expo, en la ola del estadio olímpico.
Aquí se aceptan ingleses, norteamericanos, alemanes…
Estos extranjeros no acuden a las mesas redondas sobre inmigración, ni a las semanas culturales de Cuba o Mali. No precisan de Servicios Sociales, ni de planes de integración. Simplemente consumen.
Los extranjeros de primera división tienen sus propios campos de refugiados donde solo se habla inglés o alemán. Barrios de lujo con seguridad privada y cámaras de televisión ; sin cabinas telefónicas ni paradas de autobús ¿para qué si cada uno tiene dos o tres coches y media docena de móviles de última generación ?
Se dedican a tomar el sol y a beber cerveza. Su principal preocupación es la obesidad. Trabajan especulando en la bolsa, con las urbanizaciones o con la droga a gran escala. Suelen ser los autores de las abyectas webs pornográficas de menores. También los hay que violan adolescentes o las asesinan. Muchos de ellos llevan veinte años en nuestro país y solo saben decir “de piuta modre”. Pero son ricos y, por tanto, nadie se mete con ellos.
Evidentemente exagero. Como en todo grupo, hay diversidad ; buenos, malos y regulares. Pero es curioso : uno deja de ser negro, moro o inmigrante en cuanto dispone de un BMW de 400 caballos. ¡El cliente siempre tiene la razón !
El otro día me preguntaron si era árabe. Contesté que sí, que soy español.
Carlos Rueda
LOS VERDES/ARAGÓN