Iniciativa Ciudadana por el Cierre de Garoña denuncia que el único motivo que hay para mantener abierta la Central Nuclear de Garoña son los 20 millones de euros de beneficios que genera al año como reconoció ayer Cesar Candás, director de las instalaciones de la segunda central más antigua del Estado español.

Iniciativa Ciudadana por el Cierre de Garoña denuncia que el único motivo que hay para mantener abierta la Central Nuclear de Garoña son los 20 millones de euros de beneficios que genera al año como reconoció ayer Cesar Candás, director de las instalaciones de la segunda central más antigua del Estado español.

César Candás compareció ayer en rueda de prensa para afirmar la voluntad de Nuclenor por solicitar la prorroga de funcionamiento hasta 2019, diez años más de los previstos actualmente. Como argumentos que avalarían estas pretensiones expuso la seguridad del edificio y la contribución de la energía nuclear al cumplimiento de los acuerdos de Kioto.

Iniciativa Ciudadana por el Cierre de Garoña quiere recordar a Nuclenor que las numerosas ocasiones que se ha denunciado la aparición de grietas por corrosión en componentes de la vasija del reactor que ponen en peligro su integridad. Denuncias hechas por el Consejo de Seguridad Nuclear, organismo dependiente del Gobierno encargado de controlar la integridad de las instalaciones nucleares.

En cuanto a la contribución de Garoña a la reducción de los niveles de CO2 en la atmósfera, Iniciativa Ciudadana por el Cierre de Garoña quiere poner de manifiesto que el Protocolo acordado en la Cumbre Mundial de Kioto sobre el Clima deja fuera a la Energía Nuclear de entre las políticas y medidas propuestas para combatir el cambio climático (Artículo 2 del Protocolo de Kioto). El pretender que la energía nuclear pueda ayudar en este sentido es una fantasía que, si se tuviera en cuenta, sólo empeoraría el ya de por sí grave legado de mortíferos residuos radiactivos, que será la hipoteca que dejaremos a las generaciones futuras. Además, la energía nuclear sólo produce electricidad, mientras que la mayor parte de la energía que se demanda lo es en forma de calor, y ésta sale de las centrales térmicas de fuel y de carbón, como lo ha dejado establecido un reciente informa encargado por WWF/Adena al World Information Service in Energy (WISE), de París.

Por eso una vez más Iniciativa Ciudadana por el Cierre de Garoña, que defiende que la salud es más importante que el dinero, reclama la clausura de la central burgalesa, que lleva 33 años en funcionamiento y es la segunda más antigua del Estado y que produjo en 2003 unos beneficios de 20 millones de euros, verdadera razón por la Nuclenor prefiere poner en riesgo la salud de las personas que habitan en los alrededores de la central. Cuando además se ha demostrado que la ciudadanía española es partidaria de potenciar las energías no contaminantes, como la solar o la eólica, mientras que un 54,3 por ciento de la población opina que habría que limitar la energía nuclear, según el barómetro del CIS «expectativas 2004».

Además, Iniciativa Ciudadana por el Cierre de Garoña pregunta a Nuclenor si en la documentación que esta preparando para presentar al CSN en 2006 se va a incluir un estudio detallado de la situación de las barras de penetración del reactor (elementos que garantizan el freno de la reacción nuclear) ; así como un estudio epidemiológico sobre la incidencia de la central en las poblaciones circundantes.

Burgos, 31 de marzo de 2004