Está claro que el Gobierno Balear no piensa retirar el Tratado Integrado de Lenguas (TIL), "por mucho que griten en la calle", dicen. Sólo faltaría que un gobierno democráticamente elegido se dejara intimidar por un grupo de antidemócratas que lo han desafiado y lo han puesto en cuestión. Ni ahora ni nunca.
Si el Gobierno cambiara de opinión para este grupo de gritones, ¿donde estaría la democracia? ¿Dónde estaría la representatividad que otorgan las urnas? Si por una protesta en la calle de un grupo de sindicalistas y de vagos catalanistas todo el plan de gobierno de un Gobierno como el balear se tuviera que replantear, ¿donde iríamos a parar?
Si el Gobierno cambiara de opinión para este grupo de gritones, ¿donde estaría la democracia? ¿Dónde estaría la representatividad que otorgan las urnas? Si por una protesta en la calle de un grupo de sindicalistas y de vagos catalanistas todo el plan de gobierno de un Gobierno como el balear se tuviera que replantear, ¿donde iríamos a parar?
Que se lo vayan a preguntar a su grupo de compañeros de partido (y de sus supuestos oponentes del PSOE) que se vieron obligados a acabar con el servicio militar obligatorio, con la mili, hace años. Y no porque éste fuera su «programa» sino porque la presión social así lo dictaminó. Que se lo digan a los militares que mandaban sobre la vida de todos los jóvenes machos de su estado y de un día para otro pasaron a mandar sólo sobre el grupo de tontos que continuaban queriendo ser militares. O que pregunten a Pujol ya Aznar, a Puig ya Arias qué queda de aquel Plan Hidrológico Nacional que había que imponer como fuera en las Tierras del Ebro …
Que les pregunten cómo lo hicieron para cambiar de opinión y que tomen nota, porque esta huelga va camino de ganarse. Y eso que sólo es su comienzo. Porque es una huelga por la dignidad, en defensa de las bases de una sociedad que directamente se ha visto agredida en su parte más íntima: las condiciones de trabajar en la escuela, las condiciones de la enseñanza y la misma subsistencia de la lengua minorizada que en las Islas Baleares y las Pitiusas se habla, el catalán, en todas sus formas posibles, pero negado por quien sólo quiere hacerlo desaparecer.
El presidente de las Islas, José Ramón Bauzá, como Artur Mas en Cataluña y Alberto Fabra en Valencia, han aceptado la deuda con el Banco Central Europeo, han aceptado pagarlo después de rescatar con dinero europeo a la banca de la manita de su amigo Mariano Rajoy. A esto se dedican estos políticos. Y evidentemente ahora no tienen dinero ni para la sanidad, ni para la escuela. Por eso nos recortan todo lo imaginable, por eso nos dejan sin veladoras, sin profesoras, sin maestros, con cantidades de alumnos en cada clase imposibles de gestionar … Contra todo eso hacen huelga en las Islas. Contra todo esto y contra el decreto trilingüe que detrás de una supuesta defensa de la enseñanza en inglés lo que hace es poner el catalán en la picota.
Son listos estos gobernantes, listos pero tontos a la vez. No saben todavía que cuanto más corto nos aten más peligro tendrán. Y hoy, las mordeduras de las Islas las tenemos que dar todas y todos, porque no queremos recortes ni sociales ni recortes lingüísticos. Porque defendemos el derecho a existir y ellos (Bauzá, Mas, Fabra y Rajoy) nos lo niegan. Estamos aquí para defender la lengua que nos hermana a todos los Países Catalanes, pero estamos aquí también en defensa de la escuela pública, para echar atrás los recortes, por una educación pública de calidad.
* Jordi Martí Font es periodista, escritor, trabajador de la enseñanza, activista social y afiliado a la CGT de Tarragona.
http://www.cgtcatalunya.cat/spip.php?article9567#.UkqURNIvXSk
Fuente: Jordi Martí Font