En AL, los signos más positivos de un movimiento internacional de los trabajadores, opina
A lo largo de su vida, el director inglés Ken Loach ha contado historias de hombres y mujeres comunes que luchan por la justicia y la libertad. Ha puesto en la pantalla grande a los trabajadores indocumentados en Los Angeles ; los sandinistas nicaragüenses de los años 80 ; los españoles republicanos de los años 30, y, en su más reciente cinta, The wind that shakes the barley -ganadora de la Palma de Oro en la pasada edición del festival de Cannes y que será proyectada en el 27 Foro Internacional de la Cineteca Nacional-, a los irlandeses defensores de la independencia, en los años 20.
En AL, los signos más positivos de un movimiento internacional de los trabajadores, opina

A lo largo de su vida, el director inglés Ken Loach ha contado historias de hombres y mujeres comunes que luchan por la justicia y la libertad. Ha puesto en la pantalla grande a los trabajadores indocumentados en Los Angeles ; los sandinistas nicaragüenses de los años 80 ; los españoles republicanos de los años 30, y, en su más reciente cinta, The wind that shakes the barley -ganadora de la Palma de Oro en la pasada edición del festival de Cannes y que será proyectada en el 27 Foro Internacional de la Cineteca Nacional-, a los irlandeses defensores de la independencia, en los años 20.

Loach, en entrevista telefónica con este diario ( La Jornada), desde Inglaterra, opinó : «Hoy, la esencia de la lucha es contra los intereses de los grandes negocios, especialmente los grandes negocios de Occidente. Creo que la esencia de la lucha es desarrollar un movimiento internacional de trabajadores. Dentro de las fronteras nacionales no podemos ganar porque el capital se mueve por el mundo, de un país a otro, buscando mano de obra barata, buscando gente que pueda explotar más eficientemente. Mientras la izquierda siga dividida, dentro de nuestros propios países, no podremos enfrentar al capital internacional».

El hecho de que Loach se incluya, que hable de «nosotros» y no de «ustedes», no es fortuito. El inglés siempre ha tenido, como se dice, el corazón del lado izquierdo.

Respecto de cómo ve las posibilidades de que se cree un movimiento internacional de trabajadores, dijo : «Los signos más positivos provienen de tu parte del mundo, de América Latina».

Contrario a otros creadores en Occidente que creen tener derecho -y la información suficiente- como para opinar de todo, Loach, de 70 años, se contuvo : «No conozco mucho, por tanto me rehuso a decir gran cosa, pero desde fuera parece como si los mayores avances tienen lugar en los países de Sudamérica».

Es cosa conocida, sin embargo, el profundo interés y atención que el inglés pone en lo que pasa en distintas partes del mundo. Tan es así que durante la conversación con este diario insiste en que la reportera le diga algo sobre la actualidad en México.

Sus cintas han tratado sobre distintos puntos del planeta, entre ellos Chile. En la película 11’09″01 (cortos de 11 directores provenientes de 11 países), el personaje de la historia de Loach, el chileno Pablo, le escribe a los estadunidenses una carta sobre el otro 11 de septiembre, el de 1973 en Chile, en la cual incluye una cita de San Agustín que dice que la esperanza tiene dos hijas : el enojo por cómo están las cosas y el valor para cambiarlas.

Recordado sobre la frase, el cineasta añade : «Supongo que se necesita otra hija más fea : la organización. Eso es lo que carecemos : movilización y organización. Y siempre es lo más difícil porque la aspiración no sirve de nada sin organización. Y creo que nuestra organización, la de la izquierda, ha sido muy débil».

En el caso del llamado Pueblo de Seattle -y ahora altermundismo-, Loach opinó : «No estoy seguro que haya avanzado gran cosa. La gente ha trabajado muy duro, como siempre. El problema que tenemos en Occidente, y lo veo desde la perspectiva británica, es que el control que ejerce el gobierno a través de los medios es muy fuerte. Y si bien la gente dice cosas radicales, el establishment logra prevenir la emergencia de cualquier organización alternativa creíble. La política, aquí, es un asunto muy estéril porque los tres partidos principales prácticamente dicen la misma cosa».

Los movimientos surgidos de Seattle no han sido lo suficientemente fuertes. Y, en contraste, «la necesidad no podría ser mayor. No sé, quizá soy demasiado pesimista. Claro que hay que apoyar a todos los que trabajan y se organizan lo mejor que pueden, pero, siendo realistas, creo que tenemos un largo camino por recorrer. ¿A ti qué te parece ?»

Un rincón de Irlanda en los años 20

The wind that shakes the barley (traducida como Vientos de libertad) está situada en un rincón de Irlanda, en los años 20. «La lucha era por liberarse de un imperio. Los ingleses habían usado Irlanda como colonia durante muchos siglos, para obtener mano de obra y alimentos baratos. Habían explotado la tierra de los irlandeses, tenían leyes represivas que favorecían a los terratenientes ingleses.

«Era el típico caso de una colonia que busca la independencia, pero algunos querían establecer una sociedad más igualitaria, un estado socialista. Recuerda, esto ocurrió justo después de 1917, dos o tres años después, así que la clase dominante estaba muy inquieta ante la posibilidad de que estuviese surgiendo un estado de los obreros, del pueblo.»

O sea, había dos luchas : «Una antimperialista y otra, mucho menos numerosa, por establecer un estado obrero». La primera «se ganó sólo en parte ; pero la lucha socialista se perdió».

En la cinta, con rigor histórico, Loach presenta discusiones intensamente dramáticas e inteligentes entre los rebeldes irlandeses, acerca de cuál era el tipo de país que anhelaban crear, con algunos argumentando que ellos no luchaban simplemente por un cambio en el color de la bandera.

También presenta la terrible división entre los irlandeses que estaban en favor o en contra de la firma, en 1921, del Tratado Anglo-Irlandés (establecía un Estado libre irlandés que seguía siendo «dominio» del Imperio Británico).

Loach logra transmitir convincentemente las razones que todos tenían para mantener tal o cual postura.

Esto es más que una lección de historia en la cual hay buenos y malos. Como suele ocurrir en sus cintas, el cineasta habla sobre lo compleja -y a la vez simple- que es la naturaleza humana, sobre las decisiones cruciales que los personajes tienen que tomar y sobre cómo estas decisiones definen quiénes son, ponen a prueba su integridad.

«La manera en la cual comprendes la historia determina cómo comprendes el presente», dijo Loach.

El revuelo que provocó la cinta en Inglaterra e Irlanda al parecer es una prueba de la gran amenaza que representa revivir la memoria.

El año pasado, cuando proyectaron The Wind… en Cannes (y ganó el premio principal), «tuvimos algunos ataques muy feroces en la prensa británica, por parte de gente de derecha, editorialistas y periodistas, y de algunos políticos», contó.

Un pasado muy actual

Pero la embestida surgía no sólo del potencial peligro que representa para el poder un replanteamiento del pasado, sino también por su actualidad, porque «lo que los ingleses hicieron en Irlanda durante muchos años, los ingleses y los estadunidenses lo hacen hoy en Irak y en otros países».

Curiosamente, tras «seis o siete artículos muy agresivos, se olvidaron del asunto. No hubo debate. Hubo un arranque de insultos, luego poca respuesta, y después no quisieron seguir escribiendo al respecto. Es como si hubieran tratado de matar (la cinta) dos veces : atacándola y luego con el silencio».

En cambio, en Irlanda «hubo un buen debate, muy productivo, porque los irlandeses se saben la historia, la mayoría de los ingleses no».

También, claro, los movió : un reconocido escritor republicano «dijo que lloró y lloró durante toda la película.

«No los motivaba para volver a tomar un fusil, el debate era muy reflexivo. Creo que reconocieron que eso fue lo que ocurrió. Y no es que nadie sepa, sino que simplemente nunca se habla de ello. Esas eran las historias que todos conocían, pero que nunca habían estado en la pantalla. Nunca había sido reconocido públicamente. Eso fue importante.»

The wind that shakes the barley se exhibe el 13 y 14 de mayo, en el marco del 27 Foro Internacional de la Cineteca Nacional.


Fuente: TANIA MOLINA RAMIREZ / La Jornada