Cientos de miles de personas salieron el pasado sábado en diferentes partes del mundo para protestar contra la empresa estadounidense Monsanto que fabrican productos genéticamente modificados. Desde Oceanía, pasando por Asia, Europa, América Latina, y por supuesto Estados Unidos, las y los activistas marcharon por las calles de ciudades como Sidney, Delhi, Berlín, Londres, Bruselas; París, Madrid, Buenos Aires, Ciudad de México, entre otras ciudades condenando al gigante de biotecnología por la distribución de semillas transgénicas que según se cree son altamente perjudiciales para la salud.

En EEUU, se estima que 48 estados participaron en la movilización.

Muchos estudios de reciente aparición denuncian el daño que para la salud humana conlleva el consumo de productos con transgénicos y sus efectos a largo plazo. Monsanto es una empresa estadounidense, y la sociedad se indigna por el hecho de que la ley no obligue siquiera a etiquetar los productos transgénicos. Otro factor que provoca la ira popular es el hecho de que el monopolio Monsanto asfixie la agricultura.

En EEUU, se estima que 48 estados participaron en la movilización.

Muchos estudios de reciente aparición denuncian el daño que para la salud humana conlleva el consumo de productos con transgénicos y sus efectos a largo plazo. Monsanto es una empresa estadounidense, y la sociedad se indigna por el hecho de que la ley no obligue siquiera a etiquetar los productos transgénicos. Otro factor que provoca la ira popular es el hecho de que el monopolio Monsanto asfixie la agricultura.

En los años 60 Monsanto fue uno de los principales productores del Agente Naranja utilizado como defoliante por el ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam. Según algunas estimaciones, las víctimas de esta sustancia ascienden a casi 5 millones de personas y la población todavía sufre las consecuencias.

Tan solo en Argentina Monsanto cuenta con tres plantas, una en Buenos Aires, además de otros proyectos para la construcción de más plantas en el interior del país, incluida una en la provincia de Córdoba que será la mayor de esta compañía en Latinoamérica. Según Jimena Romero, del colectivo ’Millones contra Monsanto’, la actividad de la multinacional terminará desplazando a muchos pueblos y dejando sin trabajo a muchos campesinos.

El biólogo y activista Raúl Montenegro cree que las luchas ciudadanas son muy importantes. Manifestaciones contra una empresa multinacional como Monsanto, como la del sábado, histórica por su incidencia mundial, son necesarias, pero además hay que hacer énfasis en la protesta a nivel local.

Gustavo Duch, editor de la revista Soberanía Alimentaria, está convencido de que Monsanto y otras empresas como ésta ya tienen sus días contados a pesa r de que los Gobiernos actuales, títeres de estas grandes corporaciones, van a hacer todos los esfuerzos para intentar proteger estas empresas.


Fuente: Mas Voces