Sin duda estamos mucho peor ahora que cuando comenzó esto, que algún optimista llamó “desaceleración”, en el año 2008. En esos momentos había algo menos de 3 millones de parados, una economía que crecía al 3% del PIB (producto interior bruto) y un superávit del Estado de 70.000 millones de euros, al menos eso es lo que se decía, y un año antes, concretamente el 15 de enero de 2007, el eterno optimista de ZP anunciaba que "Vamos a superar a Alemania en renta per cápita”.
Cómo es posible que cuatro años más tarde la situación sea tan nefasta que apenas se puede describir: Un déficit del estado que ronda el Billón de euros (un millón de millones de euros) y que, no sabemos cómo, ni cuando se ha forjado, y ¡asómbrense!, parece ser que nadie tiene responsabilidad en ello. Casi seis millones de personas sin trabajo y un largo etc… que por no aburrir no mencionamos.
Cómo es posible que cuatro años más tarde la situación sea tan nefasta que apenas se puede describir: Un déficit del estado que ronda el Billón de euros (un millón de millones de euros) y que, no sabemos cómo, ni cuando se ha forjado, y ¡asómbrense!, parece ser que nadie tiene responsabilidad en ello. Casi seis millones de personas sin trabajo y un largo etc… que por no aburrir no mencionamos.
La cuestión es ahora concretar cómo se supera esta dificilísima situación, y aquí es donde unos y otros, gobierno, oposición, empresarios y sindicatos, no dan con la tecla. Unos, que hay que ajustar gastos a ingresos y si éstos disminuyen pues a reducir gastos, y así hasta que no haya nada que gastar. Llegaremos a preguntarnos entonces ¿para qué tanto político gestor del gasto? Es evidente que por este camino, en el que llevamos más de un año, no hay futuro ninguno. Saltan entonces las voces de la oposición y exigen cambiar las políticas de austeridad transformándolas en inversiones, en incentivos económicos a la creación de empleo y garantizar los subsidios a las personas desempleadas. Estos agoreros de la creación de riqueza tampoco explican de donde saldrá “el martillo verdugo de esta condena”. Que si hacen falta 20.000 millones de euros para garantizar las ayudas al desempleo, que si más inversiones en infraestructuras animarán el mercado interior y el consumo….. Pero no son capaces de indicar de donde se sacarán los miles de millones de euros que hacen faltan, por cierto, de los que se habla como si se hubieran hecho escrupulosos cálculos.
Unos cuantos miran a “mama” Europa y piden al banco central ayudas tras ayudas, que por cierto todas se las están comiendo los bancos, que a fuerza de yantar no dicen ni “mu”. Aquellos, los de los recortes, piden a “mamá” Merkel que afloje sus políticas proteccionistas alemanas, haciendo posible que los consumos tudescos animen las exportaciones hispanas y de paso fluya el euro por calles y plazas.
Lo cierto y verdad es que los aumentos de impuestos, sobre todo el IVA, han vuelto a enterrar mucho más abajo la economía sumergida y con ello los niveles recaudatorios del Estado no aumentan lo suficiente, a pesar de las vanagloriadas manifestaciones del Sr. Montoro, y la facinerosa competencia desleal, de quienes compran sin IVA y venden sin IVA, arruina a miles de pequeñas empresas, produciendo más pobreza, más paro y más recesión económica. Ya podemos afirmar que a más presión fiscal mayor fraude se materializa, y la administración de hacienda no puede contratar tanto inspector como se requiere, precisamente porque cada vez se recauda menos por el mayor fraude que se produce. Total otra de las pescadillas que estamos acostumbrados a ver como se comen la cola. Pero no desesperemos ya que hay salida lo que ocurre es que tendremos que esperar unos días a que alguien la proponga.
Rafael Fenoy Rico Comunicación CGT
Fuente: Rafael Fenoy Rico