Entrevista a Aleix Cortés, codirector del documental "El Bazar Solidario"

"Algunas ONG y la cooperación en general se han convertido en una industria que mueve mucho dinero y ocupa mucha gente, dejando al margen la acción y la crítica política"

"La solidaridad pervertida es un producto más que se compra y se vende en el mercado"

 

Licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona (2003). Ha colaborado en la realización del largometraje «El Taxista Ful» (Jo Sol), y en la película «Squat» (Christophe Coello). Actualmente trabaja en un documental sobre la coordenada espacio a partir de los pueblos abandonados de la provinciano de Tarragona. «El bazar solidario» es su primer trabajo como realizador.

– ¿En qué consiste el documental «El bazar solidario»?

Licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona (2003). Ha colaborado en la realización del largometraje «El Taxista Ful» (Jo Sol), y en la película «Squat» (Christophe Coello). Actualmente trabaja en un documental sobre la coordenada espacio a partir de los pueblos abandonados de la provinciano de Tarragona. «El bazar solidario» es su primer trabajo como realizador.

– ¿En qué consiste el documental «El bazar solidario»?

«El bazar solidario» es un documental independiente hecho a raíz de un viaje a Colombia para colaborar con una ONG de apadrinamiento. No nos gustó el trabajo que hacían, de ahí que sea una reflexión sobre lo que vimos y grabar. Para entender mejor la realidad entrevistamos a Carlos Gómez Gil y Miguel Romero, trabajadores e investigadores del mundo de las ONG. El resultado es una crítica al consumo de solidaridad en que se han convertido algunas ONG y la cooperación en general, una industria que mueve mucho dinero y ocupa mucha gente. Una afirmación colectiva y autocomplaciente del primer mundo que no hace más que promover e invitar a la pasividad sus víctimas.

– ¿Cómo fue la experiencia del rodaje?

Fue una experiencia bastante dura, podríamos decir que se convirtió en un «tour» por la miseria, una miseria afincada sobre todo en la periferia de Barranquilla y Cartagena, donde la mayoría de la gente que vive desde hace años son desplazados de las tierras interiores del país en la costa, por la guerra interna que sufre Colombia desde hace tiempo. Este hecho ha propiciado el nacimiento de inacabables barriadas de chabolas de tablones habitadas por gente resignada a esperar y como única y falsa salida la capacidad asistencial de las ONG.

Si alguien  va a Colombia descubrirá un país enormemente rico que ha sido expoliado por muchos gobiernos a lo largo de las últimas décadas, los cuales han hecho el juego a los intereses de las grandes multinacionales norteamericanas y europeas, con una notable presencia de las españolas, lo que ha convertido la miseria en el gran molde vivencial para la gran mayoría de la población.

– ¿Cómo surgió la idea del documental?

La corealizadora del documental, Zeltia Outeiriño, que en aquellos momentos (octubre 2007) era cámara profesional por Lavinia (subcontrata de informativos en Tele5), tenía un niño apadrinado en una ONG de Vigo (Fundas), la cual le encargó un publirreportaje en Colombia.

Zeltia me propuso que le ayudara en el proyecto y yo que entonces ya era escéptico con estos apadrinamientos accedí a su petición con la condición de hacer, a la vez, un trabajo crítico sobre el tema, y ​​así fue. Al volver de Colombia presentamos un publirreportaje irrisorio a la ONG y trabajamos en la construcción y montaje de «El Bazar Solidario», una película que cuestiona el trabajo solidario de algunas organizaciones y el papel que juegan en el marco global y capitalista, cuando la solidaridad pervertida es un producto más que se compra y se vende en el mercado.

– ¿Qué os han dicho las organizaciones de apadrinamiento de niños y las administraciones públicas?

Las ONG y las organizaciones de carácter militante y con actitud política han acogido muy bien nuestro documental, de tal manera que muchas veces nos invitan a pasar en sus sedes para hablar sobre el tema. De las ONG más mercantilizadas y / o con programas de apadrinamiento no hemos recibido ninguna respuesta y no creo que les interese que se hable.

Con las administraciones públicas no hemos tenido ningún contacto, ya que todo el trabajo ha sido producida, incluyendo la parte económica, por nosotros mismos, no hemos querido pedir ninguna subvención, ya que teníamos miedo de que esto acotara la libertad de movimiento que hemos tenido.

– ¿Cuál ha sido la reacción del público?

En general creo que el documental tiene una buena recepción y termina siempre con una pregunta muy importante: «¿y ahora qué hacemos, o qué debemos hacer?». Muchas veces, lo más importante es tener preguntas y no las respuestas, es decir, que el documental genera dudas y un espíritu crítico. Yo no puedo dar soluciones sobre cómo deberían funcionar las ONG, además de que sería un poco dogmático, aquí lo importante es que entre todos pensemos cómo debería ser un funcionamiento coherente.

La «solidaridad» que desde siempre ha sido un concepto revolucionario (podríamos citar «Los Solidarios», Durruti, Ascaso, García Oliver …) y comprometido en las diversas luchas, ahora se ha pervertido como un concepto básicamente de recaudación de recursos económicos, dejando al margen la acción y la crítica política. Nos encontramos ante organizaciones acríticas que hacen el juego a los gobiernos responsables de la situación de miseria en que se encuentra mucha gente, podríamos decir que estas ONG tapan las vergüenzas de muchas instituciones.

– ¿Qué rol deberían jugar las ONG en un mundo tan globalizado, complejo, paradójico y cambiante como el nuestro?

Lo que para mí es inadmisible es que organizaciones como Barcelona Acción Solidaria (que es del Ayuntamiento de Barcelona) se autodenominan no gubernamentales ya que en esencia son gubernamentales totalmente, y muchas veces, como lo evidencia el secuestro que sufrieron en Mauritania, sólo sirven para que altos cargos de las administraciones y consejeros de empresas públicas emprendan una especie de aventura de turismo solidario. Tampoco tiene sentido que Repsol YPF tenga una fundación solidaria en Latinoamérica y a la vez sus intereses estén exterminando y expulsando el pueblo Mapuche.

Si el objetivo de una ONG es, en principio, desaparecer una vez solucionado un problema, nos encontramos que la mayoría ha tomado un carácter empresarial, y como empresa quiere crecer gestionando la miseria y no erradicando la misma. Para mí, el rol debería ser siempre de activismo político y complicidad con las comunidades a las que se pretende ayudar, y en ningún caso justificar la falta de servicios públicos ni ser como empresas para-administrativas con pretensiones a la baja ni tampoco remendar la falta de garantías jurídicas.

– Háblanos del formato documental como un instrumento de contrainformación

En general, el cine y el lenguaje audiovisual como herramienta interdisciplinaria es un medio que permite explicar muchas variedades de cosas y, en el caso del documental, la gracia radica en que con pocos medios económicos y materiales uno mismo es capaz de aportar información crítica y de primera mano. Por ello, y dada la difusión que permiten las nuevas tecnologías, puede ser un fantástico instrumento de contrainformación. Naturalmente, que un documental «in situ» como ‘El bazar Solidario «es contrainformación. La industria de la solidaridad pone en circulación eslóganes y narraciones que tratan los problemas con lógica de recinto, destacan individualidades desenlazadas buscando cotizantes individuales. Los carteles y los folletos sitúan el problema en términos de culpabilización y simultáneamente proporcionan el anestésico para aquellos que no tienen tiempo pero quieren hacer algo.

* Entrevista realizada por Josep Estivill, publicada en el núm. 139 de la revista «Catalunya»


Fuente: Aleix Cortés