Justamente el día que cerrábamos este número de Al Margen (15 de septiembre) nos llegó la triste noticia de la muerte de nuestra compañera y amiga Ana Madrid Santos, con la que tantos momentos de luchas, ilusiones, alegrías e incluso tropiezos hemos compartido a lo largo de las últimas décadas.

No es fácil resaltar los momentos y recuerdos más destacables de una persona con la que tantas vivencias se han compartido. De Ana todavía es más díficil hacer esa selección porque ha estado en muchos proyectos y en todas ha dejado su personal impronta.

Estuvo en CGT, en Al Margen, en El Punt, en las movilizaciones de pensionistas, y así mientras sus fuerzas se lo permitieron. Pero su estar no era un mero sumarse, ella se implicaba a tope: en su militancia sindical mantuvo al anarcosindicalismo como  mayoritarío mientras permaneció en la empresa, además ocupó varios cargos de responsabilidad tanto en el sindicato de Metal como en el Comité Confederal de CGT-PV. Le gustaba cumplir y que los demás cumplieran.

En el Ateneo también se implicó en aquellas actividades que le gustaban y, sobre todo, nunca dejaba de manifestar su opinión sobre los temas que se debatían, aunque estuviera en clara minoría. Ahora, tras su adiós, seguiremos recordándola con admiración y esforzándonos por aguantar en la brecha mientras la salud nos lo pemita, porque ganas y rabia no nos van a faltar.

 


Fuente: Ateneo Libertario Al Margen