El prefecto y los altos cargos han sido absueltos. Algunos policías cumplirán penas mínimas…. Vemos cómo el poder condena a su oposición, como éstas personas van a pagar por toda la contestación social de aquellos días, tomadas como ejemplo para meter miedo y encerradas como ratas durante años por tirar piedras y hacer barricadas.
CARLO A. : 8 AÑOS, CARLO C. : 8 AÑOS, MARINA C. : 12 AÑOS Y 3 MESES, LUC
F. : 10 AÑOS Y 3 MESES, ALBERTO F. : 10 AÑOS, INES M. : 6 AÑOS Y 6 MESES,
FRANCESCO P. : 15 AÑOS, DARIO U. : 7 AÑOS, ANTONIO V. : 8 AÑOS, VICENZO V. : 13 AÑOS Y 3 MESES.
En julio del 2001, las grandes potencias mundiales se concentraron en Génova para decidir el porvenir del mundo. Miles de manifestantes se reunieron para protestar. La manifestación oficial fue súbitamente atacada por la policía, saldándose con enfrentamientos que duraron durante horas, cientos de heridos y un muerto asesinado a balazos por un policía. La noche siguiente, la policía entra en una escuela que servía de centro de información y donde dormían 600 personas (periodistas y manifestantes), roba todo el material de lo sucedido en la manifestación, y secuestra violentamente a todo el mundo durante tres días. Los carabinieri entraron en la escuela y se enzarzaron con la gente que dormía allí dentro, golpeándoles violentamente. Traumas craneales, hemorragias, comas,… Tras lo cual detuvieron a todo el mundo, lo que en realidad debería llamarse secuestro, porque en ningún momento se les comunicó ni porqué se los llevaban, ni sus derechos, ni nada. Durante tres días, 600 personas fueron encerradas sin cargos y torturadas, golpeadas y obligadas a cantar canciones fascistas desnudas, entre otros divertimentos varios.
años después, tras un complicado proceso por falta de pruebas, tenemos la resolución : penas de entre 6 y 15 años por “vandalismo y saqueo” para 10 manifestantes. La defensa ha pedido los motivos de tamañas condenas, para lo que habrá que esperar 3 meses. El prefecto y todos los altos cargos que tomaron las decisiones durante aquellos días, han sido absueltos. Algunos policías han sido condenados a varios meses de cárcel.
Vemos cómo el poder condena a su oposición, como éstas personas van a pagar por toda la contestación social de aquellos días, tomadas como ejemplo para meter miedo y encerradas como ratas durante años por tirar piedras y hacer barricadas. Las centenas de heridos, agredidos y torturas quedarán prácticamente impunes. La destrucción de un bien privado vale 10 veces más que las agresiones de la policía. Defenderse es un delito. Miles de personas se reunieron aquellos días para protestar por esa reunión de las ocho potencias más ricas y poderosas del mundo, esa gente allí reunida para tomar las decisiones por nosotros, y que se niega a reconocer que su propio sistema no funciona, y que con su progreso desenfrenado, genera el doble de miseria, hambre y odio. Odio a un sistema que toma a la gente por idiotas, por borregos que tiran una papeleta en las urnas cada 4 años, para delegar su voz en los corderos mayores, y se retiran a sus pastos (el que los tiene) a currar y malvivir el resto de sus jornadas.
Podrá reprocharse que no sea necesario usar la violencia, que no hace falta romper vitrinas y cajeros, ni quemar papeleras para protestar. ¿Vamos a darles siempre la otra mejilla ? El Estado expropia terrenos, ellos pueden expropiar, por la cara, bajo una autoridad impuesta. Los casos de corrupción en el poder se multiplican. Las obras del AVE causan desastres allá por donde pasan. La polución no para de aumentar, y cuando la solución para arreglarlo requeriría enormes cambios en el consumo, la fabricación, la utilización y el desuso de ciertos productos ; pretenden hacernos creer que vamos a cambiarlo, ¡pagando las bolsas de Carrefour !
Tenemos su violencia indirecta, la “democracia” que nos venden, en la que se obliga a trabajar para vivir y para ser reconocido socialmente, pero, de hecho, no hay trabajo para todos. Ergo muérete de hambre. Y detrás, su monopolio de la violencia “directa”, esa que no quieren llamar por su nombre, las porras, el gas, las bolas de goma (y en ocasiones de verdad), y la prisión. Y encima no hay alternativa, al menos legalmente hablando, porque todo lo que se salga de eso, las casas ocupadas, las requisiciones, el cuestionamiento de la propiedad de ciertos bienes, y todo intento de organización alternativa ; no tienen cabida dentro de este sistema. Aquí no ha habido un contrato social, un momento en el que tomamos la decisión de organizarnos así, sino una apropiación del poder por unos pocos, y la sumisión del resto, hasta llegar a la situación actual. La justicia actual, que se nos presenta como garante de las libertades individuales, no es más que un instrumento de unos pocos (que no del pueblo), que utilizan a su libre albedrío. Ahora quieren hacernos vivir en la impotencia y la apatía, como si nada pudiera hacerse ya, que el tiempo de las revoluciones ya pasó, leyendo la historia muerta en los libros del cole y contentándonos con lo que tenemos.
Estas condenas no son un caso aislado, no son un “error” de la justicia, participan de un proceso mucho más amplio, que pretende reprimir todo movimiento subversivo. Vivimos en países en los que la “rebelión” y la oposición son delito, amén de la paranoia colectiva que ahora va más lejos aún condenando las intenciones con sus leyes antiterroristas, que permiten los arrestos antes de que se cometa el delito, por si acaso che. La condena a los pensamientos impuros se ha visto en Francia con el caso de Tarnac, en el que bajo acusaciones de posible terrorismo y potencial subversión, 9 personas fueron arrestadas durante 1 año ; y en España con casos como Nuria, presunta banda armada y sabotaje).
Mas no es este un mensaje de terror y pánico contra la opresión, de derrota o tristeza, pues creo que no somos pocos a oponernos a este estado de cosas, porque ellos también tienen mucho que temer, porque si ser querer un mundo más justo en el que la mitad no se muera de hambre, si querer eso es ser terrorista, terroristas somos muchos.
Llamamos a la solidaridad y a no ceder a la intimidación, para que los gestos de apoyo contra este proceso intolerable se multipliquen.
Desde alguna cloaca parisina.
Noviembre 2009
Fuente: Indymedia