El pasado 15 de agosto fallecía a los 72 años, tras una larga enfermedad, el compañero Emilio Justicia, anarcosindicalista y militante de CGT.

Fue antiguo secretario de Organización del Comité Confederal de CGT-PV y participó en una de las fases de continuidad de la Fundació Ferrer i Guàrdia de València. Maestro albañil, prolífico escultor, implicado activamente en las reivindicaciones sociales y en las luchas del movimiento obrero.

Siempre en nuestra memoria, que la tierra te sea leve, compañero.

A continuación reproducimos las emotivas palabras que le dedica su sobrina, Sandra Tormos:

Fue antiguo secretario de Organización del Comité Confederal de CGT-PV y participó en una de las fases de continuidad de la Fundació Ferrer i Guàrdia de València. Maestro albañil, prolífico escultor, implicado activamente en las reivindicaciones sociales y en las luchas del movimiento obrero.

Siempre en nuestra memoria, que la tierra te sea leve, compañero.

A continuación reproducimos las emotivas palabras que le dedica su sobrina, Sandra Tormos:

«Emili, un hombre de firmes convicciones, con genio aparte pero hipersensible e incapaz de expresarlo muchas veces, un gran orador que te embelesaba con cualquier conversación en la que las protagonistas fueran la historia, la literatura y la filosofía, que tanto nos enseñó con su apoteósica memoria e inquietud intelectual constante. A diario vehementemente se argumentaba contra los hijoputismos de eso, de los ismos: los politiquismos, los religionismos, los sindicalismos y los mal feminismos… mi tío era pasión, para bien o para no tan bien en todo la ponía, y de ahí esa proyección de las artes, porque no se consideraba artista pero sabemos todos que serlo lo era y lo es, porque lo ha dejado impreso, en su legado, para que lo disfrutemos y lo compartamos con el mundo, como el pensamiento libre… del cual era partidario. El no creaba, él construía.

Emili era un hombre sencillo y bueno con personalidad y humor peculiar, dispuesto siempre a pasar un buen rato, solo o acompañado, era feliz con sus plantas, disfrutando de sus múltiples hobbies e inventándose sus vocablos propios, artilugios, y secundando cualquier movimiento que pudiese humanizar al mundo.

Mi tío era un genio oculto clamando por la libertad y los derechos, cantando fandanguitos y jotas hasta en su lecho de muerte… entonándolos con gusto, le costaba llegar al tono -decía-, pero le sobraba para hacerte estremecer mientras los escuchabas. Fandanguitos de su Huelva querida, de la cual conserva el mejor de sus recuerdos y a la tierra donde quiere volver, con mi iaia, con los suyos y el amor que se profanaron, antes de que la vida se le truncara de muchas maneras, injustamente.

Dicen que no desaparecemos, sólo abandonamos el cuerpo inservible, y con éste el sufrimiento, el pesar, la lucha, etc. Emili no se ha ido, estará cada vez que lo recordemos, en nuestros corazones y en nuestras mentes… a través de nuestros recuerdos, personales y en común. Tío, por fin eres libre y no te vamos a olvidar, te queremos y eso no perece.

Agur».


Fuente: Redacción RyN