jerez. La tiza, la tinta y la palabra son quizás los tres conceptos que mejor definen la vida de José Sánchez Rosa, anarquista, maestro y sindicalista. La tiza, porque fue maestro, la tinta, porque escribía novelas, libros de texto, folletos, artículos…, y la palabra, porque era un orador de mítines. Estos tres mismos conceptos son los que dan título al libro del gaditano José Luis Gutiérrez Molina, doctor en Historia y miembro del grupo de investigación ’Historia Actual ’ de la UCA, y que ayer presentó en el Centro de Adultos ’Aljibe’, en un acto organizado por la CNT.
Sánchez Rosa nació en Grazalema en el año 1864 y murió asesinado en Sevilla a primeros de agosto de 1936 con 72 años por los grupos Carlistas, «porque pensaba que se podía vivir en un mundo distinto», en la Guerra Civil, a la que Gutiérrez prefiere llamar una Guerra Social.
Para Gutiérrez, Rosa fue una persona representativa de los cientos de militantes anarquistas que vivieron, trabajaron y extendieron sus ideas en Andalucía y que, «por su actividad, tuvo una cierta fama en su época». Aunque sus libros hoy no sean demasiado conocidos, sí que siguen estando de plena actualidad ya que es muy recurrente a la hora de discutir cuestiones relacionadas con la enseñanza.
Entre los libros más destacables de Sánchez Rosa que subraya el autor están ’La gramática del obrero’, ’La aritmética del obrero’ y ’El abogado del obrero’, «que pretendían una enseñanza de alfabetización pero desde las preocupaciones y los intereses del mundo obrero», destaca Gutiérrez. En dichos libros enseña incluso a los obreros el Sistema Métrico Decimal, las reglas de ortografía, la legislación para montar asociaciones, algo que hoy en día es de lo más habitual y que en aquella época supunía causa de ejecución.
«Si Sánchez Rosa resucitara vería que la enseñanza ya no es una herramienta de liberación, sino de aparcar a los jóvenes durante muchos años para evitar que se puedan convertir en un problema social, en las listas del paro. Ya no prima el aprendizaje, lo que importa es que no den problemas», destaca Gutiérrez.
Sánchez Rosa, en su relación con Jerez, fue uno de los detenidos por haber organizado el asalto campesino de enero 1882, para reclamar mejorar laborales, y era muy conocido en el mundo anarquista de la provincia.
«Entre los valores -dice Gutiérrez- que me quedo de Rosa están su humanidad, su labor propagandista por el hecho (practicaba lo que predica) y, el ejemplo de un mundo casi destruido».
Fuente: diariodejeez.es