Greenpeace ha denunciado que los niveles del pesticida DDT en el río Cinca, producidos por la empresa Montecinca, situada en la localidad de Monzón (Huesca), "supera en 2.140 veces la muestra realizada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)", según afirmaron en rueda de prensa miembros de la asociación ecologista. La planta, que vierte a un afluente del Ebro, es la única fuente de contaminación por DDT en Europa. Cuarenta y cinco activistas de Greenpeace realizan una acción el 26 de agosto para impedir que Montecinca vierta DDT al rio Cinca.

Greenpeace ha denunciado que los niveles del pesticida DDT en el río Cinca, producidos por la empresa Montecinca, situada en la localidad de Monzón (Huesca), «supera en 2.140 veces la muestra realizada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)», según afirmaron en rueda de prensa miembros de la asociación ecologista.
La planta, que vierte a un afluente del Ebro, es la única fuente de contaminación por DDT en Europa.
Cuarenta y cinco activistas de Greenpeace realizan una acción el 26 de agosto para impedir que Montecinca vierta DDT al rio Cinca.

El director de campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, y la responsable de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace, Sara del Río, han presentado en Zaragoza el informe «El DDT en España. Un caso único en Europa», en el que critican la contaminación que provoca en el río Cinca la acción de la empresa Montecinca, productora de DDTs.

Según afirma Mario Rodríguez, «en Aragón se encuentra la única fábrica de la Unión Europea que utiliza DDT en su producción». Esta sustancia, dicloro difenil tricloretano, tuvo en épocas pasadas un uso agrícola y forestal, pero debido a su impacto ambiental se prohibió en casi todo el mundo. Desde entonces, numerosos investigadores han estudiado los riesgos que presentan los DDTs para la vida salvaje y los seres humanos.

El insecticida dicofol, por su potencial tóxico, está en el punto de mira de varios convenios internacionales como el Convenio OSPAR o el Protocolo de COP’s de la UNECE. Sin embargo, según afirma la organización ecologista, «aún se produce en la fábrica de la empresa Montecinca», que se encuentra situada en la localidad oscense de Monzón.

Rodríguez sostiene que «en esta fábrica se produce la mitad de dicofol que se genera en nuestro planeta». Asimismo, se ha referido a los intereses que tiene la sustancia en otros países, como Estados Unidos, que a pesar de no ser productor sí es consumidor de DDT. La asociación ecologista se dirigió hace tiempo a la CHE y a la Consejería de Sanidad y Consumo, pero dice no haber obtenido «una respuesta convincente».

El director de campañas de Greeenpeace afirma que «existe un documento del Gobierno de Aragón instando a no consumir pescado procedente de esa zona contaminada ; esto quiere decir que es consciente del peligro que hay y no hace nada por solucionarlo».

Asimismo, Rodríguez se cuestiona «cómo es posible que la Unión Europea haya aceptado una exención para el control de sustancias tóxicas hasta el año 2014». El ecologista se refiere con esto a una enmienda que se presentó con el objeto de que se permitiese la producción de dicofol en España, y que fue aprobada en forma de una exención en la prohibición, a través de la que puede producirse esta sustancia hasta el año 2014.

Rodríguez afirma que «se trata simplemente de un escándalo ambiental al que hay que poner coto ; es necesario poner fin a esta situación insostenible». La responsable de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace, Sara del Río, muestra igualmente su inquietud por la fabricación de DDT en España, «nos preocupa que se siga permitiendo en Monzón la fabricación de este pesticida».

Del Río se ha referido a los ’efectos nocivos’ que tiene esta sustancia para los peces que habitan en el río, que puede llegar a las personas a través de la cadena alimentaria. «El DDT es una sustancia liposoluble, con tendencia a incrementar su concentración en los tejidos», afirma la responsable de la Campaña de Greenpeace. «En la fauna silvestre se ha demostrado que causa problemas relacionados con la reproducción y en las personas altera el sistema hormonal», continúa.

La ecologista se ha referido además a la incidencia del pesticida en el cáncer pancreático y de mama. Del Río también ha señalado la existencia de una investigación en la que se señalaba una posible relación del 15 por ciento de las muertes infantiles en los años sesenta con el DDT.

Greenpeace encargó un informe, realizado por la Universidad Autónoma de Madrid, con el fin de obtener datos reales sobre la concentración de DDT en el Cinca, que se fijaron en un 75,32 por ciento.

La responsable de Greenpeace ha afirmado que «los niveles sólo corresponden a los últimos cinco años de producción, ya que en 1999 la propia empresa Montecinca limpió el desagüe», asunto que demuestra la gravedad del asunto.

Los ecologistas realizan un llamamiento a las autoridades con el fin de que «tomen cartas en el asunto para que se ponga fin a esta situación insostenible». Además recuerdan que existen alternativas al dicofol, por lo que no comparten los argumentos de los que defienden su producción, entre los que destaca el cierre de fábricas y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo y el uso de esta sustancia en la agricultura europea.

Del Río ha señalado que «existen alternativas al dicofol para su uso en la agricultura, y consideramos que no es necesaria la producción de dicofol, ni pesticidas con DDT». Añade, además que «el Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Ebro tienen que velar por la salud de los ciudadanos».

Finalmente, el director de campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, se refiere a la ’nueva cultura del agua’ a la que se han referido las autoridades, «la nueva cultura del agua pasa por tener unos ríos limpios». «Las autoridades públicas deben velar por el interés de la mayoría y no de una empresa concreta», ha señalado.

Acción de los ecologistas en la fábrica

Cuarenta y cinco activistas de Greenpeace impiden, desde las siete y media de la mañana del jueves 26 de agosto, en Monzón (Huesca), que la empresa Montecinca, S.A vierta DDT al río Cinca, afluente del Ebro. Esta planta, que utiliza DDT
como producto intermedio en la fabricación de dicofol, es la única fuente de contaminación por DDT en Europa. Los ecologistas, vestidos de calaveras y con cruces en as que se puede leer El DDT Mata y Montecinca envenena con DDT accedieron a las instalaciones de la fábrica sobre las siete y media de la mañana. Un grupo de ellos ha taponado las dos tuberías de vertido al río, mientras otro se encuentra encaramado al tejado de la planta de producción de Montecinca con una pancarta en la que se lee España, cloaca de Europa.

Tanto el DDT como las sustancias en las que se degrada son compuestos muy
persistentes en el medio ambiente. Todos ellos tienen una alta tendencia a
la bioacumulación en los seres vivos y la exposición a estas sustancias se
ha relacionado con efectos sobre el feto, con la disrupción hormonal, con
efectos a largo plazo en el sistema nervioso y con algunos tipos de cáncer.
El DDT es, además, muy tóxico para los organismos acuáticos, las aves y los
mamíferos.

Con esta acción Greenpeace quiere sacar a la luz que el entorno del Cinca y,
por extensión, del Ebro están sufriendo la contaminación con este peligroso
tóxico ante la pasividad del Gobierno de Aragón y la Confederación
Hidrográfica del Ebro, encargados de velar por la salud pública y del medio
ambiente.

«Clausurando las tuberías de vertido al río evitamos que sea la ciudadanía
la que tenga que soportar este coste ecológico y sanitario cuando la
contaminación por DDT es consecuencia sólo de los intereses económicos de
esta empresa. Greenpeace cree que así lo deberían entender también las
Administraciones responsables de velar por los intereses de la ciudadanía y
la protección del medio ambiente», ha declarado Sara del Río, responsable de
la campaña de tóxicos de Greenpeace.

El río Cinca está sufriendo una alta contaminación desde que en 1987
Montecinca, S.A. comenzó a funcionar. Tal y como revelan los datos hechos
públicos ayer por Greenpeace, las concentraciones de DDT en los sedimentos
del Cinca son 3.000 veces superiores a los que recomienda la propia
Confederación Hidrográfica del Ebro. El DDT se ha incorporado en la cadena
trófica con el agravante de que a medida que se asciende en la cadena
alimentaria (de los microorganismos de los sedimentos a los mamíferos) la
concentración aumenta hasta llegar al ser humano, el último eslabón de la
cadena.

El fin de la producción de dicofol desencadenará muchos más beneficios que
problemas. El dicofol, hoy por hoy, no es un acaricida imprescindible, ya
que existen en el mercado alternativas mucho más seguras, por lo que es un
claro ejemplo en el que se podría aplicar el Principio de Sustitución.
Además, aunque España ratificó en mayo el Convenio de Estocolmo sobre
Contaminantes Orgánicos Persistentes, debe dar un paso más en su compromiso
por la eliminación de estos peligrosos contaminantes y prohibir
completamente la producción de dicofol, un pesticida ya denostado que sólo
se produce en Israel, China, India, Brasil y en la planta española de
Montecinca, S.A..