Bernhard Pötter, Tageszeitung - Traducido para Rebelión por Àngel Ferrero

GreenLeaks se propone revelar documentos internos de organismos públicos y empresas privadas que saquen a la luz los trapos sucios en la infracción de las leyes de consumo y medio ambiente. Los políticos no deberían desatender la propuesta.

Los trabajadores y los funcionarios que no duermen bien debido a una mala conciencia medioambiental tienen hoy una alternativa: “GreenLeaks” es el primer portal dispuesto a recoger y difundir documentos internos relacionados con la salud y el medio ambiente.

GreenLeaks
debería suponer para la economía y la ecología lo que el enorme ejemplo
de WikiLeaks ha supuesto para el mundo de la diplomacia y la política
mundial: el acceso libre y sin censura a documentos importantes hasta
entonces secretos. El grupo de WikiLeaks encabezado por Julian Assange
ha publicado en la red por ejemplo los cables secretos de las embajadas
estadounidenses y documentos relativos a la muerte de civiles en Irak.

GreenLeaks
debería suponer para la economía y la ecología lo que el enorme ejemplo
de WikiLeaks ha supuesto para el mundo de la diplomacia y la política
mundial: el acceso libre y sin censura a documentos importantes hasta
entonces secretos. El grupo de WikiLeaks encabezado por Julian Assange
ha publicado en la red por ejemplo los cables secretos de las embajadas
estadounidenses y documentos relativos a la muerte de civiles en Irak.

GreenLeaks no
publicará en ningún caso, afirman sus fundadores, documentos sin
verificar. “Publicaremos informaciones no así porque sí, sino para
ayudar a los grupos afectados a que puedan utilizar estos documentos
para pedir responsabilidades a las empresas y las autoridades”, afirman
desde greenleaks.com.

Para Scott Millwood, fundador de GreenLeaks,
está claro que con las informaciones “ayudará a las personas sobre el
terreno a mejorar las condiciones de vida en cuanto a la salud y el
medio ambiente se refiere.” Este australiano residente Berlín construye GreenLeaks
con una red de colaboradores para que los temas medioambientales, tanto
a nivel local como mundial, estén a disposición del público. Así su
importancia podrá ser mayor y los tomarán en serio los empresarios y
políticos. La página web no se limitará solamente a publicar los
documentos sobre abusos, sino que también trabajará con los medios
locales para difundirlos.

“No publicamos nada ilegal”, puede
leerse en su página web. En cualquier caso, sí se publicarán documentos
internos de empresas privadas y organismos públicos referidos a la
condición del medio ambiente y las condiciones de vida de las personas
si éstos son de “interés público”. Hasta la fecha hay dos buzones para
cartas y documentos: uno en Alemania y otro en Australia. Dentro de poco
debería haber otros dos en Estados Unidos y Francia. Se está trabajando
en una “Dropbox” electrónica segura para recoger documentos internos
que en unos meses debería estar lista.

Scott Millwood, que
trabaja como periodista en temas medioambientales y como abogado,
prefiere sin embargo el antiguo y pasado de moda correo postal: “Si
tuviera que filtrar algo, no lo haría por correo electrónico: es muy
fácil rastrear al remitente.”

Fuente: http://taz.de/1/netz/netzpolitik/artikel/1/gruene-schwester-fuer-wikileaks/