En abril de 2021, la multinacional norteamericana JLL se desprendió de JLL Valoraciones (Tasaciones Hipotecarias) vendiéndola posiblemente por un precio simbólico a la sociedad AT Valor, cuya actividad y volumen de negocio eran insignificantes dentro del sector de las sociedades de tasación. Con este movimiento corporativo, el grupo AT Valor se ha quedado con la importante cartera de clientes homologados de la histórica Tasaciones Hipotecarias, que cuenta con más de 40 años de existencia, y es referente entre las principales entidades financieras del país. Y lo es, gracias a una plantilla repleta de grandes profesionales que durante décadas con su buen hacer ha adquirido una dilatada experiencia, cualidad esta que según el nuevo equipo directivo, había sido la razón principal para su adquisición. Tan sólo un año después, ya hemos visto que ese discurso era más falso que un euro de cartón.

Durante este último año, un importante número de personas ha abandonado la empresa para marcharse a la competencia o a otros sectores ante las malas perspectivas de carrera profesional, pero sobre todo, inducidos por el pésimo clima laboral que ha generado el nuevo equipo directivo. Y lo mismo ha sucedido con las relaciones laborales, donde la Sección Sindical de CGT con más de 15 años de existencia en la empresa y que cuenta con mayoría absoluta de representatividad en esta, se encontró con una jefatura indiferente al principio, y hostil más tarde. Una dirección nada acostumbrada a ser fiscalizada por la representación legal de los trabajadores y a tener que rendir cuentas ante ella, tal como establece la legislación laboral. O dicho de otro modo, una dirección que en lugar de dirigir, manda.

En los últimos meses, además se han producido varios despidos disciplinarios. Una compañera fue despedida el día antes de la celebración de un juicio que tenía contra la empresa por acoso. Otro compañero, que además contaba con una discapacidad, fue despedido al poco tiempo de incorporarse de una baja. A otro trabajador, al que le habían despojado previamente de todo contenido laboral, le despidieron disciplinariamente por disminución del rendimiento y no integrarse en los valores de la compañía, que todavía nadie sabe a ciencia cierta cuáles son, aunque desgraciadamente ya los vamos conociendo. Y el último caso, hasta la fecha, ha sido deshacerse del Delegado electo y Secretario General de la Sección Sindical de CGT, después de abrirle un expediente disciplinario con falsas acusaciones de haber simulado una Incapacidad Laboral Transitoria. Todo esto tiene un nombre; limpieza y persecución sindical.

En la dilatada trayectoria de Tasaciones Hipotecarias, se han sucedido numerosos equipos directivos, toda vez que en los últimos 30 años dicha sociedad ha sido vendida en varias ocasiones a distintas entidades o grupos empresariales, tales como Metrovacesa, BNP Paribas RE, JLL e incluso algún fondo buitre. Con todos ellos, ha existido siempre una relativa cordialidad en las Relaciones Laborales, sin que se hayan producido conflictos relevantes, pero sobre todo, donde se ha respetado siempre a nuestra Sección Sindical y a sus delegados/as. Sin embargo, todo eso cambió hace un año con la irrupción del actual equipo directivo de AT Valor, nada acostumbrado a la rendición de cuentas, ni mucho menos a la negociación colectiva, y que desde el primer momento ignoraron a la Representación Legal de los Trabajadores. Sólo después de mucha insistencia por parte de CGT, externalizaron las Relaciones Laborales a un despacho de abogados, lo cual ofrece una idea del nivel y capacidades de la dirección para gestionar equipos. Por supuesto fue todo un fracaso, ya que, en la primera reunión, estos asesores dieron por rotas las conversaciones, lo que denota el nulo interés de la empresa en alcanzar consensos y en respetar los derechos de la plantilla. De todo esto, se extrae una conclusión, y es que, aunque determinados personajes tengan la capacidad de montar y/o adquirir una empresa, el dirigirla ya es otra cuestión. Sobre todo, si están acostumbrados a esa filosofía del empresaurio que es el dueño de la empresa, y que entiende que por tal motivo puede hacer y deshacer a su antojo, sin tener que rendir cuentas ante nadie. Ese es el caso de Angeles Aguilar Viyuela, accionista mayoritaria de AT Valor, Presidenta, CEO, Directora General y Dictadora de órdenes en este grupo empresarial.

En este escenario, resulta fácil entender, que para combatir esta actitud empresarial solo quedaba el camino de la acción sindical, motivo por el cual la Sección Sindical de CGT se vio obligada a la presentación de varias denuncias ante la Inspección de trabajo, empezando por la negativa de la empresa a facilitar, tal como indica la ley, toda la documentación de la operación de compraventa, así como el resto de información periódica. También por el incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y otros aspectos concretos durante el periodo de pandemia, así como la implantación unilateral de un sistema de Registro de Jornada que no cumple con lo estipulado por la legislación. Además, también se ha demandado ante el Juzgado el intento de fiscalizar los dispositivos y correos electrónicos de la plantilla, vulnerando así la LOPD, el derecho a la intimidad y por supuesto a la negociación colectiva. Y por último, se tuvo que poner una demanda por tutela en el Juzgado de lo Social, por vulneración del Derecho Fundamental a la Libertad Sindical, ante el intento por parte de la empresa de obstaculizar y fiscalizar la actividad sindical que desarrollaba el Secretario General de la Sección de CGT, caso que actualmente está en proceso. Pues bien, justo el día en que se celebraba este juicio, le fue notificada la apertura de expediente contradictorio al compañero. Es decir, que ante la imposibilidad de arremeter contra él por cuestiones sindicales, la empresa ha optado por la vía más sucia y repugnante, contratando a unos supuestos detectives para acusarle de simular una enfermedad, lo cual se ha saldado con su despido disciplinario.

Estamos ante una persecución y actitud antisindical de libro, perfectamente premeditada y orquestada por la dirección de la empresa, con el objetivo de quitar de en medio al activo sindical más importante. De este modo pretende allanar el camino para lo que sea que tenga previsto acometer: reestructuración, ERE, fusión, etc., sobre lo que la Dirección de la empresa mantiene un secreto absoluto.

Desde esta Federación de Banca, ya tuvimos que dirigirnos en varias ocasiones a la dirección de esta empresa, para exigirle el cese de esta deplorable actitud antisindical, teniendo en cuenta que el compañero, ahora despedido, también pertenece al Secretariado Permanente de Fesibac-CGT. Como ya le hemos trasladado también ahora a la empresa, condenamos esta grave actitud persecutoria y antisindical, que desde luego no va a quedar sin respuesta por parte de nuestra organización.

EXIGIMOS LA INMEDIATA READMISIÓN DE ANTONIO, EL CESE DE LOS DESPIDOS Y LA REPRESIÓN SINDICAL EN TASACIONES HIPOTECARIAS.


Fuente: Fesibac-CGT