¿Desde cuándo los servicios públicos tienen que ser rentables económicamente, obtener beneficio económico? ¿Cómo puede reducir los costes -pieza clave en la obtención de beneficios económicos- la asistencia hospitalaria, la domiciliaria, una residencia de discapacitados intelectuales o un centro de día, de forma que dicha reducción no afecte directamente a la calidad de los servicios prestados?
Sin embargo, es lo que se nos dice constantemente desde las autoridades competentes, demostrando, o bien una necedad impropia de sus responsabilidades o bien, la desfachatez propia del que se sabe protegido por sus compañeros de andanzas.
Sin embargo, es lo que se nos dice constantemente desde las autoridades competentes, demostrando, o bien una necedad impropia de sus responsabilidades o bien, la desfachatez propia del que se sabe protegido por sus compañeros de andanzas.
Todos sabemos que este asunto de la «rentabilidad de los servicios», las externalizaciones, la gestión privada frente a la pública… son una gran mentira, que los impuestos que recaudan o que nos roban, y decimos roban porque el pueblo, la ciudadanía, tiene unas prioridades antagónicas a la de los gobiernos, se los gastan en pagar a la banca deudas ilegítimas, en elaborar macropoyectos de toda índole ejecutados por amigos empresarios o empresarios amigos -que no es lo mismo pero se lo llevan crudo igual- en formar aguerridos cuerpos de policias que nos metan en vereda, en gastos militares para meter en vereda a otros,… lo distribuyen en un sinfín de despropósitos que a pesar de serlo, siempre enriquecen a algún listo que si no manda, ronda al poder.
Nos dijo hace unos días el consejero de Políticas Sociales, Iñigo Alli, que el Gobierno de Navarra destinará en los próximos cuatro años más de 63,3 millones de euros para la atención de personas con discapacidad intelectual en residencias, tanto para residentes como para la atención diurna en cuatro residencias: Infanta Elena (Cordovilla), Valle de Roncal (Pamplona), La Atalaya (Tudela) y Las Hayas (Sarriguren).
De paso, se obsequió con unas merecidas palmaditas en la espalda por ser Navarra la comunidad más mejor del estado y por «dedicar todos los recursos posibles para mantener esta red de centros, pese a la crisis, a unos niveles muy superiores a los del conjunto de España». Gracias Iñigo, te llevamos en el corazón.
Sin embargo, la gestión de los centros y de los «dineros» está adjudicada a SARquavitae (¿Incapacidad de la Administración o el abc del «Manual del desmantelamiento de lo Público?»), cuyo Presidente de Honor Higinio Raventós, es un gran defensor de la necesidad de que se regulen los seguros privados de la dependencia como dejó claro en una entrevista publicada el 27 de noviembre de 2013, en la publicación «Redacción Médica»:
«Es tremendamente necesario, pero para diseñar estos productos hay que saber qué es lo que se articula […] ¿Hasta dónde llega la posible ayuda pública? ¿Van a ser todos los españoles los que recibirán una ayuda o va a ser en función de la renta o el patrimonio? Se debe decidir claramente y se acuerde entre los partidos políticos hasta dónde hay dinero para ayudar a las personas, y si esto se define, queda muy claro el marco para el que el mundo financiero y asegurador pueda diseñar productos de financiación ligados a la jubilación, a las pensiones, a la salud, para cubrir estos riesgos.»
Y ahora hay que comerse que SARquavitae va a mejorar un servicio que tiene que dar la Administración con toda la capacidad recaudatoria que ésta posee, que lo va a hacer mejor, que lo va a llevar a cabo de forma más económica, que las condiciones laborales de las trabajadoras no se van a ver afectadas (podríamos preguntar a las trabajadoras eventuales del SAD del Ayuntamiento de Iruña, a ver qué dicen sobre el anuncio de que no serán contratadas en el futuro por parte de Quavitae, por resultar “caras”, desdeñando la experiencia que atesoran), que el servicio a los dependientes tampoco y además, debemos dejar un espacio en nuestras almas pervertidas para la gratitud que debemos a tanto empresario y gobernante filántropo, que vela por nuestro bienestar y su propio beneficio económico.
Higinio Raventós, presidente de Honor de SARquavitae, antes de llevarse tanta adjudicación por estas corruptas tierras, tenga a bien aclararnos el propósito de algunos de los correos que hemos visto circular por ahí entre usted y el Iñaki en relación con el caso Nóos. A la espera de sus aclaraciones, nuestro apoyo solidario para trabajadoras y usuarias, que falta les va a hacer.
Manuel Velasco Valladares
Secretario General de la CGT en Navarra
Fuente: CGT-LKN Navarra