Artículo de opinión de Maura Rodrigo Alcalá, Secretaria General de CGT/LKN-Nafarroa
Las situaciones de crisis económica y el desempleo que generan, junto con las diferentes normativas laborales que tienden a flexibilizar las condiciones de trabajo, suponen el caldo de cultivo perfecto para que se den diferentes atropellos a nuestros derechos laborales.
En este contexto, la gasolinera Cepsa-Petrocorner de Villava, no es una excepción, pues en CGT entendemos que se está dando una situación de vulneración de la libertad sindical y presiones hacia el personal eventual que son inadmisibles.
Las situaciones de crisis económica y el desempleo que generan, junto con las diferentes normativas laborales que tienden a flexibilizar las condiciones de trabajo, suponen el caldo de cultivo perfecto para que se den diferentes atropellos a nuestros derechos laborales.
En este contexto, la gasolinera Cepsa-Petrocorner de Villava, no es una excepción, pues en CGT entendemos que se está dando una situación de vulneración de la libertad sindical y presiones hacia el personal eventual que son inadmisibles.
La situación se desencadena con la decisión del traslado del encargado a otra gasolinera, en Huarte, tras la imposición de una falta disciplinaria grave, totalmente infundada, que no fue sino una estrategia para presionar y justificar el traslado. Actualmente está en los tribunales. Posteriormente se nombraron una nueva encargada general, así como encargada de turno. A la par de estos cambios, empiezan los problemas.
La delegada de personal en la empresa, afiliada a CGT-LKN, actualmente está en situación de baja médica. A propuesta, supuestamente, de dos trabajadores, se empezaron a recoger firmas para su revocación, puesto que se sentían indefensos por la situación de baja de la compañera. Nada más lejos de la realidad pues en este tiempo, la compañera, a pesar de estar de baja, ha llevado a cabo diferentes actuaciones sindicales como denuncias en Inspección de Trabajo o atención de consultas telefónicas. Curiosamente, del personal que lleva años en la gasolinera, nadie ha firmado pidiendo su revocación.
Este primer proceso de revocación se ha paralizado por el momento y nuestra compañera sigue ejerciendo como delegada sindical pero su labor es constantemente saboteada por la empresa, la cual ha intentado obstaculizar la celebración de una asamblea de todas las maneras posibles (diciendo que no se podían hacer en horas de trabajo, negando el derecho la presencia de una asesora del sindicato,…). Finalmente, venciendo todas las trabas, se ha celebrado la asamblea, a la cual acudió una compañera eventual que nos dijo que había recibido presiones para firmar por la revocación, y que ese mismo día había recibido una llamada de la encargada comunicándole que no era obligatorio que asistiera a la asamblea. ¿Instrucciones de la empresa? Finalmente, esta compañera ha terminado por pedir la baja voluntaria del servicio, tras una tarde terrible, con llamadas constantes y acusadoras de la encargada quien la estuvo viendo (vigilando) a través de las cámaras de seguridad de la gasolinera. Como consecuencia, una crisis de ansiedad, que llevó a su familia a aconsejarle que dejara el trabajo en ese mismo momento.
Lo cierto es que ya está en marcha un segundo proceso de recogida de firmas para revocar a la delegada sindical. Ante esta última intentona, otra persona que trabaja de forma eventual en la gasolinera nos comunicó que inicialmente había firmado sin ser muy consciente de lo que hacía, pero que en esta nueva recogida no iba a firmar. No obstante, finalmente ha firmado, después de hablar con la encargada y la encargada de turno. ¿Razones? No las quiso dar, parecen evidentes.
Ante esta inadmisible situación de acoso y degradación de las condiciones de trabajo, a pesar de las malas artes de la empresa, desde CGT vamos a seguir denunciando y defendiendo los intereses de la plantilla.
Maura Rodrigo Alcalá
Secretaria General de CGT/LKN-Nafarroa
Fuente: Maura Rodrigo Alcalá