La empresa, del presidente de Pimec, echará a 100 trabajadores
Nueva deslocalización y más despidos. La empresa Furas, dedicada a la fabricación de cables y conexiones eléctricas y con fábricas en Piera (Anoia) y Torà (Segarra), tiene intención de trasladar la producción de conexiones de Piera a Marruecos, donde fabricar sale más barato. La medida implica el cierre de la planta barcelonesa y el despido de un centenar de trabajadores, la mitad de la plantilla. Furas, que está controlada por el presidente de Pimec, Josep González, mantendrá el centro de Torà.
La empresa, del presidente de Pimec, echará a 100 trabajadores

Nueva deslocalización y más despidos. La empresa Furas, dedicada a la fabricación de cables y conexiones eléctricas y con fábricas en Piera (Anoia) y Torà (Segarra), tiene intención de trasladar la producción de conexiones de Piera a Marruecos, donde fabricar sale más barato. La medida implica el cierre de la planta barcelonesa y el despido de un centenar de trabajadores, la mitad de la plantilla. Furas, que está controlada por el presidente de Pimec, Josep González, mantendrá el centro de Torà.

Además de contar con una oficina comercial en Hong Kong,la compañía también tiene una planta en Durban (Sudáfrica), y, desde marzo de 2005, en Casablanca (Marruecos), donde hace un año duplicó su capacidad productiva. Allí emplea en torno a 150 trabajadores y fabrica lo mismo que en Piera, conexiones eléctricas para electrodomésticos.

Furas entró en pérdidas en 2005, al registrar unos números rojos de casi medio millón de euros, según consta en el Registro Mercantil. Ese mismo año, facturó 33,7 millones de euros, frente a los casi 34 del ejercicio precedente.

La empresa admitía el mes pasado, en un escueto comunicado, su intención de «reestructurar la producción de conexiones eléctricas de Piera», lo que «comportará un expediente de regulación de empleo parcial que no afectará a la planta de Torà».

Fuentes cercanas al proceso señalaron que los planes de la empresa pasan por cerrar Piera y despedir a un centenar de empleados. En la actualidad, trabajan unas 150 personas, entre operarios, directivos y administrativos. Tras el expediente, Furas mantendrá las oficinas en Anoia y trasladará parte del personal excedente a Torà, con 50 personas, especializada en cables.

La crisis de Furas supone un gran mazazo para la zona. Es la principal empresa de Piera y, tras Vivesa, una de las que emplea a más personas en Anoia, una comarca azotada por la crisis del textil.

Créditos públicos

Furas tiene previsto financiar el expediente con la venta de las instalaciones de Piera, a cuyo valor tendrá que descontar las hipotecas procedentes de varios créditos concedidos por instituciones públicas. En sus cuentas -siempre según el Registro Mercantil-, figuran, por un lado, un préstamo participativo de un millón de euros a cinco años concedido en 2005 por la Empresa Nacional de Innovación SA (Enisa), adscrita al Ministerio de Industria Turismo y Comercio. Y un crédito -sin fecha- del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), el banco de la Generalitat, por un importe superior a los tres millones de euros.

Fundada en 1969, Furas está controlada por el presidente de la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa Pimec, Josep González, propietario del 51,6% del capital ; José María Solanes posee el 12,9% ; Conrado Ortiz, el 8,5% ; José Miguel Catalán, el 5,2%, y Jesús María Carroza, el 21,8% de la sociedad. Carroza es, precisamente, uno de los socios del bufete de abogados barcelonés Esteve, a quien Furas ha confiado la gestión de esta crisis.


Fuente: SERAFÍ DEL ARCO (El País)