Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja en el fenómeno de la inmigración en Marruecos desde comienzos del año 2003 y constata que el aumento del fenómeno migratorio se ve acompañado de una escalada del grado de violencia en la aplicación de las medidas destinadas a su control.
Después de más de 27 meses de actividad, y tras una labor pormenorizada de recogida de datos médicos y testimonios, la organización advierte de que casi el 25% de las de las consultas médicas efectuadas entre abril de 2003 y agosto de 2005 no están ligadas a patologías causadas por unas condiciones de vida tan precarias, si no que están ligadas a acciones de violencia directa o indirecta : esto es, de un total de 10.232 consultas médicas, 2.544 son debidas a la violencia.
Según las declaraciones de los inmigrantes atendidos por MSF que sufren este tipo de acciones, en más de 44% de casos éstas han sido llevadas a cabo por las fuerzas policiales marroquíes, casi un 17% por bandas delincuentes, un 18% son causadas por las fuerzas españolas, un 12% por las mafias o redes de tráfico de personas, un 2% debidas a peleas entre los propios inmigrantes, y un 7% son accidentales. Los afectados sufren desde traumatismos graves causados por caídas desde las vallas de separación fronterizas o durante la huída de persecuciones por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad marroquíes, hasta heridas de bala, palizas, acosos con perro, e incluso casos de muerte.
MSF comunica su consternación ante estos hechos y subraya que la práctica de la violencia y del trato degradante aumenta el sufrimiento y la marginalización de personas que, buscando una vida mejor, ya se exponen a unas condiciones de subsistencia y precariedad extremas, a menudo inhumanas.
Con su labor médica y humanitaria, y con la colaboración de los servicios sanitarios marroquíes, la organización quiere mejorar las condiciones de vida de estos inmigrantes, que viven en situación de extrema vulnerabilidad. Nuestras acciones actualmente se concentran en la región norte del país, en las zonas de Tánger, Nador y Oujda.
Fuente: MSF