Sobre la ciencia (autoridad y clases dirigentes) y las minorías revolucionarias en Miguel Bakunin, Pedro Kropotkin, Errico Malatesta y un esbozo de “caja de herramientas” para la actualidad….

Sobre la ciencia (autoridad y clases dirigentes) y las minorías revolucionarias en Miguel Bakunin, Pedro Kropotkin, Errico Malatesta y un esbozo de “caja de herramientas” para la actualidad….

Apuntes cortos :
http://www.fondation-besnard.org/article.php3 ?id_article=986

Apuntes largos :
http://www.fondation-besnard.org/article.php3 ?id_article=987


Un largo recorrido y una conclusión breve

Bakunin dejó un conjunto aparentemente desordenado pero muy estructurado en torno a dos ejes. Análisis precisos de la realidad y de las fuerzas de los opresores y la denuncia de grupos socialistas peligrosos para la emancipación de los oprimidos. Líneas de organización de militantes abnegados y dedicados a la revolución proletaria con y para los más pobres, con la condena de la mentira, la prepotencia entre luchadores populares.

Kropotkin consolidó ambos ejes con obras claras y concretas. En el primero recalcó la falacia de la necesidad de clases dirigentes, tanto en el capitalismo como para una nueva sociedad. Supo dar orientaciones militantes dentro de la dirección operaria iniciada por los creadores de la Internacional. Se sumó a una revolución y se mantuvo en una actitud activa en plena convulsión social, a pesar de los achaques de la vejez.

Malatesta retomó tendencias insurreccionales del siglo XIX y quiso edificar una organización libertaria eficiente. La ausencia de análisis de la compleja realidad de 19101930, el olvido de tener en cuenta la realidad de dos bases sociales libertarias en Argentina y en España y el fenómeno de la aparición de una nueva en Ucrania le encerró en un callejón y con él gran parte del movimiento ácrata.

La principal dificultad del movimiento libertario es desprenderse de la costra organizativa anarquista trabajada por Malatesta y luego Archinov y Makhno. Si pudo y puede facilitar iniciativas suele castrarlas después y dejar un suelo desierto. Así fue con la FORA en Argentina, en gran parte con la CNT en España entre 1976 y 1980. ¿Por qué ?

Sencillamente por dos motivos. El primero fue la incapacidad de asimilar que Ucrania dio el ejemplo de un movimiento social campesino mucho más consciente y capaz de organizarse que la mayoría de los anarquistas rusos patentados por ser vital allí luchar en la base y tener el poder con las armas y defenderlo militarmente para vertebrar el horizontalismo. El segundo fue la suficiencia de pensar que en un supuesto baluarte anarquista hay que obrar como autoritarios (en un caso prohibir la prensa libertaria disidente con pistoleros, Argentina, 1924), (en otro caso, difundir la calumnia y excluir sindicatos desafectos, España, 1976-1980) es reinventar el marxismo leninismo con banderitas rojinegras o imitar los grupos patoteros (de mercenarios y vagos armados) de la patronal. Sobre todo si los dirigentes autonombrados conculcan, pisotean en el día a día las enseñanzas prácticas de Bakunin, Kropotkin y el Programa Anarquista de Malatesta.

Es preciso crear una caja de herramientas para evitar ilusiones baratas (la llegada al comunismo en la URSS en los 1980 según un primer secretario del PC de la URSS en 1962 ; la democratización profunda de las democracias y la inutilidad de las barricadas que pregonaba un hispano argentino en 1973 ; la revolución por el cambio educativo en unos 25 años decían algunos en los 1970 ; la crisis final del capitalismo a partir de 1972 de acuerdo a un marxista hijo de cenetista español). Y para quedar fiel a la realidad, hay que fijarse en la visión de la situación de la gente más pobre y numerosa en Asia, África y América. Entre 1960 y 2010, no veo cambios profundos, sino más centenas de miles de muertes fácilmente evitables y cataclismos no naturales provocados por la contaminación generalizada.
Luego, otra clave es el ojo crítico y constructivo, la escucha y la tolerancia por quien actúa honestamente. Y una desconfianza espontánea por el ricachón (nadie es rico si no roba decían los pobres en España y en Portugal) y la vanidad del que sabe un poco y quiere abarcarlo todo. Así nacen los estafadores de guantes blancos (empresarios o políticos) que abusan de los bienes públicos y sus hermanos en grupúsculos políticos que a veces se convierten en grandes revolucionarios de papel y de cuentas bancarias enormes.

Cuando esto está claro y asimilado como espejo personal (¿seré tan cloacal como los que critico ?), la entrega a los demás no plantea problemas.

Llegado a este nivel, los militantes y responsables de grupos horizontales y obreros podrían inspirarse en el escritor en parte libertario Albert Camus que exigía de los intelectuales (inspiradores tanto de la revolución burguesa como de la revolución proletaria) que siguieran algunas reglas de pensamiento y vida para permanecer cerca de los oprimidos :

«El mal que los intelectuales [militantes, responsables de grupos políticos y/o de desocupados] (digo bien : los intelectuales y no los artistas) hicieron, ¿pueden deshacerlo ?

Mi respuesta es sí, pero con la condición de : 1° que reconozcan este mal y lo denuncien ; 2° que no mientan y sepan confesar lo que ignoran ; 3° que se nieguen a dominar ; 4° que rechacen, en cualquier oportunidad y sea lo que fuere el pretexto, todo despotismo, hasta provisional.«

Frank Mintz, 25 de junio de 2010