EL PRAT.- Fisipe presentó ayer suspensión de pagos, en un paso más hacia el cierre definitivo de su planta del Prat, que emplea a 264 trabajadores directos y a 158 más de empresas subcontratadas que tienen allí su centro de trabajo. La multinacional portuguesa alega que su situación económica es insostenible.
Por ello, también ha dejado de adquirir la materia prima necesaria para continuar con la producción. La empresa tenía previsto paralizar las instalaciones ayer por la noche. Ante este anuncio, y pese a que la actividad continuaba en el interior de la fábrica, unos 60 trabajadores bloquearon ayer la salida de camiones cargados con el producto final, con lo que no se pudo servir a los clientes. « Ya que los trabajadores no cobraremos, de esta forma los activos no van tampoco para la fábrica », justificó el portavoz del comité de empresa, José Antonio Roca, de la CGT. En su ímpetu por mantener su empleo, Roca manifestó que los trabajadores intentarán « continuar en su puesto hasta que se acabe la materia prima » que queda en la planta.
En opinión del delegado de CCOO, Antonio Barbastro, « aún hay suficiente para continuar trabajando hasta el miércoles ».La dirección continúa negociando el expediente de regulación de empleo, con las condiciones del cierre y las indemnizaciones, con el comité de empresa. La única salida a la situación de la fábrica de fibra acrílica sintética, basada en la compra de la planta por parte del grupo inversor que lidera Rafael Español, se descartó ayer por completo.
El grupo accionista ha retirado finalmente su propuesta de compra, después de haber solicitado un préstamo de 12 millones de euros y un aval de ocho más al Institut Català de Finances, que hasta ayer no había respondido aún a su demanda. En una situación al límite, los trabajadores tienen que afrontar una gran incertidumbre sobre su futuro más próximo.
« Estamos en un momento de indefinición total », resumía ayer Barbastro. Como último recurso, el comité de empresa tiene previsto presentar el miércoles un contrainforme a la suspensión de pagos de Fisipe aduciendo que « la planta es viable, ya que, en el fondo, hay un problema de financiación ».