El fallecido, de 32 años, era natural de la localidad burgalesa de Moncalvillo y se temía por su vida desde el accidente en el que perecieron siete de sus compañeros Un operario permanece en situación crítica y, otros tres continúan ingresados con lesiones muy graves

El fallecido, de 32 años, era natural de la localidad burgalesa de Moncalvillo y se temía por su vida desde el accidente en el que perecieron siete de sus compañeros Un operario permanece en situación crítica y, otros tres continúan ingresados con lesiones muy graves

Manuel Rey Benito, de 32 años, natural de la localidad burgalesa de Moncalvillo, falleció ayer a mediodía en el Hospital General Yagüe de Burgos, con lo que el número de muertos en el incendio de un local en la calle Sauce de Burgos asciende a ocho. Todos ellos eran trabajadores de la empresa Construcciones Arranz-Acinas, empleados en las obras de ampliación del carril-bici de la ciudad, y en el momento de la deflagración se encontraban en el local, propiedad de la constructora, cambiándose de ropa.

Los facultativos comprobaron el fallecimiento de Manuel Rey a las 12.10 horas, una vez repetidas las pruebas clínicas y el encefalograma. El fallecido se encontraba en situación crítica desde el momento de su ingreso.

Los facultativos médicos añadieron además temen por la vida de otro de los ingresados, que sufre una « situación crítica con lesión cerebral avanzada », según explicó el doctor Martín de Frutos, jefe de Medicina intensiva del Hospital General Yagüe, quien indicó que sus posibilidades de recuperación de esta lesión son « escasas ».

Según el parte médico, el trabajador que continúa en estado crítico padece una « lesión cerebral avanzada secundaria a la toxicidad de los compuestos químicos inhalados ».

Ventilación mecánica

Los otros tres heridos continuaban ayer ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Yagüe, con ventilación mecánica. Su estado de gravedad persiste, debido a los daños que sufrieron en sus aparatos respiratorios y la toxicidad de los gases inhalados.

Los cuatro sufren quemaduras en el 10% de su cuerpo, concentradas en caras y manos gracias a que llevaban mucha ropa de abrigo. Además, las víctimas están intubadas, sedadas y con ventilación mecánica, sufren quemaduras internas causadas por la inhalación de aire caliente, combustible quemado y gases tóxicos que les afectan a las vías respiratorias.

El doctor Martín de Frutos descartó el traslado -comentado en las primeras horas tras el accidente-, a un hospital con unidad de quemados desde el centro burgalés. Según explicó, la superficie de piel quemada de estos enfermos no haría necesario el tratamiento en otro lugar, y el Hospital General Yagüe cuenta con los mismos medios que otros centros sanitarios para tratar las quemaduras en el aparato respiratorio que padecen estos heridos. « El riesgo del traslado de estos pacientes superaría los beneficios del tratamiento en otro sitio y la superficie quemada de estos pacientes es relativamente pequeña », aseguró.

En todo caso, Martín de Frutos puntualizó que las autoridades sanitarias están ofreciendo datos globales sobre estos pacientes, y que se dan informaciones más detalladas a los familiares y representantes de los heridos en el accidente. « La información personalizada se la estamos transmitiendo a los familiares », añadió.

Tercer siniestro laboral

Este es el tercer accidente laboral con víctimas mortales en lo que va de año en Castilla y León. El primero se produjo el pasado día 7 en la localidad palentina de Quintadiez de la Vega, donde un joven de unos 30 años falleció cuando se encontraba manipulando una máquina cosechadora, mientras que el segundo se produjo este miércoles en Lanzahíta (Ávila) al fallecer un trabajador de Talavera, Vicente I. G., de 51 años, al caer de un andamio y resultar golpeado por un bloque de hormigón.

El accidente ocurrido el pasado jueves en Burgos es uno de los más graves de los últimos veinticinco años en cuanto al número de muertos por accidente laboral, que en el 2004 se cobró la vida de más de ochocientos trabajadores en toda España. Así, desde 1980 se han producido siete accidentes laborales que se han saldado con más de siete muertos cada uno de ellos.

El accidente más grave registrado en la comunidad en los últimos años se produjo en León en

noviembre de 1984 y se saldó con ocho víctimas mortales. El siniestro se produjo en la localidad de en Fabero a consecuencia de una explosión en el interior de la mina Grupo Río.La mayor parte de los vecinos que fueron realojados el jueves en hoteles de la ciudad volvieron ayer a sus viviendas, una vez que técnicos del Ayuntamiento de Burgos realizaron mediciones para determinar el nivel de contaminación de cada domicilio. Según detalló el jefe de Bomberos de Burgos, Juan Luis González Ubieta, el nivel de contaminación era ayer muy bajo y no existía en el edificio « ningún problema en cuanto a seguridad y toxicidad ».

Tan solo el 1º B continuaba ayer afectado por el fuego del día anterior en el local, ya que, según indicó el jefe de Bomberos, tenía la ventana abierta en el momento del suceso. González Ubieta confirmó que sus ocupantes eran ayer los únicos que no podrían volver todavía, y que alguno de los vecinos habían reconocido tener cierta « psicosis » por lo sucedido.

El alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, aseguró ayer que el Ayuntamiento no tiene constancia de ninguna queja o denuncia por escrito que pudieran haber presentado los vecinos por las actividades de la empresa en el bajo del edificio de la calle Sauce.

Juan Carlos Aparicio mostró la disposición de la administración local a colaborar con « la autoridad laboral, el Juzgado y la Policía Judicial » en sus investigaciones de lo ocurrido el jueves.


Fuente:El norte de Castilla